Turno Libre

¿Cuáles son las raíces de la protesta social en Colombia?

Sin la «excusa» de la guerra, el conflicto más postergado llega a las calles

Publicado: 08/05/2021

¿Cuáles son las raíces de la protesta social en Colombia?

<h1>&iquest;Cu&aacute;les son las ra&iacute;ces de la protesta social en Colombia?</h1>

<p>Sin la &laquo;excusa&raquo; de la guerra, el conflicto m&aacute;s postergado llega a las calles</p>

<p>Las hist&oacute;ricas demandas de la poblaci&oacute;n, desatendidas durante a&ntilde;os por la &laquo;amenaza guerrillera&raquo;, emergen en un pa&iacute;s que ha firmado la paz. La desigualdad y la pobreza, agravadas en la pandemia, se convierten ahora en el &laquo;enemigo com&uacute;n&raquo;.</p>

<p>Ni la pandemia, que acumula m&aacute;s de 76.000 muertes y casi 3 millones de contagios, ha podido frenar el descontento popular. Las jornadas de protestas contra el Gobierno de Iv&aacute;n Duque empezaron en 2019, siguieron en 2020 (interrumpidas brevemente por los confinamientos y las cuarentenas) y se han recrudecido hoy. En ese per&iacute;odo, los indicadores de Colombia &mdash;considerada una naci&oacute;n &laquo;<a href="https://www.oecd.org/newsroom/colombia-es-un-ejemplo-de-exito-en-america-latina-pero-debe-introducir-nuevas-reformas-para-alcanzar-un-crecimiento-mas-firme-e-inclusivo.htm" target="_blank">ejemplo de &eacute;xito</a>&raquo; por la&nbsp;Organizaci&oacute;n para la Cooperaci&oacute;n y el Desarrollo Econ&oacute;micos (OCDE)&mdash; no han hecho m&aacute;s que empeorar.</p>

<p>La semana pasada, cifras oficiales revelaron que&nbsp;la pobreza en Colombia alcanza a&nbsp;21 millones de personas,&nbsp;es decir, 42 % del pa&iacute;s. El dato de desplazados, que en 2016 era de 7,2 millones, se ha elevado a casi 8 millones; el asesinato sistem&aacute;tico de l&iacute;deres sociales y de excombatientes de la guerrilla persiste y, solo en lo que va de 2021, han matado a&nbsp;79. En ese contexto, la propuesta de una reforma tributaria que afectar&iacute;a especialmente a&nbsp;los m&aacute;s pobres fue el chispazo que faltaba.</p>

<p>&laquo;La gente se cans&oacute; y se ech&oacute; a la calle. La reforma tributaria propuesta por el Gobierno no fue m&aacute;s que&nbsp;<strong>el gatillo que dispar&oacute; unas necesidades y unas demandas</strong>&nbsp;que tienen una ra&iacute;z hist&oacute;rica mucho&nbsp;m&aacute;s profunda&raquo;, resume&nbsp;el&nbsp;investigador Richard Tamayo, doctor en derecho de la Universidad del Rosario y maestro en Filosof&iacute;a de la Universidad Javeriana. Pero, &iquest;por qu&eacute; ahora cobran mayor visibilidad?</p>

<p><img alt="" src="https://i0.wp.com/cdni.rt.com/actualidad/public_images/2021.05/original/6095637ee9ff71777e3ae488.JPG?w=702&amp;ssl=1" style="height:400px; margin:0px; width:600px" /></p>

<p>Un manifestante grita mientras participa en una protesta en Bogot&aacute;, Colombia. 6 de mayo de 2021Luisa Gonz&aacute;lez&nbsp;/ Reuters</p>

<p>Para la polit&oacute;loga y analista Andrea Salazar,&nbsp;quien acompa&ntilde;&oacute; las primeras conversaciones entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC, hay un punto clave: &laquo;La realidad es que&nbsp;haber firmado un acuerdo de paz, con todas las&nbsp;dificultades de la implementaci&oacute;n, lo que hace es justamente que&nbsp;<strong>nos quedemos sin excusa para enfrentar los conflictos que hist&oacute;ricamente hemos tenido</strong>. Adem&aacute;s, estos ya no se tramitan&nbsp;en la&nbsp;selva, en la monta&ntilde;a, sino que se trasladan&nbsp;a escenarios mucho m&aacute;s urbanos&raquo;.&nbsp;El problema es que, tanto en el discurso como en la acci&oacute;n, la respuesta del Ejecutivo sigue anclada en una l&oacute;gica belicista que ya tiene un saldo mortal que lo demuestra:&nbsp;<a href="https://twitter.com/TembloresOng/status/1390424185692897287" target="_blank">37 muertos</a>, casi todos presuntamente a manos de la fuerza p&uacute;blica.</p>

<h3>&iquest;Qu&eacute; pasa en Colombia?</h3>

<p>Colombia arrastra un conflicto&nbsp;estructural que&nbsp;<strong>tiene que ver con&nbsp;la tenencia de la tierra</strong>. Las pugnas&nbsp;por el territorio, que provocaron el&nbsp;despojo violento de muchos para la riqueza de pocos, fueron el germen&nbsp;de una guerra hace casi seis d&eacute;cadas en la que tomaron parte diversos&nbsp;actores armados, y que se agrav&oacute; despu&eacute;s con las din&aacute;micas del &laquo;narcotra?fico, la explotacio?n minera y energe?tica, los modelos agroindustriales y las alianzas criminales entre paramilitares, poli?ticos, servidores pu?blicos, e?lites locales econo?micas y empresariales, y narcotraficantes&raquo;, tal como&nbsp;<a href="https://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/basta-ya-colombia-memorias-de-guerra-y-dignidad-2016.pdf" target="_blank">documenta</a>&nbsp;el Centro Nacional de Memoria Hist&oacute;rica.</p>

<p>En 2016, con el acuerdo entre el Gobierno y las FARC, se declar&oacute; la paz. Sin embargo, ese pacto implicaba una dif&iacute;cil implementaci&oacute;n que, por ahora, sigue pendiente. Los asesinatos de excombatientes, el nacimiento de nuevas estructuras criminales que pretenden tomar control de las &aacute;reas dejadas por la guerrilla desmovilizada, la permanencia de grupos paramilitares y la consolidaci&oacute;n del narcotr&aacute;fico &mdash;que ampl&iacute;a su presencia en el territorio colombiano&mdash;, se suma a la violencia silente de la desigualdad econ&oacute;mica social y econ&oacute;mica.</p>

<p>En ese polvor&iacute;n, Duque no solo ha puesto sobre la mesa proyectos como la fallida reforma tributaria, sino tambi&eacute;n promovido un decreto que abre las puertas para la fumigaci&oacute;n de cultivos de coca con glifosato, alentado&nbsp;concesiones mineras y&nbsp;<a href="http://www.indepaz.org.co/la-guajira-entre-un-nuevo-aire-o-un-desastre-panorama-actual-de-la-violencia-en-la-guajira-con-la-llegada-de-las-empresas-energeticas-al-territorio-wayuu/" target="_blank">energ&eacute;ticas</a>&nbsp;en territorios en conflicto, promocionado un cuestionado cambio al sistema de pensiones y, en definitiva, dictando una serie de medidas impopulares que empujan a la poblaci&oacute;n a las calles.</p>

<p>Para Tamayo, en vez de atender las&nbsp;demandas hist&oacute;ricas y la&nbsp;pobreza emergente por&nbsp;la pandemia, la Administraci&oacute;n de Duque &laquo;<strong>lo &uacute;nico que est&aacute; haciendo es aliviar el bolsillo de los bancos</strong>&nbsp;y armar a&uacute;n m&aacute;s al pa&iacute;s&raquo;, ya que el Gobierno colombiano&nbsp;anunci&oacute; la posible compra de aviones y armamento por 4.000 millones de d&oacute;lares, casi 60 % de lo que pretend&iacute;a recaudar con la reforma tributaria (6.400 millones de d&oacute;lares).</p>

<p>Los analistas consultados por RT&nbsp;apuntan a la &laquo;desconexi&oacute;n&raquo; del Gobierno con la realidad actual del pa&iacute;s, una cuesti&oacute;n que para ellos es evidente en las prioridades establecidas por Duque: la seguridad nacional y las finanzas macro.&nbsp;&laquo;Creen que los bancos&nbsp;&mdash;dice Tamayo&mdash;&nbsp;pueden salvar, pero no se&nbsp;han dado cuenta que&nbsp;<strong>es la gente la que se est&aacute; muriendo de hambre</strong>, que esas personas reclaman una atenci&oacute;n urgente y oportuna&raquo;.</p>

<h3>&laquo;V&aacute;ndalos y terroristas&raquo;</h3>

<p>Desde la institucionalidad, el mensaje del Gobierno insiste en vincular la protesta social con el discurso de la guerra. As&iacute;, el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, ha llamado &laquo;terroristas&raquo; a los manifestantes y ha asegurado que tienen nexos con el ELN y las disidencias de las FARC.&nbsp;Y eso no es gratuito.</p>

<p>&laquo;<strong>Colombia es&nbsp;un pa&iacute;s que hist&oacute;ricamente ha estigmatizado la movilizaci&oacute;n social</strong>&nbsp;y la protesta&raquo;, comenta Salazar. En 2019, las marchas multitudinarias que se vieron en las calles para reclamar la efectiva implementaci&oacute;n del acuerdo de paz, la atenci&oacute;n a las necesidades de los entornos rurales y una reforma a la justicia, fueron respondidas con mano dura. Tras la muerte de varios manifestantes, el Gobierno prometi&oacute; una mesa de di&aacute;logo para marzo de 2020 que, con la llegada de la pandemia, qued&oacute; en suspenso. En septiembre del&nbsp;a&ntilde;o pasado, el asesinato de Javier Ord&oacute;&ntilde;ez a manos de un agente policial aviv&oacute; la rabia y la calle volvi&oacute; a encenderse. El saldo de esas protestas fue de 13 muertos.</p>

<p>En esa oportunidad, la respuesta del Estado implic&oacute; el uso de una manida estrategia de culpar&nbsp;a Venezuela y las &laquo;brisas bolivarianas&raquo; de haber alentado a las protestas, como si en Colombia no hubiese razones leg&iacute;timas y reales que justificaran la movilizaci&oacute;n. Esa estigmatizaci&oacute;n se ha repetido ahora. Adem&aacute;s de vincular las marchas con la guerrilla, el Gobierno tambi&eacute;n pretende responsabilizar a Caracas.</p>

<p>Tamayo&nbsp;alerta&nbsp;sobre el peligro de que las instituciones del Estado&nbsp;se&ntilde;alen a los manifestantes de ser &laquo;terroristas&raquo; y &laquo;v&aacute;ndalos&raquo;, en un pa&iacute;s donde los medios de comunicaci&oacute;n repiten el discurso oficial &laquo;generando&nbsp;todo un entorno de opini&oacute;n que&nbsp;<strong>puede llegar a justificar&nbsp;las muertes de los ciudadanos</strong>&laquo;. Esta semana, en redes sociales, el investigador y profesor universitario hizo alusi&oacute;n a un tuit del expresidente &Aacute;lvaro Uribe, en el que hac&iacute;a referencia a una &laquo;revoluci&oacute;n molecular disipada&raquo;.</p>

<p>El concepto, que parec&iacute;a derivado de una teor&iacute;a&nbsp;conspirativa,&nbsp;se atribuy&oacute; al neonazi chileno Alexis L&oacute;pez. Seg&uacute;n esa tesis, explica Tamayo,&nbsp;&laquo;las manifestaciones no son nada m&aacute;s que actos vand&aacute;licos que est&aacute;n dirigidos a desestabilizar al Estado, y por tanto, deben ser atendidas militarmente&raquo;.</p>

<p>&laquo;Nuestra preocupaci&oacute;n es que no solo el Gobierno de<strong>&nbsp;Colombia se est&aacute; asesorando con este tipo de l&iacute;deres neonazis</strong>, sino que esto ya se est&aacute; reflejando en el modo en que se est&aacute;n atendiendo las protestas, que no se&nbsp;ven como un problema de derechos, sino de seguridad nacional. En las ciudades, se ha visto que las manifestaciones son enfrentadas&nbsp;con armas de car&aacute;cter letal, es decir, la fuerza p&uacute;blica no&nbsp;busca &lsquo;neutralizar&rsquo; a los supuestos v&aacute;ndalos, sino eliminarlos&raquo;.</p>

<p>Esta semana, el&nbsp;<a href="https://twitter.com/Nataliaescribe/status/1389449818318282754" target="_blank">video</a>&nbsp;de L&oacute;pez mientras dictaba una conferencia en la&nbsp;Universidad Militar Nueva Granada fue ampliamente debatido en redes sociales. &laquo;El&nbsp;Ministerio de Defensa se ha encargado de formar a los militares dentro de los lineamientos dentro de esa doctrina y lo que est&aacute;n haciendo estas personas, al propagar el discurso de odio,&nbsp;<strong>deber&iacute;a ser penalizado</strong>&laquo;, sostiene Tamayo.</p>

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