Turno Libre

Los peligros de PISA

El tiempo que me ha tocado vivir

Publicado: 07/12/2019

Los peligros de PISA

<p>Los deprimentes resultados obtenidos por la Republica Dominicana en la reciente evaluaci&oacute;n PISA nos ofrecen importantes oportunidades para la reflexi&oacute;n y el cambio, pero tambi&eacute;n encierran algunos riesgos.</p>

<p>Tener un conocimiento m&aacute;s cabal de los escasos avances alcanzados tras siete a&ntilde;os de aplicar el 4% para el sector, obliga a pensar profundamente en qu&eacute; hemos estado fallando, c&oacute;mo es posible que lo hayamos hecho tan mal, porque no de otra manera puede ser calificado el dato.</p>

<p>El peligro es que ahora la sociedad, sobre todo las &eacute;lites, le reste respaldo al financiamiento del sector, bajo el entendido de que es un desperdicio de dinero, mucho m&aacute;s ahora en que el nuevo gobierno que ha de instalarse en el 2020 va a confrontar agudas limitaciones presupuestarias frente a las grandes expectativas que deber&aacute; encarar.</p>

<p>No es poca la discusi&oacute;n que se ha llevado a cabo en el mundo sobre el v&iacute;nculo entre asignar mayores recursos y calidad de los resultados educativos, pero eso tiene sentido principalmente en ciertos pa&iacute;ses ricos en que el sector puede estar relativamente sobrefinanciado, no en pa&iacute;ses como el nuestro, con tantas carencias en el sector.</p>

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<p>&hellip;nadie puede decir que la construcci&oacute;n de escuelas o que subir los salarios de los docentes no era necesario.</p>

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<p>Aun as&iacute;, recordemos que hace algunos a&ntilde;os, en la Rep&uacute;blica Dominicana se dio una importante discusi&oacute;n sobre el tema, a ra&iacute;z de un discurso pronunciado por el entonces Presidente Leonel Fern&aacute;ndez, quien se negaba a atender los reclamos ciudadanos a que se prestara mayor atenci&oacute;n a la educaci&oacute;n, disponiendo el cumplimiento del 4% del PIB al sector.</p>

<p>El reclamo no se origin&oacute; en ninguna ocurrencia de alguien, sino en la constataci&oacute;n de que en la Rep&uacute;blica Dominicana era un factor determinante del deplorable estado en que se encontraba la escuela. Si ahora se descubre que eso no ha servido para nada en t&eacute;rminos de aprendizaje, entonces el riesgo de vuelta atr&aacute;s no es insignificante.</p>

<p>Por eso creo que tenemos que profundizar en la determinaci&oacute;n de las causas. Lo primero es que, contrario a lo que hab&iacute;a sido el prop&oacute;sito de la movilizaci&oacute;n nacional, el mayor presupuesto no fue usado tanto como instrumento de pol&iacute;tica educativa, sino medio de redistribuci&oacute;n y combate a la pobreza, como pol&iacute;tica de bienestar social: alimentaci&oacute;n, vestido, libros, tabletas, computadoras, reactivaci&oacute;n econ&oacute;mica de las comunidades mediante la construcci&oacute;n de escuelas, equipamiento y compras de insumos y materiales.</p>

<p>Como tal, fue exitoso: contribuy&oacute; a aumentar el empleo formal y los salarios reales promedios, baj&oacute; la pobreza y la indigencia, se redujo la desnutrici&oacute;n, los padres sienten mayor seguridad teniendo a sus hijos en la escuela que jugando en las calles, y ellos tienen m&aacute;s tiempo para dedicarlo al trabajo.</p>

<p>Y por otro lado, nadie puede decir que la construcci&oacute;n de escuelas o que subir los salarios de los docentes no era necesario. El problema es que como pol&iacute;tica educativa hab&iacute;a que atacar otros factores, quiz&aacute;s comenzar por otro lado. Seguramente por el mejoramiento de la planta magisterial, por el cumplimiento del horario y la disciplina escolar, por un sistema de premios y castigos en base a los resultados, por un redise&ntilde;o institucional que viabilizar mayor compromiso y poder de acci&oacute;n de los directores, las familias y las comunidades, etc. Eso es m&aacute;s f&aacute;cil verlo ahora.</p>

<p>El m&aacute;s complejo de todos, por ser el que requiere m&aacute;s tempo, era el de la formaci&oacute;n de los maestros, y el punto de partida para ello eran dos cosas: importar maestros de otros pa&iacute;ses con mejor escuela y aumentar salarios, primero como una cuesti&oacute;n de justicia frente al rezago hist&oacute;rico, y segundo para atraer a la carrera docente a muchachos con m&aacute;s vocaci&oacute;n y talento. El problema es que la educaci&oacute;n estaba postrada por demasiado tiempo y eso se hab&iacute;a reflejado en la autovaloraci&oacute;n, el prestigio, la vocaci&oacute;n y la entrega del maestro.</p>

<p>Y por consecuencia, en su calidad profesional. Para comenzar a tener buenos maestros hab&iacute;a que dedicar bastante tiempo a formarlos antes de que esto se refleje en la calidad de los alumnos, de modo que asignar m&aacute;s recursos no garantizaba tener mejores maestros de inmediato.&nbsp; Pero esto no puede desalentarnos, sino hacernos ver mejor el largo camino que conlleva encarar una verdadera revoluci&oacute;n educativa, &iexcl;con m&aacute;s fe ahora!</p>

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