Turno Libre

ASESINATO Y SEPELIO DE AMÍN ABEL

Por: Fidel Soto

Publicado: 22/09/2020

ASESINATO Y SEPELIO DE AMÍN ABEL

<h3>ASESINATO Y SEPELIO DE AM&Iacute;N ABEL</h3>

<p>&nbsp;<strong>Por: Fidel Soto</strong></p>

<p><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vdZX81whr-k/X2iQR0VQ3yI/AAAAAAAACwI/O_8Xf83CvVYZLzWoxhYFIksrHQBEU2aUwCNcBGAsYHQ/s284/Abel%2BAmin.jpg"><img src="https://1.bp.blogspot.com/-vdZX81whr-k/X2iQR0VQ3yI/AAAAAAAACwI/O_8Xf83CvVYZLzWoxhYFIksrHQBEU2aUwCNcBGAsYHQ/s0/Abel%2BAmin.jpg" style="float:right; height:175px; width:280px" /></a></p>

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<p>Sab&iacute;amos que la tenaz persecuci&oacute;n contra el comando de emepedeistas que ejecut&oacute; el secuestro del coronel&nbsp; Crowley ten&iacute;a como objetivo, no el apresamiento, sino la ejecuci&oacute;n inmediata.&nbsp;</p>

<p>Aproximadamente dos semanas antes del fat&iacute;dico 24 de septiembre del 1970, fue asesinado un joven en nuestro barrio de Villa Juana por el S.S. de la P.N. El cr&iacute;men ocurri&oacute; en la calle Moca casi esquina Mauricio B&aacute;ez, a tan solo seis cuadras de la casa donde viv&iacute;an Am&iacute;n y Mirna. No recuerdo el nombre del estudiante, pero era&nbsp; parecido a Am&iacute;n y la creencia generalizada fue que se trat&oacute; de una confusi&oacute;n&nbsp; creyendo que era &eacute;l. Esa noche una vida joven fue sacrificada por esa Gestapo que se manten&iacute;a al acecho en permanente estado de crueldad y cr&iacute;men.</p>

<p>Los nubarrones oscuros rodeaban a un ser muy especial. Decision y valent&iacute;a, se sumaban a la sencillez y la humildad. Preclara inteligencia no se exhibia, solo se sent&iacute;a en las acciones de una fragua que fund&iacute;a el pensamiento y la acci&oacute;n contra la injusticia. En Am&iacute;n, se un&iacute;an no s&oacute;lo las ideas y las praxis. &Eacute;l constituia el ejemplo de lo que debe ser un comunista.</p>

<p>Ese 24 de septiembre, corri&oacute; como agua de un r&iacute;o desbordado la infausta noticia. No nos llenamos de odio, solo una alt&iacute;sima indignaci&oacute;n y un dolor inmenso nos cop&oacute; toda el alma.</p>

<p>En la calle Moca n&uacute;mero 9, estaba la casa paterna de Fidel Guzm&aacute;n (a 15 metros aproximado de donde se cometi&oacute; el cr&iacute;men); la m&iacute;a a dos cuadras; pero ya nosotros desde hace tiempo nos mov&iacute;amos en la clandestinidad. La cercan&iacute;a con la vivienda de Am&iacute;n se un&iacute;a a la f&iacute;sica con su persona, que aunque nos separaba una militancia distinta, nos un&iacute;an los naturales vinculos de la lucha revolucionaria, m&aacute;s a&uacute;n cuando &eacute;l, fue un alto y querido dirigente del Catorce de Junio, del cu&aacute;l form&aacute;bamos parte antes de crear la L&iacute;nea Roja. Pero no sab&iacute;amos que se escond&iacute;an ah&iacute;.</p>

<p><a href="https://1.bp.blogspot.com/-9hU36rG-NLI/X2h_exk_i0I/AAAAAAAACvc/JVBhXV_Zs8cOcMby1rqpBcTPiJRJC3cxgCNcBGAsYHQ/s720/Amin%2BAbel%2B0.jpg"><img src="https://1.bp.blogspot.com/-9hU36rG-NLI/X2h_exk_i0I/AAAAAAAACvc/JVBhXV_Zs8cOcMby1rqpBcTPiJRJC3cxgCNcBGAsYHQ/s320/Amin%2BAbel%2B0.jpg" style="float:left; width:390px" /></a></p>

<p>El pa&iacute;s estaba estremecido. Un cr&iacute;men monstruoso. Un allanamiento con la representaci&oacute;n legal de un fiscal. Delante de la esposa y los hijos. El cad&aacute;ver dejado en las escaleras por donde corr&iacute;a la sangre, esparcida la masa encef&aacute;lica de un ilustre ciudadano noble y puro, defensor de su patria.</p>

<p>Gran tragedia demostrativa del&nbsp; odio y la maldad de un r&eacute;gimen olig&aacute;rquico burgu&eacute;s, al servicio del imperialismo yankis.</p>

<p>Nos concentramos en la universidad y all&iacute; nos sorprendi&oacute; el audaz Gordo Oviedo, qui&eacute;n rescat&oacute; el cad&aacute;ver de la Morgue del hospital y lo deposit&oacute; en la facultad de ingenier&iacute;a, donde pasamos el resto del d&iacute;a y la noche en velada y vigilancia. El cad&aacute;ver estaba tan blanco que impresionaba. Era como si toda su sangre se hubiera quedado fertilizando la tierra.</p>

<p>Me conmov&iacute;a ver su cabeza rodeada por un pa&ntilde;uelo blanco sosteniendo el cr&aacute;neo por la mand&iacute;bula. El disparo fue a quemarropa,&nbsp; detr&aacute;s de la cabeza que hizo saltar la tapa craneal.</p>

<p>El homicida, raso, P.N. Herm&oacute;genes L&oacute;pez, cumpli&oacute; la orden superior. Una bala calibre 45, seg&oacute; la vida de un hombre que convirti&oacute; a&nbsp; Herm&oacute;genes en un &quot;h&eacute;roe&quot;, en un &quot;valiente&quot;, en un &quot;patriota&quot;; igualado con Bal&aacute;, Pechito, Estrada Malleta y tantos otros, de tantos tiempos, como los que hoy, todav&iacute;a pululan, como polillas sangrientas por las calles de Santo Domingo.</p>

<p>Parti&oacute; el cortejo f&uacute;nebre de la UASD, y en el cementerio de la M&aacute;ximo G&oacute;mez, habl&oacute; Teobaldo Rodr&iacute;guez, Radham&eacute;s Abreu y el autor de estas l&iacute;neas por la L.R. del 1J4. Le&iacute; un fragmento de un art&iacute;culo de Am&iacute;n, donde explicaba que s&oacute;lo se deb&iacute;a tener &quot;miedo al miedo&quot;. Y que : &quot; los revolucionarios siguen haciendo la revoluci&oacute;n a&uacute;n despu&eacute;s de muertos. Cuando ya no nos queda voz para expresar muestras ideas; cuando ya no queda vida para empu&ntilde;ar el fusil; nos quedan todav&iacute;a los huesos para que sirvan como astas de banderas&quot;.</p>

<p>Desde lo alto de un pante&oacute;n, mientras me dirig&iacute;a a esa masa dolida y afligida ve&iacute;a el rostro de Mirna Santos. Desde sus tristes y acongojados ojos sal&iacute;an l&aacute;grimas como fuente de un manantial, para unirse en la tierra con la sangre derramada de Am&iacute;n Abel.</p>

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