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El plan de estímulo económico de US$1.9 billones en Estados Unidos (3 de 3)

El plan de estímulo económico de US$1.9 billones en Estados Unidos (3 de 3)

Publicado: 18/06/2021

El plan de estímulo económico de US$1.9 billones en Estados Unidos (3 de 3)

<p>En los dos art&iacute;culos anteriores se&ntilde;alamos que una de las mayores preocupaciones frente al aumento de la inflaci&oacute;n en Estados Unidos consiste en el alza de la tasa o tipo de inter&eacute;s, lo que debido al peso de su econom&iacute;a y moneda tendr&iacute;a consecuencias en muchas naciones, incluyendo la Rep&uacute;blica Dominicana.</p>

<p>La tasa de inter&eacute;s puede entenderse como el costo del dinero en el tiempo. Los bancos centrales la elevan para recoger circulante e impactar en la demanda agregada, encareciendo el cr&eacute;dito, impulsando el ahorro y desestimulando el consumo y la inversi&oacute;n, lo que afecta la reproducci&oacute;n y expansi&oacute;n de las actividades productivas, ralentizando la econom&iacute;a y conteniendo los precios.</p>

<p>Asimismo, los cambios de tasa impactan indirectamente el mercado de valores, el cual reacciona en direcci&oacute;n contraria a esos movimientos. Cuando esta aumenta, las empresas recortan las proyecciones de crecimiento y los flujos esperados de efectivo, lo que reduce el precio de las acciones y de los &iacute;ndices burs&aacute;tiles.</p>

<p>En Estados Unidos el alza producir&iacute;a, adem&aacute;s de lo anterior, una apreciaci&oacute;n de su divisa, incrementando su demanda y ahorro, as&iacute; como el flujo de capitales hacia el pa&iacute;s. Un d&oacute;lar fortalecido abarata las importaciones, aumentando las compras de productos extranjeros, y encarece las exportaciones, lo que en conjunto perjudica los sectores productivos nacionales.</p>

<p>Por su parte, el precio y rendimiento de los bonos del gobierno, al igual que las acciones del mercado de valores, se mueven en sentido inverso a los cambios en la tasa. Cuando esta sube, los bonos descienden afectando con mayor intensidad a los de m&aacute;s largo plazo.</p>

<p>Para la Rep&uacute;blica Dominicana las repercusiones ser&iacute;an diversas. En primer lugar, encarecer&iacute;a el financiamiento soberano y aumentar&iacute;a las dificultades de renegociaci&oacute;n de la deuda externa, lo que tendr&iacute;a consecuencias fiscales, ya que el gobierno requiere financiar cada a&ntilde;o cerca de un 35% del Presupuesto Nacional.</p>

<p>Adem&aacute;s, complicar&iacute;a el tema de la Deuda P&uacute;blica Consolidada (DPC) que ya ronda el 75% del PIB y que ha tenido un crecimiento desmesurado en los primeros tres meses de este a&ntilde;o, aumentando un 7.9% (US$4,301 millones), cerca de US$50 millones diarios, lo que podr&iacute;a generar una rebaja en la calificaci&oacute;n del riesgo pa&iacute;s, repercutiendo en la disponibilidad y costo del financiamiento futuro.</p>

<p>La elevaci&oacute;n del precio del d&oacute;lar en una econom&iacute;a estructuralmente dependiente de las importaciones producir&iacute;a una depreciaci&oacute;n del peso dominicano, provocando inflaci&oacute;n y reduciendo el consumo y el empleo, haciendo m&aacute;s dif&iacute;cil la situaci&oacute;n de los hogares pobres del pa&iacute;s. Igualmente, aumentar&iacute;a la fuga de capitales, obligando al incremento de las tasas nacionales, lo que encarecer&iacute;a el cr&eacute;dito y la inversi&oacute;n.</p>

<p>La depreciaci&oacute;n del peso tambi&eacute;n har&iacute;a las exportaciones dominicanas m&aacute;s competitivas, siempre en funci&oacute;n de lo que suceda con las monedas de pa&iacute;ses con productos similares.</p>

<p>Las remesas se ver&iacute;an afectadas por el aumento de la inflaci&oacute;n en Estados Unidos y por el descenso en las actividades productivas y su repercusi&oacute;n en el empleo. El turismo de ciudadanos de esa naci&oacute;n, principal origen de los visitantes del pa&iacute;s, ser&iacute;a impactado por la reducci&oacute;n del excedente del ingreso de los hogares luego del consumo de bienes y servicios b&aacute;sicos, lesionando m&aacute;s los destinos distantes y costosos, y pudiendo favorecer los m&aacute;s cercanos y econ&oacute;micos como el nuestro.</p>

<p><img alt="" src="https://i2.wp.com/www.reporteextra.com/wp-content/uploads/2020/07/dolares-imagen.jpg?resize=696%2C392&amp;ssl=1" style="margin:0px 5px; width:600px" /></p>

<p>La inversi&oacute;n extranjera se desincentivar&iacute;a por la elevaci&oacute;n del cr&eacute;dito en los pa&iacute;ses de origen, pero al mismo tiempo la naci&oacute;n ser&iacute;a m&aacute;s atractiva por la reducci&oacute;n de los costos laborales, los servicios internos y los insumos nacionales.</p>

<p>Finalmente, el resultado neto para la econom&iacute;a dominicana depender&iacute;a de la combinaci&oacute;n de numerosos factores, siendo muy dif&iacute;cil de determinar en el momento. Sin embargo, en t&eacute;rminos generales se entiende que ser&iacute;a mucho m&aacute;s perjudicial que beneficioso, debido principalmente al encarecimiento del servicio de la deuda y al aumento de las dificultades para el financiamiento que anualmente requiere el gobierno y el pa&iacute;s.</p>

<p>Veamos ahora lo que est&aacute; pasando en los Estados Unidos y las posibilidades de que ocurra un sobrecalentamiento de la econom&iacute;a que dispare la inflaci&oacute;n obligando a una subida de la tasa de inter&eacute;s por parte de la Reserva Federal.</p>

<p>Hasta el momento, las pol&iacute;ticas fiscales y monetarias expansivas han tenido el efecto esperado ya que la econom&iacute;a ha respondido dinamiz&aacute;ndose, expandi&eacute;ndose y generando empleos, sin que se hayan producido se&ntilde;ales inflacionarias alarmantes.</p>

<p>Durante el primer trimestre de este a&ntilde;o la econom&iacute;a se expandi&oacute; a una tasa interanual de 6.4% y a 1.6% con relaci&oacute;n al trimestre anterior, luego de la ca&iacute;da de 3.5% del 2020, y se espera que en el segundo trimestre rebase el 8% y que al final de a&ntilde;o sea superior al 6%, cuando el promedio de la &uacute;ltima d&eacute;cada fue un 2%. El incremento interanual del 2021 ser&aacute; alto al tener como base de referencia el 2020, pero tomando la ca&iacute;da de ese a&ntilde;o y la expectativa de crecimiento del actual, la expansi&oacute;n del 2021 ser&iacute;a de 3 a 4% con relaci&oacute;n al 2019; por lo que es previsible que alcance y supere el nivel prepand&eacute;mico este a&ntilde;o y junto a China siga operando como motor de primer orden en la recuperaci&oacute;n mundial en marcha.</p>

<p>En marzo se crearon 916,000 empleos y se esperan m&aacute;s de 800,000 en abril, reflejando un buen desempe&ntilde;o del mercado laboral y arrastrando el desempleo a cerca de un 6% de casi un 15% en abril 2020. Ese 6% ya se encuentra pr&oacute;ximo al 4% que se considera pleno empleo.</p>

<p>Sin embargo, como era de esperarse tambi&eacute;n aumentaron los precios llegando la inflaci&oacute;n a 3.5% en el primer trimestre de este a&ntilde;o, luego de 1.5% del trimestre anterior. Pero en abril 2021 el incremento interanual fue de 4.2%, el mayor desde 2008, y con relaci&oacute;n al mes anterior 0.8%.</p>

<p>La llamada inflaci&oacute;n subyacente, que considera una canasta de bienes y servicios donde se excluyen los combustibles y alimentos fue de 0.9% en el mes de marzo, la mayor alza desde 1982. El &iacute;ndice de Precios de los Gastos de Consumo Personal (PCE por sus siglas en ingl&eacute;s) utilizado por la Reserva Federal, que incluye m&aacute;s renglones y es considerado m&aacute;s consistente para la inflaci&oacute;n que el &Iacute;ndice de Precios al Consumidor (IPC), tuvo una variaci&oacute;n interanual de 2.3% a marzo 2021, ligeramente por encima del objetivo de 2% establecido por la Fed. Un crecimiento moderado de la inflaci&oacute;n es deseable para que las empresas puedan compensar parte de los d&eacute;ficits de meses pasados.</p>

<p>Sin embargo, a pesar de esas se&ntilde;ales optimistas hay algunos factores y din&aacute;micas que generan inquietud respecto a la inflaci&oacute;n, algunos de los cuales se presentan a continuaci&oacute;n.</p>

<p>El primero de ellos es que se podr&iacute;an haber inyectado esteroides o est&iacute;mulos fiscales excesivos a una econom&iacute;a que se encuentra en proceso de recuperaci&oacute;n, produciendo un fen&oacute;meno que cuestiona las leyes econ&oacute;micas al haberse aumentado considerablemente la masa monetaria en el 2020 manteniendo al mismo tiempo la inflaci&oacute;n en niveles moderados. Durante ese a&ntilde;o e inicio del actual parecer&iacute;a que se perdi&oacute; el miedo al dinero &ldquo;gratis&rdquo;, ya que el circulante creci&oacute; 25.8%, lo que significa que 1 de cada 4 d&oacute;lares en la econom&iacute;a fue puesto en circulaci&oacute;n en el 2020.</p>

<p>No obstante, la tasa de inflaci&oacute;n fue s&oacute;lo 1.4%, contradiciendo la teor&iacute;a cl&aacute;sica que establece una relaci&oacute;n entre dinero en circulaci&oacute;n y nivel de precios. Aunque se debe dar tiempo para ver lo que sucede ya que el Premio N&oacute;bel, Milton Friedman, plante&oacute; que la pol&iacute;tica monetaria opera con rezago y que el efecto de las emisiones de dinero no es inmediato, y que George Shcultz, antiguo Secretario del Tesoro, se expres&oacute; sobre el tema diciendo que todav&iacute;a: &ldquo;Las leyes fundamentales de la econom&iacute;a no han sido derogadas&rdquo;.</p>

<p>Como se&ntilde;alamos en el art&iacute;culo anterior, se estima que durante la crisis se han acumulado US$1.6 billones en ahorro excesivo, pudiendo llegar a un 10% del PIB con el &uacute;ltimo est&iacute;mulo, por lo que existe un gran consumo contenido que se ir&aacute; convirtiendo en demanda en la medida en que la econom&iacute;a se normalice progresivamente, pudiendo impulsar un crecimiento vertiginoso con repercusiones en los precios.</p>

<p>Adem&aacute;s, el gran incremento de la deuda p&uacute;blica y del balance de la Reserva Federal agudizan los riesgos inflacionarios ya que como hab&iacute;amos citado: &ldquo;Los anteriores episodios de excesiva deuda gubernamental casi siempre han terminado con alta inflaci&oacute;n&rdquo;.</p>

<p>Otro factor de consideraci&oacute;n es la ca&iacute;da cercana al 12% de la divisa estadounidense frente a otras monedas internacionales, su nivel m&aacute;s bajo desde 2018, lo que podr&iacute;a tener consecuencias inflacionarias en Estados Unidos y la zona del d&oacute;lar. Junto al crecimiento del circulante ha contribuido con el descenso de la divisa la reducci&oacute;n de la tasa de pol&iacute;tica monetaria hasta niveles cercanos a cero.</p>

<p>Una consecuencia del descenso del d&oacute;lar es el encarecimiento de las materias primas, las cuales habitualmente se negocian en mercados a futuros en esa moneda. Igualmente, un d&oacute;lar con menor poder adquisitivo eleva los precios de los bienes finales importados, que son de amplio consumo nacional. Asimismo, como se indic&oacute; en el art&iacute;culo anterior, los fletes elevaron de precio significativamente y su normalizaci&oacute;n puede durar todav&iacute;a muchos meses siendo dif&iacute;cil que desciendan a niveles previos a la pandemia.</p>

<p>Un factor de riesgo es la percepci&oacute;n de la inflaci&oacute;n a largo plazo que incide en el comportamiento de los precios a corto y mediano t&eacute;rmino. Pero no hay grandes inconvenientes en este punto, ya que los escenarios de baja inflaci&oacute;n han prevalecido en las &uacute;ltimas tres d&eacute;cadas y han sido internalizados como &ldquo;normalidad&rdquo; por los actores econ&oacute;micos, produciendo una condici&oacute;n subjetiva favorable, aunque no absoluta, sobre las expectativas inflacionarias a futuro.</p>

<p>Una amenaza que proviene del sector laboral es que luego del fuerte crecimiento del desempleo producto de la crisis del COVID-19, el mercado de trabajo se est&aacute; recuperando y se espera que para finales del 2021 cerca del 4% de la fuerza laboral se encuentre en nuevos puestos de trabajo. En una econom&iacute;a repuntando y con una poblaci&oacute;n desempleada que en algunos casos goza de ayudas superiores a los ingresos previos, las ofertas de trabajo deben ser atractivas, pudiendo incluir aumentos salariales, los cuales son muy deseables como forma de redistribuci&oacute;n del ingreso, pero independientemente de las bondades de ese hecho, al ser los salarios un factor de producci&oacute;n su elevaci&oacute;n tendr&iacute;a consecuencias en los precios finales.</p>

<p>Por otro lado, las alianzas, los c&aacute;rteles, los oligopolios y los monopolios empresariales con gran poder de mercado accionan en sus sectores para elevar los precios buscando aumentar los m&aacute;rgenes corporativos, lo que tambi&eacute;n tiene efecto en la inflaci&oacute;n.</p>

<p>Otro factor que puede hacer subir los precios de productos intermedios y finales es el enfrentamiento comercial de Estados Unidos con China y los compromisos del presidente Biden con el sector sindical y la manufactura nacional, pudiendo afectar la cadena de suministro y desplazar empresas desde China hacia Estados Unidos u otras naciones con costos de producci&oacute;n m&aacute;s elevados. Siempre teniendo en cuenta que China busca preservar a Estados Unidos como principal destino de sus exportaciones, incluso sacrificando beneficios cuando puede perder cuota de mercado, lo que es un importante factor de estabilizaci&oacute;n de precios. De forma similar sucede con las empresas estadounidense de sectores muy competitivos, las cuales son cuidadosa con los aumentos de precios por temor a perder sus nichos comerciales.</p>

<p>Algo a tomar en cuenta, es que la pandemia afect&oacute; m&aacute;s al mercado de servicios que al de bienes, al requerir el primero de mayor intercambio presencial. Los servicios significan cerca del 60% del consumo nacional y en la medida en que se vaya extendiendo la vacunaci&oacute;n y levantando las restricciones, la demanda contenida presionar&aacute; una oferta que se ha mantenido est&aacute;tica o reducida, tendiendo a elevar los precios; sobre todo en un contexto de encarecimiento de insumos y en medio de la leve inflaci&oacute;n generalizada que se viene produciendo.</p>

<p>Sin embargo, hay que se&ntilde;alar que Estados Unidos y las principales potencias desarrolladas han mostrado una especie de rigidez inflacionaria en los &uacute;ltimos a&ntilde;os, al haber experimentado una inflaci&oacute;n controlada desde los 90&acute;s. Inclusive, en la pasada gesti&oacute;n de Donald Trump, donde la econom&iacute;a se calent&oacute; y alcanz&oacute; el pleno empleo, la inflaci&oacute;n se mantuvo cerca del rango de 2% establecido por la Fed.</p>

<p><img alt="Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal" src="https://i1.wp.com/www.reporteextra.com/wp-content/uploads/2021/06/Jerome-Powell.jpg?resize=696%2C357&amp;ssl=1" style="margin-bottom:0px; width:600px" />Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal</p>

<p>Igualmente, en la actualidad hay un escenario de fuerte reactivaci&oacute;n econ&oacute;mica y un aumento significativo del empleo sin que se perciban importantes se&ntilde;ales inflacionarias, por lo que algunos especialistas entienden que no es necesario ralentizar la econom&iacute;a con una mayor tasa de inter&eacute;s, como tampoco preocuparse por la deuda p&uacute;blica y el balance de la Reserva Federal.</p>

<p>Pero otros consideran que las medidas fiscales y monetarias adoptadas est&aacute;n teniendo repercusiones que generan incertidumbre con relaci&oacute;n al comportamiento de la inflaci&oacute;n, no s&oacute;lo a mediano y largo plazo, sino tambi&eacute;n en un horizonte temporal m&aacute;s inmediato.</p>

<p>Inclusive Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, afirm&oacute; que: &ldquo;A lo mejor los tipos de inter&eacute;s tienen que subir un poco para asegurarnos de que nuestra econom&iacute;a no se recaliente&rdquo;. El mismo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, expres&oacute; que los precios podr&iacute;an repuntar en los pr&oacute;ximos meses, pero descart&oacute; que pudiesen llegar a niveles preocupantes y que es muy temprano para hablar de cambios de pol&iacute;tica cuando todav&iacute;a deben producirse mayores mejoras en el mercado laboral. Aseverando luego que en caso de que se produjese alguna elevaci&oacute;n desproporcionada, la Reserva actuar&iacute;a mostr&aacute;ndose &ldquo;paciente en su reacci&oacute;n&rdquo; y que no habr&iacute;a una subida de las tasas de inmediato. Es el mensaje que ahora debe mandar a la sociedad y los mercados.</p>

<p>En una t&oacute;nica similar se ha expresado Gita Gopinath, economista jefa del Fondo Monetario Internacional, quien consider&oacute; que el plan Biden podr&iacute;a empujar los precios a un incremento interanual de 2,25% en 2022, aunque considera que los mismos deber&aacute;n mantenerse en la senda de moderaci&oacute;n de los &uacute;ltimos a&ntilde;os.</p>

<p>Lo cierto es que, con una econom&iacute;a en fuerte recuperaci&oacute;n, con una tasa cercana al pleno empleo y con un aumento de las presiones inflacionarias es posible que para el segundo semestre del 2022 o el primero del 2023, la Reserva Federal concluya con el per&iacute;odo de tasas cercanas a cero.</p>

<p>Finalmente, la inflaci&oacute;n tendr&iacute;a tambi&eacute;n repercusiones pol&iacute;ticas, ya que un aumento de la tasa de inter&eacute;s que afecte la recuperaci&oacute;n en marcha y la agenda econ&oacute;mica de la administraci&oacute;n Biden, acarrear&iacute;a consecuencias en las elecciones de medio t&eacute;rmino y en las presidenciales del 2024, pudiendo inclusive devolver a la presidencia a Donald Trump.</p>

<p>El segundo plan fiscal que busca impulsar la administraci&oacute;n del presidente Biden ser&aacute; abordado en un art&iacute;culo posterior sobre el tema.</p>

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