Turno Libre

El rey desnudo

Hoy la naturaleza inhumana del capitalismo y su versión más obscena, el neoliberalismo, ha sido desnudada por el coronavirus.

Publicado: 12/04/2020

El rey desnudo

<p>Hoy la naturaleza inhumana del capitalismo y su versi&oacute;n m&aacute;s obscena, el neoliberalismo, ha sido desnudada por el coronavirus. Su rostro sat&aacute;nico qued&oacute; expuesto, sin m&aacute;scaras ni afeites. Se han abierto grietas muy hondas en el espejismo fabricado durante tantos a&ntilde;os por la maquinaria de dominaci&oacute;n informativa y cultural</p>

<p>Autor:&nbsp;<a href="http://www.granma.cu/archivo?a=3819">Abel Prieto</a>&nbsp;|&nbsp;<a href="mailto:internet@granma.cu">internet@granma.cu</a></p>

<p>10 de abril de 2020 23:04:46</p>

<p><img alt="Neoliberalismo y Covid" src="http://www.granma.cu/file/img/2020/04/medium/f0166637.jpg" style="margin-bottom:5px; width:628.656px" /></p>

<p><strong>Foto:</strong>&nbsp;Tomada de Internet</p>

<p>Cuenta Hans Christian Andersen que dos p&iacute;caros, que se hac&iacute;an pasar por sastres y tejedores, prometieron a un rey confeccionarle el m&aacute;s bello traje imaginable. Todos admirar&iacute;an su vestido, le dijeron, con excepci&oacute;n de los nacidos de relaciones ad&uacute;lteras. El rey, entusiasmado, dio dinero a los charlatanes para comprar telas, bordados, hilos de oro, y decidi&oacute; estrenar su traje nuevo en la pr&oacute;xima fiesta del pueblo.</p>

<p>Los p&iacute;caros simularon trabajar, encerrados en una habitaci&oacute;n, hasta que anunciaron que el traje estaba listo. Vino el rey a prob&aacute;rselo, junto a un grupo de cortesanos; pero nadie vio traje alguno. Todos (incluido el propio rey) pensaron con angustia que eran hijos de padres desconocidos, fingieron apreciar la prenda y la alabaron teatralmente.</p>

<p>El rey se visti&oacute; el d&iacute;a de la fiesta con el supuesto vestido y, montado en su caballo, sali&oacute; en procesi&oacute;n por las calles de la villa. Los pobladores se percataban de la realidad mientras desfilaba su rey; pero, por miedo a ser moralmente reprobados, callaban. Hasta que un ni&ntilde;o inocente exclam&oacute; &ldquo;&iexcl;el rey va desnudo!&rdquo; y logr&oacute; sin propon&eacute;rselo que todos descubrieran la farsa.</p>

<p>Con el grito del ni&ntilde;o de la f&aacute;bula de Andersen se hizo pedazos, como por encanto, la mentira generalizada. Hoy la naturaleza inhumana del capitalismo y su versi&oacute;n m&aacute;s obscena, el neoliberalismo, ha sido desnudada por el coronavirus. Su rostro sat&aacute;nico qued&oacute; expuesto, sin m&aacute;scaras ni afeites. Se han abierto grietas muy hondas en el espejismo fabricado durante tantos a&ntilde;os por la maquinaria de dominaci&oacute;n informativa y cultural.</p>

<p>Fidel lo repiti&oacute; muchas veces: &ldquo;el neoliberalismo conduce al mundo entero al genocidio&rdquo;;&ldquo;el capitalismo es un genocidio para el mundo de hoy&rdquo;.Y lo dijo con un &eacute;nfasis particular cuando se derrumb&oacute; el socialismo en Europa y el coro triunfal de la derecha celebr&oacute; el advenimiento del Reino Absoluto del Mercado como sin&oacute;nimo de &ldquo;libertad&rdquo; y &ldquo;democracia&rdquo;, mientras buena parte de la izquierda mundial se replegaba, desmoralizada.</p>

<p>Como el rey, &ldquo;el sistema est&aacute; desnudo, ya no es posible ocultar su realidad fatal con alienaci&oacute;n cultural&rdquo;, asevera Juan Manuel P. Dom&iacute;nguez.</p>

<p>Muchas otras evaluaciones de economistas, fil&oacute;sofos, periodistas, polit&oacute;logos, reiteran que el coronavirus ha retirado bruscamente el velo de la supuesta bonanza neoliberal para descubrirla ferocidad del sistema, sus abismos de injusticia y desigualdad. Ha funcionado, al igual que el grito del ni&ntilde;o de Andersen, como un instrumento que destapa, desenmascara, y nos enfrenta crudamente a la realidad.</p>

<p>Seg&uacute;n Anne Applebaum, &ldquo;las epidemias revelan verdades soterradas sobre las sociedades en que impactan&rdquo;. El coronavirus &ldquo;ya lo ha hecho a una velocidad aterradora&rdquo;.&nbsp; Y concluye:</p>

<p>&ldquo;La crisis actual es el resultado de d&eacute;cadas de falta de inversiones en la funci&oacute;n p&uacute;blica, de la burocracia despectiva en la sanidad p&uacute;blica y otras &aacute;reas y, sobre todo, de la subvaloraci&oacute;n de la planificaci&oacute;n a largo plazo.&rdquo;</p>

<p>Franco &quot;Bifo&quot; Berardi considera que la pandemia estall&oacute; en un momento de crisis profunda del sistema:</p>

<p>&ldquo;Hace tiempo que el capitalismo se encontraba en un estado de estancamiento irremediable. Pero segu&iacute;a fustigando a los animales de carga que somos, para obligarnos a seguir corriendo, aunque el crecimiento se hab&iacute;a convertido en un espejismo triste e imposible. No podemos saber c&oacute;mo saldremos de la pandemia cuyas condiciones fueron creadas por el neoliberalismo, por los recortes a la salud p&uacute;blica, por la hiperexplotaci&oacute;n nerviosa.&rdquo;</p>

<p>Y Marco Teruggi nos recuerda oportunamente que la tendencia antineoliberal promovida por el coronavirus &ldquo;ven&iacute;a en crecimiento en Am&eacute;rica Latina, con los levantamientos del a&ntilde;o pasado en Ecuador, Chile o la victoria electoral del Frente de Todos en Argentina&rdquo;.</p>

<p><strong>Este s&iacute;, este no</strong></p>

<p><strong>&nbsp;</strong></p>

<p>Uno de los rasgos del sistema que la pandemia ha sacado a la luz tiene que ver con el dilema &eacute;tico en que se han visto los m&eacute;dicos obligados a elegir (ante la escasez de respiradores y medicamentos indispensables, de camas en hospitales y unidades de cuidados intensivos) entre enfermos que pueden considerarse &ldquo;salvables&rdquo; y aquellos &ldquo;insalvables&rdquo;, m&aacute;s viejos, m&aacute;s fr&aacute;giles, con mayores complicaciones.</p>

<p>Ingar Solty advierte:</p>

<p>&ldquo;&hellip;desde un punto de vista m&eacute;dico, la gran mayor&iacute;a de muertes se podr&iacute;an evitar. Los mecanismos de selecci&oacute;n est&aacute;n rompiendo los corazones del personal sanitario, cuya misi&oacute;n consiste en salvar vidas.&rdquo;</p>

<p>El m&eacute;dico neum&oacute;logo argentino Ricardo Gen&eacute; public&oacute; un texto perturbador titulado &ldquo;Este s&iacute;, este no&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;&hellip;a pesar de los avances del conocimiento, el desarrollo y la tecnolog&iacute;a,&nbsp;veo y escucho absorto a m&eacute;dicos de Espa&ntilde;a e Italia contar que hacen esto a diario: elegir por edad a qui&eacute;n ventilar o no; o peor a&uacute;n, por expectativa de vida, dejarlos en su casa, con analg&eacute;sicos potentes a morir en soledad, sin la atenci&oacute;n necesaria y despidi&eacute;ndose por tel&eacute;fono de sus seres queridos.&rdquo;</p>

<p>El doctor Gen&eacute; resume su angustia con estas palabras estremecedoras:</p>

<p>&ldquo;&iquest;Qu&eacute; ha pasado en este mundo, injusto, desigual y criminal? &iquest;Por qu&eacute; han empleado pol&iacute;ticas que ahora queda muy claro que son pol&iacute;ticas que matan?&nbsp;Vivo a diario con temor&nbsp;de que la pandemia nos llegue con esa infectividad tremenda y&nbsp;que tengamos que pasar por ese l&iacute;mite maldito, por esa disyuntiva tremenda de decir: s&iacute; o no. De decir: Este s&iacute;, este no.&rdquo;</p>

<p>La clasificaci&oacute;n de &ldquo;salvables&rdquo; e &ldquo;insalvables&rdquo; se ha visto a otra escala, entre gobiernos, entre pa&iacute;ses, seg&uacute;n Judith Butler. Y pone como ejemplo grotesco el&nbsp;esfuerzo de Trump de anotarse &ldquo;puntos pol&iacute;ticos&rdquo;&nbsp;para su reelecci&oacute;n con la&nbsp;compra de los derechos de la vacuna contra el coronavirus&nbsp;de una compa&ntilde;&iacute;a alemana: &ldquo;&iquest;Imagina (Trump) que la mayor&iacute;a de la gente piensa que es el mercado quien deber&iacute;a decidir c&oacute;mo se desarrolla y distribuye la vacuna?&rdquo;</p>

<p>Evidentemente s&iacute;. Para &eacute;l la &ldquo;racionalidad&rdquo; del mercado es la &uacute;nica comprensible. Estaba seguro de que ser&iacute;a muy aplaudido con un golpe de efecto que le permitiera fanfarronear de haber obtenido de forma exclusiva la referida vacuna, ante las c&aacute;maras y en Twitter, como un Superh&eacute;roe, mientras el resto del planeta sufr&iacute;a el crecimiento del contagio y la humillaci&oacute;n.</p>

<p>&ldquo;La desigualdad social y econ&oacute;mica (contin&uacute;a Butler) asegurar&aacute; que el virus discrimine.&nbsp;El virus por s&iacute; solo no discrimina, pero los humanos lo hacemos, modelados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo.&rdquo;</p>

<p>El &iacute;ntimo conflicto, tan dram&aacute;tico y doloroso, que obliga hoy a los profesionales de la salud de muchos pa&iacute;ses a aplicar &ldquo;mecanismos de selecci&oacute;n&rdquo; entre sus pacientes no lleg&oacute; al mundo con el coronavirus.</p>

<p>Para Solty (como para todos los analistas que no est&aacute;n al servicio del sistema), es obvio que lleg&oacute; mucho antes:</p>

<p>&ldquo;El car&aacute;cter privado y lucrativo de la atenci&oacute;n sanitaria ha sido la garant&iacute;a de que surgiera la Covid-19 tal como lo hizo. Hoy cosechamos los frutos de aquellas medidas econ&oacute;micas.&rdquo;</p>

<p>La visi&oacute;n de los servicios de salud y de la industria farmac&eacute;utica como un lucrativo negocio, donde no hay pacientes sino clientes, sienta las bases quejustifican definitivamente la divisi&oacute;n entre &ldquo;salvables&rdquo; e &ldquo;insalvables&rdquo;.</p>

<p>David Harvey asegura que &ldquo;la industria farmac&eacute;utica privada apenas tiene inter&eacute;s, si es que lo tiene, en realizar investigaciones no rentables sobre las enfermedades infecciosas&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;La industria farmac&eacute;utica rara vez invierte en prevenci&oacute;n. No est&aacute; muy interesada en invertir en estar preparados para una crisis de salud p&uacute;blica. Le encanta dise&ntilde;ar remedios. Cuanto m&aacute;s enferma est&eacute; la gente, m&aacute;s dinero ganan. El modelo de negocio aplicado al servicio p&uacute;blico de salud ha eliminado las capacidades excedentarias que har&iacute;an falta en un caso de emergencia.&rdquo;</p>

<p><strong>Harakiri, malthusianismo, neoliberalismo</strong></p>

<p><strong>&nbsp;</strong></p>

<p>Hace apenas siete a&ntilde;os,un viceprimer ministro y ministro de Finanzas de Jap&oacute;n solicit&oacute; &aacute;speramente a los ancianos de su pa&iacute;s que se hicieran el harakiri para aliviar de cargas innecesarias al presupuesto (<em>El Pa&iacute;s</em>, 26-1-2013). Es monstruoso; pero habr&iacute;a que agradecerle su did&aacute;ctica franqueza. (Por cierto, el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, hizo el pasado 23 de marzo un comentario muy parecido.)</p>

<p>De hecho, la pareja siniestra de malthusianismo y neoliberalismo se ha venido denunciando desde hace a&ntilde;os:</p>

<p>&ldquo;Es com&uacute;n o&iacute;r a los neoliberales diciendo que cuando se trata de salvar al cuerpo puede ser recomendable la amputaci&oacute;n de una pierna. Socialmente eso equivale a la creencia maltusiana seg&uacute;n la cual sobran cerca de 3.000 millones de pobres. Los neoliberales han sido muy claros en cuanto a sus prop&oacute;sitos: la justicia es la que el mercado va estableciendo mediante la competencia y las oportunidades que ofrece a los &ldquo;eficientes&rdquo;. Los &ldquo;eficientes&rdquo; triunfan, los &ldquo;ineficientes&rdquo; fracasan.&rdquo;&nbsp; (Julio Escalona)</p>

<p>&ldquo;Da la impresi&oacute;n de que el sistema neoliberal y la econom&iacute;a de mercado han venido a reducir la poblaci&oacute;n y frenar el crecimiento demogr&aacute;fico, como ven&iacute;a reclamando Malthus hace doscientos a&ntilde;os. La fuerza que empuja las ideas malthusianas es la de los negocios, ni m&aacute;s ni menos. La ganancia est&aacute; por encima de la gente, en especial de aquella cuya vida resulta descartable. (&hellip;) Cientos de millones de personas han dejado de importar. Han quedado excluidas. Sus vidas, su dignidad, ya no importan. Si algo deber&iacute;a sacralizarse en los tiempos que corren es a la persona humana, a hombres y mujeres aherrojados, devaluados por el sistema neoliberal. Pero, lo que se sacraliza en realidad, es al mercado por sobre la dignidad humana.&rdquo; (El&iacute;as Neuman)</p>

<p>Este modelo implica, por supuesto, que el Estado abandone toda responsabilidad con respecto a la poblaci&oacute;n y se convierta en un servidor de &ldquo;los grandes consorcios financieros&rdquo;.</p>

<p>Para Neuman:</p>

<p>&ldquo;Se ha diluido el sentimiento &eacute;tico con respecto a la vida y la seguridad. La inseguridad social constituye un paradigma del modelo de sociedad preconizado por el neoliberalismo de la mano de la globalizaci&oacute;n y el capitalismo financiero, que requieren en su voracidad debilitar al Estado. El Estado ausente de la vida de las mayor&iacute;as excluidas y sin chance, hace abortar de modo violento la aspiraci&oacute;n de justicia y deslegitima a la democracia.&rdquo;</p>

<p>Ya en medio de la pandemia, Juan Manuel P. Dom&iacute;nguez subraya c&oacute;mo se manifiesta ahora este b&aacute;rbaro malthusianismo:</p>

<p>&ldquo;&hellip;ante esta situaci&oacute;n de aniquilaci&oacute;n y muerte masiva (las &eacute;lites) no ocultan su desprecio por las vidas de aquellos con quienes conviven en este mundo. Ni por los Estados que intentan tomar cartas providenciales en el asunto. En un momento de muerte inminente, el capital muestra de manera abierta su irracionalidad, histeria y ego&iacute;smo. No parece casualidad que, tres l&iacute;deres pol&iacute;ticos que en el continente americano ten&iacute;an actitudes similares de desprecio por la gravedad de la situaci&oacute;n, Trump, Bolsonaro, Pi&ntilde;era, fueran al mismo tiempo los m&aacute;ximos representantes de la ideolog&iacute;a neoliberal en la regi&oacute;n.&rdquo;</p>

<p>Tiene raz&oacute;n: no es casualidad. Resulta totalmente natural que la primera reacci&oacute;n de los pol&iacute;ticos neoliberales ante el brote epid&eacute;mico haya sido restarle importancia y mirar hacia otra parte, sobre todo para no afectar la econom&iacute;a.Por supuesto, dentro de su l&oacute;gica inspirada en Malthus y en el llamado &ldquo;darwinismo social&rdquo;, el coronavirus deb&iacute;a concentrarse en &ldquo;los perdedores&rdquo;, en &ldquo;los menos aptos&rdquo;, en gente &ldquo;ineficiente&rdquo;, sin seguro m&eacute;dico ni los recursos m&iacute;nimos para sobrevivir, en las razas &ldquo;inferiores&rdquo;, migrantes o no, en el populacho &ldquo;descartable&rdquo;, en aquellos cuya vida y dignidad no tienen ning&uacute;n valor para el sistema, en los que deben hacerse de una vez el haraquiri. Pero la epidemia, como sabemos, fue m&aacute;s lejos de lo previsto, pod&iacute;a traer consecuencias pol&iacute;ticas yelectorales, y hubo que cambiar de manera oportunista el discurso.</p>

<p>David G&oacute;mez Rodr&iacute;guez acude a un episodio de la Francia de la Restauraci&oacute;n para ilustrar la filosof&iacute;a malthusiana-neoliberal del presente. Nos recuerda la expedici&oacute;n hacia la colonia de Senegal en 1816 de la fragata &ldquo;La Medusa&rdquo; y la conducta de su capit&aacute;n, el Vizconde Hugues Duroy De Chaumareys. Cuando encall&oacute; la embarcaci&oacute;n, este aristocr&aacute;tico capit&aacute;n decidi&oacute; qui&eacute;nes podr&iacute;an acompa&ntilde;arlo en los botes salvavidas (una lista muy selecta) y dej&oacute; atr&aacute;s, en una balsa precaria, a 147 tripulantes sin esperanza alguna. Estos &ldquo;descartables&rdquo;, en su desesperaci&oacute;n, llegaron a acudir al canibalismo. Murieron 132 tras tormentos atroces.</p>

<p>&ldquo;Trump hizo lo mismo que De Chaumareys (subraya G&oacute;mez Rodr&iacute;guez), hoy EE. UU. sabe que perder&aacute;n entre 100.000 y 240.000 vidas como m&iacute;nino, el presidente se preocupa solo por la &eacute;lite; es la misma actitud que toma el presidente Lenin Moreno en Ecuador, anunciando como un logro del gobierno, un plan para recoger cad&aacute;veres de la calle, luego de d&iacute;as de abandono. En tal contexto es importante recordar que, seg&uacute;n la OMS, m&aacute;s de 100 millones de personas est&aacute;n en la pobreza, pues por no tener protecci&oacute;n social se ven forzadas a pagar su atenci&oacute;n sanitaria.La tripulaci&oacute;n de esa balsa (&hellip;) es la humanidad a la que hoy est&aacute;n lanzando por la borda.&nbsp; La verdadera crisis se manifiesta en el colapso de una estructura de poder piramidal sobre la base insostenible de una econom&iacute;a que pone como centro al capital y no al desarrollo humano, estructura a la que personajes como Trump pretenden seguir salvando a costa del canibalismo, ese ser&aacute; su naufragio.&rdquo;</p>

<p><strong>La cuarentena refuerza la&nbsp;injusticia, la discriminaci&oacute;n, la exclusi&oacute;n social</strong></p>

<p><strong>&nbsp;</strong></p>

<p>Es demag&oacute;gico y falso el discurso de las &eacute;lites que asegura que el coronavirus &ldquo;nos iguala&rdquo;, ya que ataca a ricos y pobres por igual. &ldquo;La pandemia s&iacute; entiende de clases sociales&rdquo;, responde Carmen San Jos&eacute;. Y a&ntilde;ade: &ldquo;No, no vamos a salir unidas y unidos de esta pandemia; porque no lo estamos, ni en esto ni en ninguna otra situaci&oacute;n.&rdquo;</p>

<p>Ingar Solty nos recuerda que &ldquo;tal como sucedi&oacute; durante la mortal gripe espa&ntilde;ola de 1918-1919, las vulnerabilidades durante una crisis tienen un fuerte y marcado sesgo de clase&rdquo;. Y pone varios ejemplos actuales muy amargos:&nbsp;</p>

<p>&ldquo;La manera m&aacute;s evidente y directa en que las desigualdades sociales afectan de modo diferente a la clase capitalista y a la clase trabajadora durante una crisis sanitaria la muestra el nuevo fen&oacute;meno de los m&eacute;dicos-conserje. Se trata de m&eacute;dicos que solo prestan servicio a clientes particulares ricos que les pagan por su asistencia durante las 24 horas del d&iacute;a. Mientras cunde la crisis del coronavirus, la gente rica puede someterse a la prueba de detecci&oacute;n del virus, aunque no tenga s&iacute;ntomas, recibe concentradores de ox&iacute;geno, m&aacute;scaras respiratorias, etc., mientras que gente trabajadora con s&iacute;ntomas de Covid-19 ha de luchar por que le hagan la prueba y luego pagar la factura. Cuando todo el mundo tiene que optar por huir en vez de luchar, los capitalistas m&aacute;s ricos (&hellip;)huyen a su manera exclusiva. Los viajes en avi&oacute;n privado se han multiplicado por diez. Multimillonarios (&hellip;) se refugian en su segura segunda residencia en el pa&iacute;s o en el extranjero, donde el mismo confinamiento se soportar&aacute; de un modo muy distinto que el que ha de sufrir la clase obrera.&rdquo;</p>

<p>Un reportaje de&nbsp;<em>The New York Times&nbsp;</em>(&ldquo;Servicios de salud boutique, yates, aviones privados y escondites a prueba de g&eacute;rmenes&rdquo;), de Alex Williams&nbsp;y&nbsp;Jonah Engel Bromwich, explica en detalle c&oacute;mo las &eacute;lites &ldquo;no reparan en gastos para minimizar su experiencia con el coronavirus&rdquo;. Se construyen instalaciones aisladas, m&aacute;s inaccesibles que el b&uacute;nker de Hitler, con m&aacute;ximo confort; pagan lo que llaman &ldquo;consultas&nbsp;boutique&rdquo;, con equipamiento m&eacute;dico y atenci&oacute;n especializada a domicilio; viajan en yates o aviones privados a sitios adonde no ha llegado hasta ahora el virus; y se permiten curiosos caprichos y extravagancias.</p>

<p>Hay &ldquo;famosos&rdquo; que compran gel antibacterial de marca y nasobucos excepcionales y muy caros. Incluso, se hacen selfies en las redes para lucirlos. Uno prefiereun elegante &ldquo;tapabocas urbano&rdquo; de una compa&ntilde;&iacute;a sueca llamada Airinum, que cuenta con cinco capas de filtraci&oacute;n y un &ldquo;acabado ultrasuave ideal para el contacto con la piel&rdquo;. Otros adquieren los que fabrica Cambridge Mask Co., una empresa brit&aacute;nica que usa lo que llama &ldquo;capas de filtrado de part&iacute;culas y carbono de grado militar&rdquo;.</p>

<p>En las ant&iacute;podas de estos millonarios, est&aacute;n los grupos que enumera Boaventura de Sousa Santos. &ldquo;Tienen en com&uacute;n&nbsp;una vulnerabilidad especial que precede a la cuarentena y se agrava con ella&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;Esos grupos conforman lo que llamo el Sur. En mi concepci&oacute;n, el Sur no&nbsp;designa un espacio geogr&aacute;fico. Designa un espacio-tiempo pol&iacute;tico, social y&nbsp;cultural. Es la met&aacute;fora del sufrimiento humano injusto causado por la&nbsp;explotaci&oacute;n capitalista, por la discriminaci&oacute;n racial y&nbsp;sexual.&rdquo;</p>

<p>Mujeres, trabajadores precarios e informales, vendedores ambulantes, moradores en las periferias pobres de las ciudades (favelas, barriadas,&nbsp;slums, cani&ccedil;o, etc.), ancianos, internados en campos de refugiados, inmigrantes indocumentados, poblaciones desplazadas internamente, personas con discapacidad &mdash;con precisi&oacute;n de cirujano, Sousa Santos examina cada tragedia espec&iacute;fica de estos grupos vulnerables.Y se hace (y nos hace) preguntas que son dardos:</p>

<p>&ldquo;&iquest;C&oacute;mo ser&aacute; la cuarentena para&nbsp;aquellos que no tienen hogar? Personas sin hogar, que pasan las noches en&nbsp;viaductos, estaciones abandonadas de metro o tren, t&uacute;neles de aguas&nbsp;pluviales o t&uacute;neles de alcantarillado en tantas ciudades del mundo. En EEUU los llaman tunnel people. &iquest;C&oacute;mo ser&aacute; la cuarentena en los&nbsp;t&uacute;neles?&rdquo;</p>

<p>Aunque el panorama que traza Sousa Santos es aterrador, &eacute;l mismo nos aclara que &ldquo;la lista de los que est&aacute;n al Sur de la cuarentena est&aacute; lejos de ser&nbsp;exhaustiva&rdquo;. Basta, sin embargo, para demostrar su tesis:</p>

<p>&ldquo;&hellip;la cuarentena no solo hace m&aacute;s visible, sino que refuerza, la&nbsp;injusticia, la discriminaci&oacute;n, la exclusi&oacute;n social y el sufrimiento injusto que&nbsp;causan. Resulta que tales asimetr&iacute;as se vuelven m&aacute;s invisibles frente al&nbsp;p&aacute;nico que afecta a los que no est&aacute;n acostumbrados al mismo.&rdquo;</p>

<p>A los grupos vulnerables mencionados por Sousa Santos habr&iacute;a que sumar a latinos y negros de EEUU. Una encuesta que se conoci&oacute; el 25 de marzo se&ntilde;ala que los hispanos son m&aacute;s proclives que los estadounidenses en general a contagiarse con la Covid 19. El 8 de abril circularon unas declaraciones del cirujano general Jerome Adams, uno de los portavoces del gobierno en temas de salud:<strong>&ldquo;Muchos estadounidenses negros (dijo) est&aacute;n en mayor riesgo ante la COVID-19&rdquo;</strong>. Los hispanos son el 29 % de la poblaci&oacute;n de Nueva York y representan sin embargo el 34 % de las muertes por el virus en la ciudad. La comunidad negra neoyorkina tambi&eacute;n se est&aacute; viendo particularmente amenazada: acumula el 28 % de los fallecimientos pese a representar &uacute;nicamente el 22 % de la poblaci&oacute;n.</p>

<p><strong>Preguntas sobre el futuro</strong></p>

<p><strong>&nbsp;</strong></p>

<p>&iquest;Qu&eacute; pasar&aacute; despu&eacute;s de la epidemia?, se preguntan muchos. Entre ellos, Slavoj Zizek, quien ha visto en el Covid-19 &ldquo;un golpe de Kill Bill al capitalismo&rdquo;, el arribo de &ldquo;un comunismo renovado&rdquo; o, en cambio, &ldquo;la barbarie&rdquo;. Otros, muy pesimistas, ven en la pandemia una oportunidad para el sistema de reforzar su control y de hacerlo m&aacute;s cruel. Muchos no se atreven a hacer predicciones; pero coinciden en que no resulta concebible volver al estado de cosas anterior.</p>

<p>El propio Ant&oacute;nio Guterres, Secretario General de la ONU, ha sentenciado:</p>

<p>&ldquo;Simplemente no podemos regresar a donde est&aacute;bamos antes de que golpeara el COVID-19, con sociedades innecesariamente vulnerables a la crisis.&nbsp;La pandemia nos ha recordado, de la manera m&aacute;s dura posible, el precio que pagamos por las debilidades en los sistemas de salud, las protecciones sociales y los servicios p&uacute;blicos. La pandemia ha subrayado y exacerbado las desigualdades, sobre todo la desigualdad de g&eacute;nero. Ha puesto de relieve los desaf&iacute;os actuales en materia de derechos humanos, incluidos el estigma y la violencia contra las mujeres.&nbsp; Ahora es el momento de redoblar nuestros esfuerzos para construir econom&iacute;as y sociedades m&aacute;s inclusivas y sostenibles, que sean m&aacute;s resistentes frente a las pandemias, el cambio clim&aacute;tico y otros desaf&iacute;os globales.&rdquo;&nbsp;</p>

<p>Javier De Lucas declara tajantemente que no quiere &ldquo;volver a la normalidad anterior&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;&hellip;esa manera de entender la pol&iacute;tica que olvida o subordina siempre lo que realmente importa(&hellip;). No quiero volver a esa normalidad en la que los ancianos estorban, a los que lloramos hip&oacute;critamente despu&eacute;s de haberlos confinado, confinado, s&iacute;, fuera de nuestra vista.&rdquo;</p>

<p>Juan Manuel P. Dom&iacute;nguez escucha con atenci&oacute;n &ldquo;las voces cr&iacute;ticas cada vez m&aacute;s presentes en las redes sociales y los medios alternativos&rdquo; y abriga la esperanza de que la crisis las haga &ldquo;cada vez m&aacute;s influyentes&rdquo; frente a un neoliberalismo &ldquo;inmovilizado por el virus&rdquo;.</p>

<p>&ldquo;Adem&aacute;s, nadie quiere, salvo el pu&ntilde;ado de magnates que se enriquecieron con la salvaje rapi&ntilde;a perpetrada durante la era neoliberal, que el mundo vuelva a ser como antes&rdquo; &mdash;afirma Atilio Bor&oacute;n, en la m&aacute;s l&uacute;cida reflexi&oacute;n que se ha escrito en torno a esta crisis.&nbsp;</p>

<p>Para Atilio, &ldquo;la primera v&iacute;ctima fatal&rdquo; de la pandemia &ldquo;fue la versi&oacute;n neoliberal del capitalismo&rdquo;; aunque no cree &ldquo;que el virus en cuesti&oacute;n haya obrado el milagro de acabar no s&oacute;lo con el neoliberalismo sino tambi&eacute;n con la estructura que lo sustenta: el capitalismo como modo de producci&oacute;n y como sistema internacional&rdquo;. &ldquo;Pero la era neoliberal (se&ntilde;ala) es un cad&aacute;ver a&uacute;n insepulto pero imposible de resucitar.&rdquo;</p>

<p>El capitalismo, en cambio, como dijo Lenin, &ldquo;no caer&aacute; si no existen las fuerzas sociales y pol&iacute;ticas que lo hagan caer&rdquo;. Sobrevivi&oacute; a la llamada &ldquo;gripe espa&ntilde;ola&rdquo; y &ldquo;al tremendo derrumbe global&rdquo; de la Gran Depresi&oacute;n. Ha demostrado &ldquo;una inusual resiliencia (ya advertida por los cl&aacute;sicos del marxismo) para procesar las crisis e inclusive salir fortalecido de ellas&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;Pensar que en ausencia de aquellas fuerzas sociales y pol&iacute;ticas se&ntilde;aladas por el revolucionario ruso (que de momento no se perciben ni en EEUU ni en los pa&iacute;ses europeos) ahora se producir&aacute; el tan anhelado deceso de un sistema inmoral, injusto y predatorio, enemigo mortal de la humanidad y la naturaleza,&nbsp;es m&aacute;s una expresi&oacute;n de deseos que producto de un an&aacute;lisis concreto.</p>

<p>Atilio nos propone como hip&oacute;tesis de trabajo:</p>

<p>&ldquo;&hellip;una transici&oacute;n hacia el postcapitalismo (&hellip;) con avances profundos en algunos terrenos: la desfinanciarizaci&oacute;n de la econom&iacute;a, la desmercantilizaci&oacute;n de la sanidad y la seguridad social, por ejemplo, y otros m&aacute;s vacilantes, tropezando con mayores resistencias de la burgues&iacute;a, en &aacute;reas tales como el riguroso control del casino financiero mundial, la estatizaci&oacute;n de la industria farmac&eacute;utica (&hellip;), las industrias estrat&eacute;gicas y los medios de comunicaci&oacute;n, am&eacute;n de&nbsp; la recuperaci&oacute;n p&uacute;blica de los llamados &ldquo;recursos naturales&hellip;&rdquo;</p>

<p>Un mundo post-pand&eacute;mico con &ldquo;mucho m&aacute;s estado y mucho menos mercado&rdquo; y masas populares m&aacute;s conscientes y politizadas (gracias a las amargu&iacute;simas lecciones del virus y del neoliberalismo) y &ldquo;propensas a buscar soluciones solidarias, colectivas, inclusive socialistas&rdquo;. En medio, adem&aacute;s, de una nueva geopol&iacute;tica, con el imperialismo estadounidense desacreditado, carente del liderazgo de otros tiempos, &ldquo;y su prestigio internacional muy debilitado&rdquo;:</p>

<p>&ldquo;China pudo controlar la pandemia y EEUU no; China, Rusia y Cuba ayudan a combatirla en Europa, y Cuba, ejemplo mundial de solidaridad, env&iacute;a m&eacute;dicos y medicamentos a los cinco continentes mientras que lo &uacute;nico que se les ocurre a quienes transitan por la Casa Blanca es enviar 30.000 soldados para un ejercicio militar con la OTAN e intensificar las sanciones contra Cuba, Venezuela e Ir&aacute;n, en lo que constituye un evidente crimen de guerra.&rdquo;</p>

<p><strong>Fidel: &ldquo;sembrar ideas, sembrar conciencia&rdquo;</strong></p>

<p>El escenario posterior a la pandemia representa, para Atilio, un &ldquo;tremendo desaf&iacute;o&rdquo; para &ldquo;todas las fuerzas anticapitalistas del planeta&rdquo; y &ldquo;una oportunidad &uacute;nica, inesperada, que ser&iacute;a imperdonable desaprovechar&rdquo;. Hay que &ldquo;concientizar, organizar y luchar, luchar hasta el fin&rdquo;. Y evoca a Fidel en aquella reuni&oacute;n de la Red &ldquo;En defensa de la Humanidad&rdquo;, en medio de la Feria del Libro de 2012:</p>

<p>&ldquo;&hellip;si a ustedes les dicen: tengan la seguridad de que se acaba el planeta y se acaba esta especie pensante, &iquest;qu&eacute; van a hacer, ponerse a llorar? Creo que hay que luchar, es lo que hemos hecho siempre.&rdquo;</p>

<p>Hace muy bien Atilio en recordar a Fidel ante la crisis, la incertidumbre, el horror y el espect&aacute;culo del neoliberalismo, desnudo y en rid&iacute;culo como el rey de la f&aacute;bula. Y tambi&eacute;n ante las esperanzas que pudieran abrirse.</p>

<p>Cuba, gracias a Fidel, a sus ideas, a su obra monumental, ha puesto la medicina, la ciencia y todas las fuerzas del Estado al servicio del ser humano y en particular de los m&aacute;s vulnerables, en su territorio y en todas partes. Si vamos a pensar en serio en un mundo futuro postcapitalista, hay que recordar, como Atilio, a Fidel y a Cuba.&nbsp;</p>

<p>Nuestros m&eacute;dicos y enfermeros internacionalistas anticipan d&iacute;a a d&iacute;a esa utop&iacute;a con la que muchos sue&ntilde;an ahora.</p>

<p>10 de abril de 2020</p>

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