Cuando un torero experimentado sale al ruedo, sabe cómo lidiar con las furiosas embestidas del animal, para evitar una cornada fatal.
Publicado: 19/10/2020
<p>Por Pascual Ramírez.-</p>
<p>Cuando un torero experimentado sale al ruedo, sabe cómo lidiar con las furiosas embestidas del animal, para evitar una cornada fatal. Si el matador muestra falta de valentía, habilidades y destrezas, hará que se evapore rápido el entusiasmo inicial y en vez de loas y admiración, recibirá la rechifla de la plaza.</p>
<p>De igual, manera nuestro país necesita un líder ducho y diestro en el manejo de situaciones difíciles, como las que se presentan en estos tiempos donde se combinan pandemia, crisis, recesión, carácter en los actores públicos, y cierre a gran escala de fuentes productivas.</p>
<p>Esta crisis de desempleo, con balanza de pagos desmejorada, turismo y flujos de inversión extranjera disminuidos y remesas que pronto ya no serán las mismas, amerita un líder que sepa tomar por los cuernos el toro de las adversidades, para controlar los daños que pueda causar.</p>
<p>El actual contexto difícil por la que atraviesa la nación, solo un capitán avezado y un líder fuerte, puede evitar que la nave del país naufrague y encalle en los filamentosos acantilados de una crisis de convulsiones sociales que puede sacudir los cimientos de la paz y estabilidad dominicana.</p>
<p>El gobierno del cambio está lleno de buenas intenciones, pero luce débil y pobre, en términos de conocimientos y experiencia. A cualquiera se le puede aceptar novatadas en el desempeño de una función pública, pero no a un presidente de una nación, pues se estima que su ascenso al poder es producto de la incapacidad del anterior, y que él se comprometió resolver una vez acceda al poder.</p>
<p>En tiempos tumultuosos, de grandes adversidades, son las ocasiones en que un líder se crece y demuestra todo su potencial y capacidad para sacar su país hacia adelante. Así lo hizo Churchill durante los aciagos días de la Segunda Guerra Mundial. También es digno de citar a Abraham Lincoln, quien se convirtió en el presidente más grande en medio del juicio. Usó la adversidad para crear una federación, que duró 300 años y aún se mantiene.</p>
<p>Pero todo apunta desde ya a que estamos padeciendo de la carencia de un liderazgo unificador y de un déficit de administración nacional. Las medidas improvisadas que al rato son derogadas, demuestran eso.</p>
<p>Demuestran que no hay un norte fijo o una hoja de ruta en las acciones de un gobierno que luce desorientado, sobrepasado y sobrecargado por las circunstancias. Vemos que el actual gobierno luce con buenas intenciones, pero hasta el camino del infierno está empedrado de ellas.</p>
<p>Este es el momento para que el presidente de la República aproveche la buena brisa que sopla a su favor para enrumbar su gestión hacia la edificación de un gran consenso nacional, basado en propuestas enmarcadas dentro de un gran pacto social y político que encare los desafíos de la Republica con carácter y determinación. Un líder se prueba en la adversidad. Cualquiera maneja un avión en piloto automático.</p>
<p>Es momento de grandes decisiones y de hablar solo para dar informaciones útiles e importantes y que tengan impacto en la vida del ciudadano. Hablar como para decir que va a donar su salario a una causa justa, no resuelve problemas, ni es algo tan trascendente como para decirlo en una alocución al país. Con intenciones y desprendimientos aislados, no se resolverán los problemas estructurales de la nación dominicana, y mucho menos la crisis por la que atravesamos.</p>
<p>Decisiones como esa deberían ir acompañadas de un recorte al salario de todos los funcionarios del tren público, incluyendo los legisladores. Todo para hacer más austero y eficiente el gasto público. El presidente debe convocar al liderazgo nacional y hablarle al país con un plan integral para enfrentar la crisis en donde todo nos sacrifiquemos, aunque sea de manera temporal.</p>
<p>El cierre de muchos negocios y la consecuente pérdida de empleos en Estados Unidos y Europa parece que va a continuar durante cierto tiempo, con las subsecuentes repercusiones en nuestro país, lo cual impone que seamos más certeros en las prioridades elegidas, y en el norte a seguir.</p>
<p>Solo así estaremos con mayor capacidad para enfrentar con éxito los desafíos de las crisis generados por la pandemia y todo el desastre heredado del gobierno pasado y que, hoy crea una mayor dificultad al presente gobierno. También alertamos contra el politizar la crisis, para sacar provecho particular de la situación.</p>
<p>Lo que se impone es tratar de salir de la crisis y avanzar con firmeza hacia un proceso de recuperación y reconstrucción del aparato productivo de la nación. Y para ello es vital que el gobierno del cambio logre integrar a todos los sectores de la vida nacional, haciendo al gobierno más incluyente y mejor conectado con la sociedad y con las necesidades nacionales. Utilizar la crisis como excusa para justificar incapacidades, no es una opción. Los humanos rara vez han creado algo de valor duradero a menos que hayan sido probados o lastimados.</p>
<p>De esta manera, podremos preservar la gobernabilidad, la estabilidad socioeconómica y política del país. Y como dijo recientemente el presidente Fernández, posibles estallidos sociales.</p>