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Más allá del duelo

Donaly no debió morir, y menos en esas circunstancias. Como nos aclara Sabina: "hay que condenar todas las muertes, incluso la natural".

Publicado: 17/02/2023

Más allá del duelo

<p>Donaly no debi&oacute; morir, y menos en esas circunstancias. Como nos aclara Sabina: &ldquo;hay que condenar todas las muertes, incluso la natural&rdquo;.</p>

<p>Pero tambi&eacute;n otras, en el hecho y en el contexto, debieron evitarse.</p>

<p>En el hecho: el agente no debi&oacute; sacar el arma. Todav&iacute;a hoy persiste el lema de la Espada de Conchas (que desde el siglo dieciocho hasta el pasado domingo tantas muertes ha provocado): &ldquo;no me saques sin valor y no me envaines sin honor&rdquo;.</p>

<p>No debi&oacute; darse la reacci&oacute;n violenta del padre frente a la autoridad policial; primero porque, con raz&oacute;n o no, es una autoridad y segundo porque frente a su hijo debi&oacute; pensar en dar ejemplo, y evitarse llorar hoy amargamente.</p>

<p>No debieron molestar con el ruido (por m&aacute;s desordenado que sea un carnaval) y no debieron exigir con violencia la regularizaci&oacute;n.</p>

<p>No debieron tener un menor en el contexto adulta de una bebentina que en el fragor del boato no evitaron el enfrentamiento.</p>

<p>No debieron, de un lado, agitar; del otro (el de la patrulla) permanecer inertes como esperando el desenlace, debieron intervenir, evitar, dejar pasar.</p>

<p>No debi&oacute; haber un disparo: &iexcl;A nadie!</p>

<p>No debieron caerle atr&aacute;s a los agentes mientras el cuerpo del ni&ntilde;o agonizaba. Los venci&oacute; el morbo, prefirieron grabar con celular al agresor y no ir a socorrer a la v&iacute;ctima.</p>

<p>No debieron algunos ap&oacute;stoles del carnaval minimizar el tr&aacute;gico evento. Indignaron y en su perjuicio contribuyeron a engrandecer la bola de nieve que los derrib&oacute; a pesar de rectificar cuando era tarde.</p>

<p>No debieron intervenir los pol&iacute;ticos. Su mayor solidaridad era respetar el duelo y no abusar de la ignorancia de una familia que llora y cuya sumisi&oacute;n en las pobrezas (material y espiritual) les impiden ver sus errores.</p>

<p>No debieron montarse en esa ola los &ldquo;music&oacute;logos&rdquo; (comerciantes del caos), porque su repudio por el ruido que provocan no se aminora con las l&aacute;grimas de padres que se conduelen de la tragedia.</p>

<p>No debieron los comunicadores repetirse hasta el hartazgo en argumentos ins&oacute;litos y destemplados animando contra la autoridad policial.</p>

<p>No debi&oacute; la Polic&iacute;a, dejar solo en su error a uno de sus miembros; primero porque, &iexcl;caramba!, nadie quiere cometer un error como ese y, segundo, porque la vor&aacute;gine populista sepulta la carrera de un miembro ejemplar hasta el domingo fatal y quien en su ignorada angustia ha visto el suicidio como una salida.</p>

<p>No debimos permitirnos que divertirnos se convierta en un riesgo, que el temor patrulle vestido de gris o negro, que las redes sociales determinen el tama&ntilde;o de la pena.</p>

<p>Ya los urbanos han grabado al menos temas, un dolor que se monetiza de la siempre rentable industria del duelo.</p>

<p>El tema no debe seguir. No insistir. Respetar el duelo. Que las responsabilidades sean asumidas.</p>

<p>Entendamos que este pa&iacute;s, como los dem&aacute;s de la regi&oacute;n, es un barril de p&oacute;lvora que puede estallar con cualquier inesperada chispa de indignaci&oacute;n.</p>

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