Turno Libre

Discurso del embajador Samuel Moncada durante sesión virtual del

Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la incursión mercenaria en Venezuela

Publicado: 21/05/2020

Discurso del embajador Samuel Moncada durante sesión virtual del

<p>Le agradezco la convocatoria de esta reuni&oacute;n para discutir los &uacute;ltimos acontecimientos en Venezuela, especialmente los que ocurrieron el pasado 03 de mayo,&nbsp;as&iacute; como la inminente amenaza de un ataque armado, en un inminente quebrantamiento de la paz en mi pa&iacute;s y de toda la regi&oacute;n si la agresi&oacute;n contin&uacute;a.</p>

<p>Se&ntilde;or Presidente,</p>

<p>Al firmar la Carta de las Naciones Unidas todos nos comprometimos a &ldquo;tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, suprimir actos de agresi&oacute;n u otros quebrantamientos de la paz y lograr por medios pac&iacute;ficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional, la soluci&oacute;n de controversias o situaciones internacionales que puedan conducir a quebrantamientos de la paz&rdquo;. Hoy en d&iacute;a, esta disposici&oacute;n ha sido violada, con impunidad, y con pleno desprecio de la Carta.</p>

<p>En una carta dirigida al Consejo de Seguridad, de fecha 13 de mayo de 2020, demostramos al mundo las agresiones armadas contra mi pa&iacute;s, las cuales, seg&uacute;n pruebas p&uacute;blicas e irrefutables compartidas en ese momento, demostraron que los gobiernos de los Estados Unidos de Am&eacute;rica y de la Rep&uacute;blica de Colombia facilitaron la planificaci&oacute;n, el entrenamiento, la financiaci&oacute;n y, a&uacute;n hoy, est&aacute;n protegiendo a grupos de mercenarios y terroristas, que ejecutaron un ataque armado con el objetivo de perpetrar 1) asesinatos indiscriminados de poblaci&oacute;n civil inocente; 2) asesinatos selectivos contra altos funcionarios de mi gobierno; y 3) el asesinato del presidente Nicol&aacute;s Maduro.</p>

<p>Esto es una evidente violaci&oacute;n de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional y de m&uacute;ltiples resoluciones de este Consejo de Seguridad, que son legalmente vinculantes para todos los Estados Miembros. Los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos de Am&eacute;rica infringieron sus obligaciones pertinentes en virtud del derecho internacional, en particular las previstas en las siguientes cuatro (04) resoluciones:</p>

<ul>
<li>La resoluci&oacute;n 239 (1967) del Consejo de Seguridad, en la que se condena que un Estado permita o tolere &ldquo;el reclutamiento de mercenarios y la concesi&oacute;n de facilidades a &eacute;stos con el fin de derrocar a los gobiernos de los Estados Miembros de las Naciones Unidas&rdquo;.</li>
<li>La resoluci&oacute;n 1269 (1999) del Consejo de Seguridad, en la que se exhorta a los Estados a &ldquo;prevenir y reprimir en sus territorios, por todos los medios l&iacute;citos, la preparaci&oacute;n y la financiaci&oacute;n de todo acto de terrorismo&rdquo;.</li>
<li>La resoluci&oacute;n 1373 (2001) del Consejo de Seguridad, en la que se decide que todos los Estados deber&aacute;n abstenerse de suministrar cualquier tipo de apoyo a las entidades o personas que participen en actos de terrorismo, incluso reprimiendo su reclutamiento y el suministro de armas a los terroristas, y denegar el asilo a quienes financien, planifiquen, apoyen o cometan actos de terrorismo.</li>
<li>La resoluci&oacute;n 1456 (2003) del Consejo de Seguridad, en la que se exhorta a los Estados a que &ldquo;se presten asistencia mutua, en la mayor medida posible, para prevenir, investigar, enjuiciar y castigar los actos de terrorismo, dondequiera que ocurran&rdquo;, al tiempo que se subraya que &ldquo;los Estados deben someter a la justicia a quienes financien, planifiquen, apoyen o cometan actos de terrorismo o proporcionen cielos seguros, de conformidad con el derecho internacional, en particular sobre la base del principio de extradici&oacute;n o enjuiciamiento&rdquo;.</li>
</ul>

<p>Hasta el d&iacute;a de hoy, los gobiernos de los Estados Unidos de Am&eacute;rica y de Colombia siguen negando cualquier tipo de asistencia y cooperaci&oacute;n a las autoridades venezolanas competentes, a fin de establecer los hechos y evitar la impunidad asegur&aacute;ndose de que los responsables sean llevados ante la justicia. Como resultado, esos gobiernos violan sus obligaciones en virtud de los tratados bilaterales existentes sobre asistencia judicial rec&iacute;proca en materia penal. M&aacute;s a&uacute;n, a partir de hoy, el gobierno de los Estados Unidos sigue proporcionando un para&iacute;so seguro a las personas que descaradamente afirmaron ser los l&iacute;deres de la &uacute;ltima incursi&oacute;n armada contra Venezuela.</p>

<p>Se&ntilde;or Presidente,</p>

<p>Hoy debo informar que las operaciones de captura de los individuos que participaron en esta agresi&oacute;n armada siguen su curso, ya que tenemos conocimiento de la existencia de otros grupos de mercenarios y terroristas que intentaban llevar a cabo sus planes criminales en otras regiones de nuestro pa&iacute;s. De hecho, el 14 de mayo se produjo un atentado contra nuestro Sistema Nacional de Suministro de Aguas, que adem&aacute;s de constituir una clara violaci&oacute;n de la resoluci&oacute;n 2341 (2017) del Consejo de Seguridad sobre la protecci&oacute;n de las infraestructuras cr&iacute;ticas contra los atentados terroristas, confirma la veracidad de las declaraciones p&uacute;blicas de los delincuentes que siguen en libertad, en relaci&oacute;n con los preparativos de una nueva agresi&oacute;n y el entrenamiento de nuevos grupos de mercenarios y terroristas. Todo esto ocurre mientras se siguen obteniendo nuevas pruebas que apuntan claramente tanto a Washington como a Bogot&aacute;, como los principales conspiradores detr&aacute;s de la agresi&oacute;n.</p>

<p>Adem&aacute;s, hay por lo menos tres (03) acontecimientos adicionales de gran preocupaci&oacute;n que tambi&eacute;n debo denunciar hoy, ya que son parte de la continua y sistem&aacute;tica campa&ntilde;a de agresiones contra mi pa&iacute;s:</p>

<ul>
<li>En primer lugar, el 13 de mayo el gobierno de Estados Unidos incluy&oacute; a Venezuela en una lista ilegal y unilateral para culpar falsamente a mi pa&iacute;s de no cooperar plenamente con los esfuerzos de lucha contra el terrorismo. Nada m&aacute;s c&iacute;nico que una acusaci&oacute;n de este tipo, que llega s&oacute;lo d&iacute;as despu&eacute;s de la perpetraci&oacute;n de un ataque armado con mercenarios y terroristas, con el pleno apoyo de los funcionarios del gobierno de EE.UU. y la participaci&oacute;n directa de los ciudadanos y empresas estadounidenses. Adem&aacute;s, al d&iacute;a siguiente, el 14 de mayo, un alto funcionario de la administraci&oacute;n Trump indic&oacute; a la Agencia Reuters que se estaba considerando la designaci&oacute;n de varios organismos de seguridad venezolanos como &ldquo;organizaciones terroristas&rdquo;.</li>
</ul>

<p>Se trata de una evidente amenaza a la paz y la seguridad de mi pa&iacute;s, ya que el gobierno de los Estados Unidos est&aacute; tratando de fabricar una narrativa en la que, de acuerdo con su noci&oacute;n supremacista que reivindica sus leyes nacionales como universales, puede tomar una &ldquo;acci&oacute;n defensiva decisiva&rdquo; y proceder al asesinato de altos funcionarios de los organismos de seguridad e inteligencia de Venezuela, y, utilizando su maquinaria de propaganda, para luego distorsionar el delito y presentarlo como una operaci&oacute;n antiterrorista. Es un triste hecho de nuestros tiempos que el gobierno de los EE.UU. espera salirse abiertamente con la suya al normalizar el asesinato ilegal de altos funcionarios nacionales en todo el mundo a trav&eacute;s del uso de la fuerza bruta.</p>

<ul>
<li>En segundo lugar, como hemos denunciado en cartas anteriores al Consejo de Seguridad, el gobierno de los Estados Unidos ha admitido abiertamente que presiona a las empresas para que se abstengan de suministrar gasolina a Venezuela, lo que ha dado lugar a la actual escasez que existe hoy en d&iacute;a en todo el pa&iacute;s. En este contexto, perm&iacute;tanme plantear la siguiente pregunta: &iquest;qu&eacute; pasar&iacute;a si, en medio de la pandemia de COVID-19, la ciudad de Nueva York se quedara deliberadamente sin gasolina? Esto, indudablemente, dar&iacute;a cuenta de un crimen contra la humanidad, que es precisamente lo que el gobierno del Presidente Donald Trump est&aacute; perpetrando actualmente contra treinta (30) millones de venezolanos. Hoy en d&iacute;a, la coerci&oacute;n va unida a un nuevo peligro: la amenaza del uso de la fuerza militar contra cinco (05) petroleros iran&iacute;es con combustible que se dirigen a Venezuela, violando, entre otras cosas, la libertad de comercio y navegaci&oacute;n. En caso de que la amenaza se materialice, constituir&iacute;a una agresi&oacute;n armada real contra un buque civil iran&iacute; y contra el pueblo venezolano en su conjunto. El gobierno de los Estados Unidos insiste en presentarse como nuestro &ldquo;salvador&rdquo;, afirmando ser el &ldquo;principal donante&rdquo; de asistencia humanitaria a Venezuela y ahora incluso se atreve a acusar a nuestro gobierno de obstruir la prestaci&oacute;n de asistencia estadounidense, cuando la verdad es que todos los que est&aacute;n dispuestos a apoyar a nuestro pa&iacute;s en la coyuntura actual han podido hacerlo, a trav&eacute;s de las agencias pertinentes de las Naciones Unidas.</li>
<li>Y en tercer lugar, hace poco menos de una semana, el 13 de mayo, los medios de comunicaci&oacute;n internacionales revelaron la existencia de una &ldquo;Unidad de Reconstrucci&oacute;n de Venezuela&rdquo; dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad Brit&aacute;nica, a trav&eacute;s de la cual se mantuvieron conversaciones entre funcionarios del Reino Unido, figuras de la oposici&oacute;n venezolana y los conspiradores de la reciente incursi&oacute;n armada sobre la promoci&oacute;n y la necesidad de dar garant&iacute;as de un estatus preferencial a las empresas brit&aacute;nicas en mi pa&iacute;s despu&eacute;s de que el acto de agresi&oacute;n se llevara a cabo con &eacute;xito. Esta nueva evidencia que ahora sali&oacute; a la luz p&uacute;blica, junto con el saqueo de m&aacute;s de 1.700 millones de d&oacute;lares en oro venezolano por parte del Banco de Inglaterra, demuestra una vez m&aacute;s que el gobierno brit&aacute;nico es un c&oacute;mplice oportunista en el saqueo colonial de las riquezas venezolanas.</li>
</ul>

<p>Adem&aacute;s, los buques de guerra brit&aacute;nicos permanecen fuera de nuestras aguas territoriales, en una actitud hostil y de confrontaci&oacute;n, junto con los buques de guerra holandeses, franceses y estadounidenses, convenientemente disfrazados de operaciones de lucha contra el narcotr&aacute;fico, pero en realidad destinados a establecer ilegalmente un bloqueo naval contra nuestra naci&oacute;n. La combinaci&oacute;n de provocaciones militares con operaciones de informaci&oacute;n es una repetici&oacute;n del viejo truco de la negaci&oacute;n plausible usado en las agresiones encubiertas.</p>

<p>Se&ntilde;or Presidente,</p>

<p>El 14 de diciembre de 1974, la Asamblea General aprob&oacute; por unanimidad la resoluci&oacute;n 3314 (XXIX), en la que se define la agresi&oacute;n como &ldquo;el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberan&iacute;a, la integridad territorial o la independencia pol&iacute;tica de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas&rdquo;, e incluye como tales actos tanto &ldquo;el bloqueo de los puertos o de las costas de un Estado por las fuerzas armadas de otro Estado&rdquo; como &ldquo;el env&iacute;o por un Estado, o en su nombre, de bandas armadas, grupos irregulares o mercenarios, que lleven a cabo actos de fuerza armada contra otro Estado&rdquo;. Este texto, que se ajusta perfectamente a la descripci&oacute;n de los acontecimientos m&aacute;s recientes en Venezuela, reconoce tambi&eacute;n que ninguna consideraci&oacute;n de cualquier naturaleza puede servir de justificaci&oacute;n para un acto de agresi&oacute;n.</p>

<p>Por ello, al tiempo que instamos al Consejo de Seguridad a cumplir con los deberes y responsabilidades que le encomienda la Carta de las Naciones Unidas en relaci&oacute;n con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, le pedimos que determine de una vez por todas no s&oacute;lo la amenaza que las pol&iacute;ticas belicistas de los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos de Am&eacute;rica representan para la paz tanto de Venezuela como de toda la regi&oacute;n, sino que reconozca los actos de agresi&oacute;n que se han cometido contra mi pa&iacute;s y exija a los autores que pongan fin de inmediato a sus pr&aacute;cticas delictivas, incluido el uso o la amenaza del uso de la fuerza y la comisi&oacute;n de nuevos ataques armados, incluso mediante la utilizaci&oacute;n de mercenarios y terroristas.</p>

<p>El gobierno de los Estados Unidos y sus aliados est&aacute;n creando un espacio sin ley en las relaciones internacionales en el que pueden desconocer sus obligaciones en virtud del derecho internacional e imponer pr&aacute;cticas tir&aacute;nicas, caprichosas y coloniales al resto del mundo. As&iacute;, la supremac&iacute;a de su inter&eacute;s nacional justifica los cr&iacute;menes m&aacute;s abominables, como es el caso de proteger a los &ldquo;buenos terroristas y mercenarios&rdquo; que atacaron a Venezuela si sirven bien a la expansi&oacute;n del poder de los Estados Unidos. El Consejo de Seguridad debe hacer cumplir la noci&oacute;n de moralidad y legalidad en las relaciones internacionales, bajo el principio de que &ldquo;ninguna consideraci&oacute;n de cualquier naturaleza, ya sea pol&iacute;tica, econ&oacute;mica, militar o de otra &iacute;ndole, puede servir de justificaci&oacute;n para la agresi&oacute;n&rdquo;. Esa es la &uacute;nica manera de promover la paz y la seguridad entre las naciones.</p>

<p>Hoy, en medio de una pandemia mortal que afecta a toda la humanidad y que requiere la plena atenci&oacute;n de nuestro gobierno nacional para proteger la vida de nuestro pueblo, tambi&eacute;n nos enfrentamos a un inminente ataque armado que, por sus efectos genocidas, equivale a un crimen contra la humanidad. Dada la gravedad de la situaci&oacute;n y su potencial escalada, la inacci&oacute;n del Consejo de Seguridad en la coyuntura actual envalentonar&aacute; a esos gobiernos a continuar con sus planes belicistas y criminales, como ha sido el caso hasta ahora, considerando el hecho de que los gobiernos de Colombia y Estados Unidos han duplicado su agresi&oacute;n contra Venezuela, en desprecio al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas, y en una demostraci&oacute;n de su naturaleza no arrepentida y reincidente.</p>

<p>Perm&iacute;tanme concluir insistiendo en que nuestro pa&iacute;s no representa una amenaza para nadie y espera que todos aprendan esta lecci&oacute;n: Venezuela no est&aacute; en venta, nunca ser&aacute; una colonia y nuestro pueblo, con serenidad y determinaci&oacute;n, cumplir&aacute; con su deber de ser libre.</p>

<p>Muchas gracias, se&ntilde;or Presidente.</p>

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