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Texto del filósofo y educador brasileño, Paulo Freire, publicado en su libro «Educaci

Por: Paulo Freire

Publicado: 21/09/2021

Texto del filósofo y educador brasileño, Paulo Freire, publicado en su libro «Educaci

<p><em><strong>Texto del fil&oacute;sofo y educador brasile&ntilde;o, Paulo Freire, publicado en su libro &laquo;Educaci&oacute;n y Cambio&raquo;&nbsp;</strong></em></p>

<p>Por:&nbsp;<strong>Paulo Freire</strong></p>

<p>Cuando el ser humano pretende imitar a otro ya no es &eacute;l mismo. As&iacute; tambi&eacute;n la imitaci&oacute;n servil de otras culturas produce una sociedad alienada o sociedad objeto. Mientras m&aacute;s una persona quiere ser otro, menos ella misma es.&nbsp;<br />
<strong>La sociedad alienada no tiene conciencia de su propio existir.</strong>&nbsp;Un profesional alienado es un ser inaut&eacute;ntico. Su pensar no est&aacute; comprometido consigo mismo, no es responsable.&nbsp;<strong>El ser alienado no mira la realidad con criterio personal sino con &oacute;ptica ajena.</strong>&nbsp;Por eso vive una realidad imaginaria y no su propia realidad objetiva. Vive a trav&eacute;s de la visi&oacute;n de otro pa&iacute;s. Se vive Rusia o Estados Unidos, pero no se vive Chile, Per&uacute;, Guatemala o Argentina.&nbsp;<br />
El ser alienado no busca un mundo aut&eacute;ntico. Esto provoca una nostalgia; a&ntilde;ora otro pa&iacute;s y lamenta haber nacido en el suyo.&nbsp;<strong>Tiene verg&uuml;enza de su realidad</strong>. Vive en el otro pa&iacute;s y trata de imitarlo y se cree culto mientras menos nativo es. Ante un extranjero tratar&aacute; de ocultar las poblaciones marginales y mostrar&aacute; barrios residenciales, porque piensa que las ciudades m&aacute;s cultas son las que tienen edificios m&aacute;s altos. Como el pensar alienado no es aut&eacute;ntico tampoco se traduce en una acci&oacute;n concreta.&nbsp;</p>

<p>Hay que partir de nuestras posibilidades para ser m&aacute;s uno mismo. El error no est&aacute; en la imitaci&oacute;n sino en la pasividad con que se recibe esta imitaci&oacute;n o en la falta de an&aacute;lisis o autocr&iacute;tica. Se piensa que los bolivianos o paname&ntilde;os son flojos, porque son tales. Por eso se trata de ser menos boliviano o paname&ntilde;o. Se cree que ser grande es imitar los valores de otras naciones. Sin embargo, la grandeza se expresa a trav&eacute;s de la propia vocaci&oacute;n nativa.&nbsp;<br />
Otro ejemplo de alienaci&oacute;n es&nbsp;<strong>la preferencia de los t&eacute;cnicos extranjeros con menosprecio de los nacionales</strong>.&nbsp;<br />
<strong>La sociedad alienada no se conoce</strong>; es inmadura, tiene comportamiento ejemplarista: trata de conocer la realidad por diagn&oacute;sticos extranjeros.&nbsp;</p>

<p>Los dirigentes solucionan los problemas con f&oacute;rmulas que han dado resultado en el extranjero. Hacen importaci&oacute;n de problemas y de soluciones. No conocen la realidad nativa. Antes de admitir soluciones extranjeras, habr&iacute;a que preguntarse cu&aacute;les eran las condiciones y caracter&iacute;sticas que motivaron esos problemas. Porque los 80&rsquo;&oacute; 90&prime; de Rusia o de Estados Unidos no son los 80&prime; &oacute; 90&prime; de Chile o Argentina. Somos contempor&aacute;neos en el tiempo, pero no en la t&eacute;cnica. Por lo dem&aacute;s, los t&eacute;cnicos extranjeros llegan con soluciones fabulosas, fuera de los prejuicios, que no corresponden a nuestra idiosincrasia.</p>

<p><br />
Las soluciones importadas deben ser reducidas sociol&oacute;gicamente, es decir, estudiadas e integradas en un contexto nativo. Deben ser criticadas y adaptadas; en este caso, la importaci&oacute;n es reinventada o re-creada. Esto es ya desalienaci&oacute;n que no significa sino autovaloraci&oacute;n.<br />
Generalmente las &eacute;lites culpan al pueblo de que es flojo o incapaz y por eso sus soluciones no resultaron. As&iacute;, las actitudes de los dirigentes oscilan entre un optimismo ingenuo o un pesimismo o desesperaci&oacute;n. Es ingenuidad pensar en que la simple importaci&oacute;n de soluciones salvar&aacute; al pueblo. Le pasa esto a los candidatos que por no conocer a fondo los problemas del&nbsp;poder, hacen miles de promesas y al llegar al poder encuentran miles de obst&aacute;culos que, a veces, los hacen caer en pesimismo. No es deshonestidad, sino ingenuidad.&nbsp;</p>

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