Amin Ony Chú !MATAN CANALLA CON SU CAÑON DE FUTURO
Escrito por la redacción el Sábado 26 de Septiembre del 2020.

SANTO DOMINGO. Septiembre, a nivel nacional y mundial, es un mes que ha estado –en las  últimas décadas- plagado de grandes y dolorosos  acontecimientos. En 1973, cuando el calendario marcaba el día 11, los gorilas chilenos dieron un zarpazo mortal a la democracia al derrocar mediante el uso de la fuerza al presidente  Salvador Allende, quien murió digna y gallardamente combatiendo en La Moneda.  Chile, a partir de entonces, fue convertido en todo un baño de sangre.

En una fecha similar, pero más acá en el tiempo -en el 2011- supuestos terroristas islámicos estrellaron sendos aviones contra las “intocables” Torres Gemelas, de Nueva York, provocando millares de muertos y pérdidas económicas incalculables. Perdónenme, pero particularmente sigo manteniendo mis reservas con relación a estos atentados.

En cuanto a  nuestro país, septiembre podría considerarse como “un mes extremadamente tragico” para el movimiento revolucionario y popular ya que -en diferentes años- fueron arrancados “de cuajo” del jardín dominicano tres conspicuos dirigentes izquierdistas y comunitarios.

Amín Abel Hasbún, quien se había graduado de ingeniero en la UASD con máximos honores, fue asesinado en 1970 -un día 24- por efectivos policiales que ni siquiera respetaron que se encontraba en compañía de su esposa e hijo pequeño. Era, para entonces, un connotado dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD).

En tanto que en 1990, el 28, fue literalmente “ejecutado” por tropas policíaco-militares que lo sorprendieron en Monte Adentro, Salcedo –hoy provincia Hermanas Mirabal- Jesús Rafael Diplán Martinez (Chú). Había sido fundador del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) y un cuadro dirigente  del MPD.

Septiembre también registra otro hecho luctuoso. Ocurrió en Navarrete el 25 del 2007. En esa oportunidad, alegados “desconocidos” dispararon contra Elvis Amable Rodríguez, mejor  conocido como Ony, quien era un popular luchador comunitario, arrancándole la vida de forma cobarde y miserable.

El tiempo ha transcurrido pero no ha podido darles la muerte definitiva a estos luchadores  ¡el olvido!

En cuanto a Amín, a 50 años de su partida física -que se cumplieron el pasado jueves- se realizó un acto en mismo lugar donde fue ejecutado y otro en el cementerio de la avenida Máximo Gómez, de la capital, representantes de organizaciones revolucionarias, comunitarias, izquierdistas, populares y otras del país.

Ony, en cambio,  fue recordado en el onceno aniversario de su asesinato  con diversos actos en Navarrete, la comunidad de origen  por la que luchó y ofrendó su joven y valiosa vida. Contaba apenas con 22 años de edad y era estudiante destacado del CURSA/UASD en Santiago.

Mientras que este viernes 28 de septiembre  se cumplen 30 años de la desaparición física de Jesús Diplán, a quien vimos crecer y desarrollarse como dirigente ya que somos nativos de la misma comunidad campesina donde él vivió.

Amín, Chú, Ony, como diría Silvio, son tres caminantes, con idéntica suerte, los cuales -al correr del tiempo- ya se hicieron gigantes ¡ya burlaron la muerte!

 Ellos, a pesar de que no se encuentren entre nosotros, siguen vivos porque nadie muere del todo mientras en la tierra haya alguien que le recuerde, como cierta vez proclamara el profesor Bosch.

Martí había dicho: ¡Así ha de ser la muerte cuando se ha vivido bien, luego de la vida: en negro terciopelo, franja de plata. También proclamó el Apóstol cubano: Los muertos no son más que semillas, y morir bien es el único modo seguro de seguir viviendo.

Al concluir, puedo dar testimonio fehaciente que a Ony, Chú y Amín…la última vez los vi irse, entre humo y metralla contentos y desnudos; pero era  que ¡iban matando canallas, con su cañón de futuro!

 

 

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