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Abril 1965, Aníbal de Peña: «El día que grabamos el Himno de la Revolución la ciudad

Abril 1965, Aníbal de Peña: «El día que grabamos el Himno de la Revolución la ciudad era pura candela"

Publicado: 26/04/2020

Abril 1965, Aníbal de Peña: «El día que grabamos el Himno de la Revolución la ciudad

<h1>bril 1965, An&iacute;bal de Pe&ntilde;a: &laquo;El d&iacute;a que grabamos el Himno de la Revoluci&oacute;n la ciudad era pura candela&rdquo;</h1>

<p>Cantando el Himno de la Revoluci&oacute;n de Abril de 1965. An&iacute;bal de Pe&ntilde;a, en el piano. El coronel Francisco Alberto Caama&ntilde;o De&ntilde;&oacute; (de pie a la derecha). Al lado de Caama&ntilde;o De&ntilde;&oacute; el combatiente H&eacute;ctor Aristy.</p>

<p>Santo Domingo, Rep&uacute;blica Dominicana.- Aquella guerra de 20 cuadras, que comenz&oacute; el 24 de abril de 1965, ha dejado profundas huellas en su vida. En ella fue el comandante incierto de un grupo de zapadores encargados de abrirle llagas a la ciudad para detener el avance de las tropas contrarias.</p>

<p>El r&iacute;o Ozama era la frontera de la esperanza, y el puente Duarte la l&iacute;nea divisoria entre la verg&uuml;enza y el decoro.</p>

<p>La tarde del 15 de junio, bajo la ciudad sometida al recio fuego de los invasores norteamericanos que vinieron en auxilio de la desesperaci&oacute;n golpista, con los muertos queridos amonton&aacute;ndose en el hospital Padre Billini, y con el fervor nacionalista de esos d&iacute;as desbordando todos los term&oacute;metros de la ciudad enardecida, An&iacute;bal de Pe&ntilde;a le puso m&uacute;sica a la revoluci&oacute;n.</p>

<p>&laquo;Me queda la satisfacci&oacute;n de haberle puesto letra y m&uacute;sica al coraje y la dignidad de aquellos d&iacute;as&raquo;, dice serenamente, bajo el trazo de invierno que le asoma en la parte delantera de la cabeza.</p>

<p><img alt="Aníbal de Peña." src="https://acento.com.do/wp-content/uploads/An%C3%ADbal-de-Pe%C3%B1a-copositorm%C3%BAsico-y-cantante-dominicano-2.jpg" style="border-style:none; width:503px" />An&iacute;bal de Pe&ntilde;a.</p>

<p>En la partida hacia Londres que le impuso la soldadesca, el coronel Francis Caama&ntilde;o, de quien guarda hermosos recuerdos y profundas nostalgias, le regal&oacute; un rev&oacute;lver niquelado en homenaje a su amistad. &laquo;Francis es uno de los hombres m&aacute;s grandes de nuestra historia&raquo;.</p>

<p>Tras componer el himno que acompa&ntilde;&oacute; a los combatientes en las trincheras fue perseguido y mandado a matar en varias ocasiones, sufri&oacute; los dolores del exilio y afront&oacute; situaciones de calamidad econ&oacute;mica.</p>

<p>Ha pasado el tiempo y An&iacute;bal de Pe&ntilde;a tiene una hamaca de colores en su patio donde mece su &uacute;ltima estaci&oacute;n y recuerda los intensos momentos vividos en la guerra. &laquo;Parece que fue ayer&raquo;, dice mirando al cielo. Me siento orgulloso de haber cumplido con mi deber, y esa satisfacci&oacute;n se la dejo a mis hijos para que vivan con la dignidad con que lo hicimos nosotros&raquo;.</p>

<p>Ahora quiere testimoniar, mientras se prepara para irse a cantar al hotel El Napolitano, del malec&oacute;n, donde trabaja dignamente los jueves y viernes junto a Iluminada Jim&eacute;nez, su esposa, y su amigo Cheo Zorrilla.</p>

<p><strong>&iquest;C&oacute;mo se involucr&oacute; usted en el torbellino de la guerra?</strong></p>

<p>Antes de que se produjera el movimiento 24 de abril yo estuve inmerso en un movimiento anti-trujillista, que me llev&oacute; a la Cuarenta, la c&aacute;rcel de Trujillo. Estuve prisionero all&iacute;, y me sentaron nueve veces en una silla el&eacute;ctrica, en la misma silla el&eacute;ctrica donde sali&oacute; Mes&oacute;n retratado. Afortunadamente no pas&eacute; mucho tiempo ah&iacute;, s&oacute;lo como un mes. Pero me torturaron, me maltrataron bastante.</p>

<p>Yo estaba en un movimiento que encabezaba mi hermano Washington. En esa &eacute;poca viene el PRD a hacer pol&iacute;tica a la Rep&uacute;blica Dominicana, lo cual se critic&oacute; much&iacute;simo, porque se cre&iacute;a que lo que se estaba era ech&aacute;ndole un poquito de agua tibia al r&eacute;gimen de Trujillo. Al final se demostr&oacute; que los que tuvieron raz&oacute;n fueron los de la idea de venir aqu&iacute; a hacer pol&iacute;tica. En aquella &eacute;poca hacer pol&iacute;tica era un acto patri&oacute;tico.</p>

<p>Permitieron que se organizara el PRD. Juan Bosch y mi madre eran coterr&aacute;neos de La Vega. Se conoc&iacute;an bien. Mi mam&aacute; era compa&ntilde;era de infancia de una de las hermanas de Bosch. Nos contactaron a nosotros por ser una familia connotada, una familia de revolucionarios.</p>

<p><img alt="Aníbal de Peña." src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000i5gknMWMDGE/s/500/I0000i5gknMWMDGE.jpg" style="border-style:none; width:608px" />An&iacute;bal de Pe&ntilde;a.</p>

<p>A nosotros nos contact&oacute; el propio Juan Bosch. Lo que hicimos fue darles respaldo a viejos conocidos de mi familia.</p>

<p>A m&iacute; me nombran en una comisi&oacute;n que fue a Puerto Rico, mientras mi hermano Washington, que fue el primer Secretario General del PRD, se queda aqu&iacute;. La misi&oacute;n la llamaron&nbsp;<em>La caravana de la democracia</em>. Fuimos a hacer actividades art&iacute;sticas para recabar dinero para la causa de la libertad.</p>

<p>Precisamente, quien tra&iacute;a el dinero de Puerto Rico era yo. Yo daba un viaje para traerlo, y luego me iba. Se lo tra&iacute;a personalmente a Juan Bosch. En el grupo estaban mi compadre Virgilio Hell, Thelma Fr&iacute;as, mi hermana Lili. Tambi&eacute;n un grupo de muchachos de San Jos&eacute; de Ocoa. Estaban dos hermanas muy j&oacute;venes. Entre todas eran seis muchachas.</p>

<p>Yo fui, no solamente a hacer el trabajo de colectar dinero, sino a cuidar las muchachas, que eran muy bonitas, entre ellas estaba la hermana m&iacute;a. Imag&iacute;nate, era un problema terrible el que ten&iacute;amos, asediados por much&iacute;simos hombres. Y entonces est&aacute;bamos haciendo un trabajo revolucionario.</p>

<p>En eso yo tuve que exiliarme porque el 19 de noviembre del 61, cuando se fueron los Trujillo de aqu&iacute;, yo particip&eacute; en el asalto del consulado dominicano en Puerto Rico, y eso me puso en una posici&oacute;n que no pod&iacute;a regresar a la Rep&uacute;blica Dominicana. Entonces me exili&eacute;, me fui a Nueva York, y all&aacute; estuve hasta que Juan Bosch fue elegido Presidente de la rep&uacute;blica. Regres&eacute; al pa&iacute;s.</p>

<p>Yo me desconect&eacute; de la actividad porque en realidad yo nunca he tenido vocaci&oacute;n para la acci&oacute;n pol&iacute;tica, para el trabajo pol&iacute;tico. Yo he respaldado a mi pa&iacute;s siempre y mis actuaciones pol&iacute;ticas siempre han tenido que ver con el patriotismo, no con el partidismo. El individuo que hace pol&iacute;tica busca una posici&oacute;n dentro de su partido y en el gobierno, y yo nunca he buscado eso. Y cuando no ha habido necesidad de que mi presencia o mi nombre sirva para algo, pues yo hago un reflujo, me voy hacia atr&aacute;s.</p>

<p>Yo estaba trabajando en ese tiempo en una factor&iacute;a, cosiendo, y me iba muy bien. Adem&aacute;s, cantaba en un sitio que le dec&iacute;an&nbsp;<em>La lechonera</em>. Cuando una gente ganaba 45 d&oacute;lares a la semana, yo me ganaba 300 cosiendo y cantando.</p>

<p><img alt="Aníbal de Peña." src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000yIr6RkXPW1k/s/500/I0000yIr6RkXPW1k.jpg" style="border-style:none; width:605px" />An&iacute;bal de Pe&ntilde;a.</p>

<p>En eso me llam&oacute; Angel Miol&aacute;n a Nueva York y me nombr&oacute; delegado especial del PRD en Estados Unidos para que yo me ocupara de un problema que hab&iacute;a entre los seguidores del PRD. T&uacute; sabes que siempre ha habido una relaci&oacute;n muy estrecha entre la gente que vive en Nueva York y la pol&iacute;tica aqu&iacute; en Rep&uacute;blica Dominicana.&nbsp; Hab&iacute;a un pleito entre los dos l&iacute;deres principales del PRD, que eran Nicol&aacute;s Silfa y Gast&oacute;n Espinal, el pap&aacute; de Mundito Espinal.</p>

<p>Mi papel fue a hacer como de&nbsp;<em>referi</em>; a m&iacute; me nombraron delegado especial para ver c&oacute;mo consegu&iacute;a que se limaran las asperezas. De todas maneras, se produjo una divisi&oacute;n, Silfa se sali&oacute; del PRD y lleg&oacute; a ser miembro del Partido Reformista. Yo llen&eacute; mi cometido, pero mi trabajo lo perd&iacute;.</p>

<p>Al producirse la elecci&oacute;n de Juan Bosch yo estaba a punto de venir para el pa&iacute;s. Bosch me orden&oacute; que me quedara en Nueva York al frente del Consulado, pero le dije al profesor que no.&nbsp;<em>Es una orden</em>, me dijo. Me qued&eacute; calladito, pero tan pronto tuve la oportunidad arranqu&eacute; para Santo Domingo. Yo me quede aqu&iacute;, y a &eacute;l parece que despu&eacute;s se le olvid&oacute; eso. De todas maneras, el gobierno lo que dur&oacute; fueron siete meses.</p>

<p>Cuando se produce el derrocamiento de Juan Bosch ya yo estaba aqu&iacute;. Mi hermano Washington no estaba aqu&iacute;. Yo volv&iacute; a mis actividades patri&oacute;ticas y me mantuve en contacto siempre con los dem&aacute;s. Una de los sitios donde dorm&iacute;a Pe&ntilde;a G&oacute;mez generalmente era en mi casa. El d&iacute;a que comenz&oacute; la revoluci&oacute;n quien lo llev&oacute; a &eacute;l a Radio Televisi&oacute;n Dominicana fui yo en mi veh&iacute;culo.</p>

<p>Salimos para el canal. Cuando llegamos all&aacute; estaba&nbsp;<em>Morillito</em>&nbsp;(coronel Jos&eacute; de Jes&uacute;s Morillo L&oacute;pez). Tan pronto Pe&ntilde;a G&oacute;mez se ape&oacute; del carro&nbsp;<em>Morillito</em>&nbsp;lo cogi&oacute; preso. Ni siquiera pudo hablar en Radio Televisi&oacute;n Dominicana ese d&iacute;a.</p>

<p>Con nosotros andaba mi compadre Quiquito Landestoy. Yo digo que&nbsp;<em>Morillito</em>&nbsp;le salv&oacute; la vida a Pe&ntilde;a G&oacute;mez en ese momento porque &eacute;l le dio un culatazo, y dijo:<em>&nbsp;Tr&aacute;nquenme ese hombre y cuidado quien le pone la mano</em>.</p>

<p>En mi casa, Pe&ntilde;a G&oacute;mez se reun&iacute;a con los conspiradores, y a trav&eacute;s de mi mam&aacute; manten&iacute;a ciertas conexiones. Eso era en la Pasteur esquina George Washington, en el malec&oacute;n.</p>

<p>El 24 de abril todo el mundo andaba muy exaltado, pero tambi&eacute;n est&aacute;bamos asustados. El asunto fue muy efervescente, muy violento. Yo estaba acostado. Lo primero que ocurri&oacute; fue que a los conspiradores los descubrieron.</p>

<p>El coronel Francisco Alberto Caama&ntilde;o De&ntilde;&oacute;, en la calle El Conde.</p>

<p>Hab&iacute;a dentro de las Fuerzas Armadas un grupo de hombres que se hab&iacute;a dispuesto a que se terminara esa situaci&oacute;n de facto que representaba el gobierno de Donald Reid Cabral para traer a Juan Bosch. Espec&iacute;ficamente eran Caama&ntilde;o, Rafelito Fern&aacute;ndez Dom&iacute;nguez, Lachapelle, el capit&aacute;n Pe&ntilde;a y algunos sargentos. El capit&aacute;n Pe&ntilde;a fue quien produjo el levantamiento. Se precipitaron los acontecimientos porque hicieron preso a algunos conspiradores. Hasta mataron a un oficial, y ah&iacute; empez&oacute; la revoluci&oacute;n, ah&iacute; en el campamento 16 de agosto.</p>

<p>Pe&ntilde;a G&oacute;mez est&aacute; en mi casa cuando se entera de lo que est&aacute; pasando. Empez&oacute; a hacer sus contactos, empez&oacute; a llamar gente. Es decir, que el primer d&iacute;a, esa tarde, mi casa era como un centro. Despu&eacute;s me fui a la calle Juan Isidro P&eacute;rez, donde dorm&iacute;a con mis hijos, y en la madrugada fue que son&oacute; la sirena de los bomberos que yo menciono en el Himno.</p>

<p>Prend&iacute; el radio y escuch&eacute; el pronunciamiento de los militares llamando al pueblo a que los apoyaran porque se estaba derrocando el gobierno. Dijeron que ellos estaban tomando la ciudad. Ah&iacute; fue que empez&oacute; realmente el asunto. Lo que hubo el mismo 24 fue un conato, la gente se tir&oacute; a la calle a hacer los movimientos por la radio. Freddy Beras Goico habl&oacute; por radio. A partir de ese d&iacute;a comienzan los bombardeos y empiezan los combates.</p>

<p><strong>&iquest;Cu&aacute;l fue su participaci&oacute;n en la guerra?</strong></p>

<p><img src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000Q6XLVenVAuo/s/500/I0000Q6XLVenVAuo.jpg" style="border-style:none; width:601px" /></p>

<p>Yo en realidad no fui un combatiente. Pese a que al otro d&iacute;a me encontr&eacute; con Manolo Borda, y Manolo Borda me dijo&nbsp;<em>Yo quiero que t&uacute; te ocupes del comando de los zapadores</em>. Me nombraron oficial y me encargaron de los hombres&nbsp;<em>sapos</em>, como me dec&iacute;a Borda en una forma ir&oacute;nica. Yo lo que ten&iacute;a era hombres de pico y pala, los hombres que hac&iacute;an las zanjas, pero yo era el comandante.</p>

<p>Me levantaba todos los d&iacute;as como el que va a trabajar. Yo ten&iacute;a una oficina de ingenieros que trazaba cada d&iacute;a las directrices al trabajo de los zapadores. Los envi&aacute;bamos a picar, a hacer las zanjas anti-tanques que se hicieron en los d&iacute;as de la guerra por toda la ciudad. Todo lo que se hizo en ese sentido lo hicieron los hombres bajo mi mando.</p>

<p>Cuando consider&eacute; que mi labor hab&iacute;a rendido sus frutos y que ya no hac&iacute;a falta all&iacute;, entonces renunci&eacute; y delegu&eacute; mis funciones en el subcomandante. Era un muchacho ligado a la actividad de los sindicatos de choferes que tan pronto termin&oacute; la guerra, lo esperaron en su pueblo y lo asesinaron vilmente. Su muerte fue parte de la cacer&iacute;a que se desat&oacute; despu&eacute;s de la contienda.</p>

<p>Yo no combat&iacute; ni nunca estuve armado. Yo realic&eacute; actividades administrativas que est&aacute;n m&aacute;s de acuerdo con lo que es un artista, porque yo en realidad no soy un guerrero.</p>

<p><strong>&iquest;Cu&aacute;ndo, c&oacute;mo y bajo qu&eacute; condiciones escribi&oacute; usted el himno de la revoluci&oacute;n?</strong></p>

<p>Escrib&iacute; el himno de la revoluci&oacute;n el 15 de junio, el mismo d&iacute;a que los americanos estaban tratando de tomar la ciudad En la grabaci&oacute;n participaron todos los artistas dominicanos de la &eacute;poca. Los Olme&ntilde;os, Frank Lendor, Fernando Recio, mi hermana Lili; este muchacho Papi Pe&ntilde;a, que era del socialcristiano fue que toc&oacute; el piano; Jos&eacute; Delmonte canta ah&iacute; tambi&eacute;n, Nandi Rivas, otra hermana m&iacute;a, Gloria de Pe&ntilde;a, y otros que no recuerdo.</p>

<p>El d&iacute;a de la grabaci&oacute;n era candela pura. Se o&iacute;a el tableteo de las ametralladoras mientras nosotros est&aacute;bamos donde Fabio Inoa, en El Conde esquina Espaillat, en el tercer piso. All&iacute; estaba situado el estudio&nbsp;<em>Fabiola</em>. Lo hicimos en un ratito. Recuerdo que me encontr&eacute; con H&eacute;ctor Aristy, ministro de la Presidencia, frente al edificio Copello, donde estaba la sede del gobierno constitucionalista, y le dije:<em>&nbsp;Yo quiero que t&uacute; oigas esto</em>. Nosotros nos conoc&iacute;amos desde que &eacute;l estaba en el PLE, el Partido de Liberaci&oacute;n&nbsp;<em>nosequecosa</em>, que era de don Lu&iacute;s Amiama que, por cierto, fue en los d&iacute;as de la revoluci&oacute;n que se cambi&oacute;, dio un&nbsp;<em>izquierdazo</em>&nbsp;y se qued&oacute; ah&iacute; para toda la vida.</p>

<p>Me dijo:<em>&nbsp;Est&aacute; muy bueno, gr&aacute;balo</em><strong><em>, y</em></strong>&nbsp;yo lo grab&eacute;. Al otro d&iacute;a se lo llev&eacute; a Francis Caama&ntilde;o. Francis hasta se lo aprendi&oacute; y lo cant&oacute; en una manifestaci&oacute;n.</p>

<p>La idea de escribir un himno que identificara la revoluci&oacute;n constitucionalista tuvo su origen en el hecho de que yo o&iacute; a Lu&iacute;s Reyes Acosta y a los locutores en la emisora constitucionalista con una marcha muy com&uacute;n, pero ajena. Y pens&eacute;:<em>&nbsp;C&oacute;mo es posible que nosotros estemos tocando eso ah&iacute;, una cosa extranjera, en una revoluci&oacute;n tan nuestra y tan aut&eacute;ntica. Yo voy a escribir algo</em>. Y as&iacute; lo hice.</p>

<p><strong>&iquest;Qu&eacute; problemas le acarre&oacute; en su vida ulterior ser el autor del Himno de la Revoluci&oacute;n?</strong></p>

<p><img alt="Presidente Juan Bosch, de pie, al frente." src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000qJtYRPolyyo/s/500/I0000qJtYRPolyyo.jpg" style="border-style:none; width:603px" />Presidente Juan Bosch, de pie, al frente.</p>

<p>Haber compuesto ese himno me acarre&oacute; todos los problemas del mundo. Un d&iacute;a estaba en mi casa y llama Juan Bosch y me dice:&nbsp;<em>An&iacute;bal: coge un avi&oacute;n y vete</em>. Yo me mont&eacute; en un avi&oacute;n y me fui. Yo no le pregunt&eacute; por qu&eacute;. Cuando volv&iacute;, cinco o seis meses despu&eacute;s, le pregunt&eacute; qu&eacute; era lo que hab&iacute;a pasado, y me dijo que hab&iacute;an asignado una persona para que me matara. Igualito que como mataron a Pichirilo.</p>

<p>Otro d&iacute;a que estaba cantando en un bar de Santiago Rodr&iacute;guez se par&oacute; un sargento con una pistola 45 a matarme. Eso fue en el a&ntilde;o 1967. Un mayor que estaba ah&iacute; le fue arriba y le quit&oacute; el arma. Gracias a &eacute;l puedo contarlo. Despu&eacute;s me enter&eacute; que la persona que me hab&iacute;an asignado para asesinarme fue el mismo que mat&oacute; a varias personas, entre ellas a sus hijos, a su mujer y a su suegra. Es decir, que a m&iacute; no me salvaba nadie si me quedaba en el pa&iacute;s.</p>

<p>Como ves, he tenido much&iacute;simos problemas. Actualmente estoy escribiendo un libro. Es como una novela que tiene mucho de lo que soy yo, de lo que es mi familia, mis amigos, la gente que conozco, la gente que he tratado, la &eacute;poca en que he vivido.</p>

<p>Es una especie de testimonio de lo que vieron mis ojos. Es un testimonio de haber vivido, donde mi paso por la guerra es importante. Tiene que ver mucho con la Guerra de Abril, con la represi&oacute;n trujillista. Yo creo que aqu&iacute; hay que hacer muchos testimonios de lo que vivimos.</p>

<p>La juventud no sabe lo que ha sucedido aqu&iacute; en el pasado reciente. No sabe lo que es estar desnudo amarrado en una celda solitaria esperando que te sienten en una silla el&eacute;ctrica, te ahorquen o te maten y te tiren a los tiburones. Hay que seguir d&aacute;ndolo a conocer. Eso busca mi libro, testimoniar.</p>

<p><strong>&iquest;C&oacute;mo fue su relaci&oacute;n personal con Francis Caama&ntilde;o?</strong></p>

<p><img src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000VXd.baDXDo0/s/500/I0000VXd.baDXDo0.jpg" style="border-style:none; width:588px" /></p>

<p>Me ve&iacute;a a veces con Francis durante los d&iacute;as de la guerra. Tambi&eacute;n me juntaba con Montes Arache, jefe de los Hombres Rana. Francis, incluso, el d&iacute;a que se iba para Londres me regal&oacute; un rev&oacute;lver niquelado que yo no lo pude conservar. Pero Francis era en realidad una persona muy ocupada, y yo estaba muy ocupado tambi&eacute;n.</p>

<p>Yo creo que Francis fue en realidad uno de los mejores hombres que nosotros hemos tenido en toda nuestra historia, un hombre leal a sus principios, a lo que &eacute;l era. Siempre fue un hombre generoso. En la misma revoluci&oacute;n, Francis no fue hombre de matar o a fusilar. Se hicieron muchas cosas, se cometieron muchos excesos contra personas que se encontraban infiltradas, pero &eacute;l luch&oacute; mucho contra eso, &eacute;l nunca fue parte de eso. Todo lo contrario, el luch&oacute; denodadamente contra eso.</p>

<p>La revoluci&oacute;n fue un movimiento espont&aacute;neo contra una situaci&oacute;n real; un momento donde un pueblo ten&iacute;a que levantarse para imponer su respeto. De lo que se habl&oacute; fue de la vuelta a la constitucionalidad. Era el derecho de un pueblo lo que estaba en juego. Y Francis lo supo entender.</p>

<p><strong>&iquest;Usted cree que vali&oacute; la pena la Guerra de Abril, a pesar de que no logr&oacute; alterar sustancialmente las relaciones de poder en la Rep&uacute;blica Dominicana?</strong></p>

<p><img src="https://ssl.c.photoshelter.com/img-get/I0000ETTL2H_yEIw/s/500/I0000ETTL2H_yEIw.jpg" style="border-style:none; width:635px" /></p>

<p>Primero hay que saber que el movimiento no fue derrotado, m&aacute;s bien fue ahogado. Si los americanos no se meten aqu&iacute; con 42 mil infantes de marina no sucede lo que sucedi&oacute;. El movimiento triunf&oacute;, no s&oacute;lo desde el punto de vista t&aacute;ctico, sino ideol&oacute;gico porque, aunque despu&eacute;s de la guerra la parte contraria, representada por Balaguer y su gente, fue lo que se qued&oacute; en el gobierno, lo que subyace en la mayor&iacute;a del pueblo dominicano, es la idea de redenci&oacute;n y de que se luch&oacute; por la libertad. Con cualquier persona que hables no te va a decir&nbsp;<em>no debimos haber luchado</em>.</p>

<p>Todos los recuerdos que tengo de la guerra son malos. Yo considero que hice lo que ten&iacute;a que hacer. Cuando fui a Bonao a llevar a mi mam&aacute;, le dije:&nbsp;<em>Mam&aacute;, yo me pas&eacute; todo el tiempo diciendo que era patriota, que amaba mi pa&iacute;s; ahora el pa&iacute;s est&aacute; intervenido por una potencia extranjera, as&iacute; que yo no puedo darme el lujo de quedarme aqu&iacute; en Bonao. Lleg&oacute; el momento de demostrar el amor a la patria, yo lo siento mucho, perd&oacute;name el dolor y el sufrimiento, pero tengo que irme a estar con el movimiento revolucionario</em>. Ella me respondi&oacute;:&nbsp;<em>Mi hijo, que Dios te cuide.</em></p>

<p>Yo creo que en ese momento el hombre que no dijo presente simplemente se equivoc&oacute;. Esa fue la &uacute;ltima oportunidad que tuvo de hacerlo. La vida pasa y pasan las generaciones, y cu&aacute;ntas veces los hombres tienen la oportunidad de defender a su patria y demostrarle el amor que dicen tenerle. Ese fue un momento hist&oacute;rico, fue una &eacute;poca de gloria.</p>

<p>El que no acudi&oacute; al llamado se equivoc&oacute; o estaba mal ubicado, pero nadie puede sentir orgulloso de no participar teniendo la posibilidad de hacerlo.</p>

<p><em>*Esta entrevista fue realizada y publicada en el a&ntilde;o 1996</em></p>

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