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Sermón de las 7 Palabras: Reflexiones de Viernes santos

En el Santuario de Las Nazarenas, se llevó a cabo el tradicional Sermón de las Siete Palabras, con la participación de los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis de Lima. A continuación compartimos las frases más destacadas de este Viernes Santo.

Publicado: 01/04/2024

Sermón de las 7 Palabras: Reflexiones de Viernes santos

<h1>Primera Palabra: &laquo;Padre, perd&oacute;nalos porque no saben lo que haces&raquo;</h1>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre C&eacute;sar Or&eacute;</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-1-1024x682.jpeg" style="float:left; height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>La primera palabra de Jes&uacute;s en la Cruz es una invocaci&oacute;n a Dios, es una s&uacute;plica, pero no por s&iacute; mismo, sino por los dem&aacute;s. &Eacute;l es el inocente que se inmola, el sentenciado injustamente con la complicidad de aquellos que ten&iacute;an que buscar la verdad y la justicia, aquel que calla y no se atrinchera ante sus verdugos, ni tampoco se victimiza.</p>

<p>El rostro de Dios que Jesucristo nos muestra, no es el de un Dios vengativo y justiciero, de un Dios lejano e imponente; es el Dios cercano que se deja ver en los gestos sencillos de amor verdadero, de ternura, de solidaridad, de compasi&oacute;n y de perd&oacute;n; y que hemos podido ver a lo largo de estos tiempos dif&iacute;ciles que nos toca afrontar.</p>

<p>A&uacute;n nos conmueve el dolor humano por el fallecimiento de nuestros seres queridos a lo largo de esta Pandemia, as&iacute; como las im&aacute;genes desgarradoras del sufrimiento producido por la guerra, el desentendimiento, la falta de posibilidades para el desarrollo de los pueblos, el hambre, la miseria, la enfermedad, la desolaci&oacute;n, el abandono, la injusticia, la corrupci&oacute;n, la desesperaci&oacute;n y el olvido.</p>

<p>Jesucristo no &ldquo;utiliza&rdquo; a Dios, ni el nombre de Dios para invocar una violencia que venga de lo alto, como s&iacute; se lo insinuaron en un momento algunos de sus disc&iacute;pulos: &ldquo;Se&ntilde;or, &iquest;quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?&rdquo; (cfr. Lc 9,54).</p>

<p>No se puede utilizar la religi&oacute;n para justificar la violencia en el mundo, no se puede pretender utilizar a Dios para justificar el odio y la muerte, que tanto vemos a nuestro paso, signos de inhumanidad, signos de oscuridad, de ceguera; no se puede pretender utilizar a Dios para los propios fines y conveniencias: Dios no se presta al juego de la destrucci&oacute;n de sus hijos y de sus creaturas, de aquello que en su bondad nos ha sido confiado.</p>

<p>Una religi&oacute;n sin coraz&oacute;n, sin amor y perd&oacute;n, es una religi&oacute;n sin Dios, pues &ldquo;el nombre de Dios es misericordia&rdquo; (Papa Francisco); el Dios de Jesucristo, el Padre, es misericordia. Jesucristo se abraza a la Cruz tan fuertemente en la entrega generosa de su vida que no puede hacer otra cosa que perdonar viviendo lo que ha aprendido y visto en el Padre, en su Padre.</p>

<p>El perd&oacute;n que Dios ofrece es gratuito y transformante. Es mucho por lo cual tenemos que pedir perd&oacute;n a Dios por nuestros pecados, nuestras fallas y limitaciones; somos fr&aacute;giles sostenidos por Dios y estamos puestos en sus manos.</p>

<p>Vivamos este Viernes Santo como d&iacute;a de perd&oacute;n desde la profundidad de la vida cristiana que hemos recibido y que quiere ser fecunda a trav&eacute;s del perd&oacute;n, el amor y la misericordia.</p>

<h2>Segunda Palabra: &laquo;Yo te aseguro que hoy estar&aacute;s conmigo en el Para&iacute;so&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre Arturo Alcos.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-3-1024x682.jpeg" style="height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>El buen ladr&oacute;n le dice: &laquo;Jes&uacute;s, acu&eacute;rdate de mi cuando entres a tu Reino&raquo;. En el lenguaje de la Biblia, este verbo, acu&eacute;rdate, tiene una fuerza particular porque es una palabra de certeza y de confianza. Y ante este pedido, Jes&uacute;s le responde: &laquo;Yo te aseguro que hoy estar&aacute;s conmigo en el Para&iacute;so&raquo;.</p>

<p>El Se&ntilde;or decidi&oacute; mirar con misericordia a un hombre que hab&iacute;a cometido muchos pecados, un asesino, revoltoso. Pero este buen ladr&oacute;n tuvo 4 cosas:</p>

<p>En primer lugar, se reconoci&oacute; pecador como un gran ejemplo de conversi&oacute;n. Dimas sabe que la vida de los tres se va de un modo inexorable. El buen ladr&oacute;n recuerda la Justicia divina, muy superior a la justicia humana, y como es l&oacute;gico le invade el temor. Por eso le invita al arrepentimiento al otro ladr&oacute;n; dici&eacute;ndole: &iquest;Ni siquiera estando en el suplicio temes a Dios?</p>

<p>En segundo lugar, el buen ladr&oacute;n comprende que s&oacute;lo perdona de verdad el que ama. Y Jes&uacute;s, en su primera palabra, perdonaba a los que le clavaron al madero. No pide un alivio para el dolor que padece, sino el consuelo del nuevo Reino que Jes&uacute;s hab&iacute;a instaurado.</p>

<p>En tercer lugar, el buen ladr&oacute;n supo defender a Cristo. Y defender a Cristo significa defender la vida y la dignidad de la persona. La Iglesia Cat&oacute;lica proclama que la vida humana es sagrada. Tenemos que defender la vida desde el primer instante de su concepci&oacute;n, hasta el &uacute;ltimo aliento. Creemos que toda persona tiene un valor inestimable, que las personas son m&aacute;s importantes que las cosas y que la medida de cada instituci&oacute;n se basa en si amenaza o acrecienta la vida y la dignidad de la persona humana. Por lo tanto, toda persona tiene un derecho fundamental a la vida y un derecho a todo lo necesario para vivir con decencia.</p>

<p>Finalmente, el buen ladr&oacute;n supo sufrir y acept&oacute; morir: &laquo;Esto me toca a mi porque me lo merezco&raquo;, es decir, acept&oacute; lo que le correspond&iacute;a en lugar de proferir insultos como el otro ladr&oacute;n, renunciando a pelear contra Jes&uacute;s. Ya en esta vida, la mayor felicidad se consigue en la amistad, porque el ser humano es esencialmente amoroso. En el cielo, la amistad plena y feliz, se da con Jes&uacute;s Dios y Hombre verdadero, con Dios Padre, con Dios Esp&iacute;ritu Santo, con la Virgen Sant&iacute;sima y con todos los santos. Que asi sea. Que Dios los bendiga.</p>

<h2>Tercera Palabra: &laquo;Mujer, ah&iacute; tienes a tu hijo. Hijo, ah&iacute; tienes a tu madre&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre V&iacute;ctor Soliz.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-3-1024x682.jpeg" style="float:left; height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>El Se&ntilde;or ha querido fijar su mirada en el disc&iacute;pulo amado y Mar&iacute;a. &iquest;Qui&eacute;n es ese disc&iacute;pulo amado? Nos dice la tradici&oacute;n que es el ap&oacute;stol Juan, pero en realidad ese disc&iacute;pulo amado, esa disc&iacute;pula amada, somos t&uacute; y yo hoy d&iacute;a.</p>

<p>&iquest;Estamos recibiendo a Mar&iacute;a como nuestra madre? &iquest;La aceptamos como nuestra? Ella, asume en ese momento junto a Jes&uacute;s, la voluntad del Padre Dios para que se involucre en el misterio de lo que est&aacute; sucediendo. Y Mar&iacute;a quiere ense&ntilde;arnos a ser disc&iacute;pulos de Cristo en cada momento y en cada circunstancia.</p>

<p>Hoy estamos llamados a seguir a Jesus, a seguir a Mar&iacute;a, a dejarnos inspirar por su Esp&iacute;ritu, a sentir cada palabra del Evangelio y llenar nuestro coraz&oacute;n de alegr&iacute;a. Como buena disc&iacute;pula, Mar&iacute;a meditaba todo lo que dec&iacute;a y hac&iacute;a Jes&uacute;s. En sus actitudes, hay que aprender de sus gestos, hay que aprender de sus palabras.</p>

<h2>Cuarta Palabra: &laquo;&iexcl;Dios m&iacute;o, Dios m&iacute;o!, &iquest;por qu&eacute; me has abandonado?&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre Jaime Llamas.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-3-1024x682.jpeg" style="height:682px; margin:0px; width:1024px" /></p>

<p>En mayor o menor medida, todos comprendemos lo que es la soledad o el abandono, as&iacute; como los efectos que eso puede llegar a tener en una persona. Cu&aacute;ntas profundas heridas a causa del abandono, cu&aacute;ntas vidas heridas por el ego&iacute;smo y la indiferencia. Es doloroso constatar que a&uacute;n hay padres que abandonan a sus hijos, o hijos que abandonan a sus padres ancianos o en necesidad. Es duro reconocer que, en nuestra sociedad, hay tantos que son descartados y a los que a veces no prestamos atenci&oacute;n ni ayudamos. Y nuestras indiferencias llevan a algunas personas a dudar de Dios o a sentirse abandonados de &Eacute;l.</p>

<p>En labios de Jes&uacute;s la frase: &ldquo;El&iacute;. El&iacute;, lam&aacute; sabaktan&iacute;&rdquo; que traducimos como &ldquo;Dios m&iacute;o, Dios m&iacute;o. &iquest;por qu&eacute; me has abandonado?&rdquo; no es una frase que manifieste falta de fe, ni mucho menos una ofensa a Dios. Hay que considerar que, por una parte, el Se&ntilde;or Jes&uacute;s expresa el sentimiento que lo embarga en ese momento, con ese dolor f&iacute;sico y moral indescriptibles, pues estaba cargando con las culpas de los hombres y mujeres de todos los tiempos. Pero tambi&eacute;n con esta frase, representa a la humanidad sufriente y abre para ella una perspectiva de esperanza.</p>

<p>Por ello, no dudemos ni reneguemos de Dios en la tribulaci&oacute;n. M&aacute;s provecho espiritual sacar&iacute;amos al tomar conciencia de las muchas veces que los seres humanos abandonamos a Jes&uacute;s para ir tras falsos dioses. En verdad, cu&aacute;ntas veces sustituimos a Dios al hacernos &iacute;dolos: el dinero, el desenfreno, el hedonismo, etc. Esa toma de conciencia de nuestros abandonos a Dios puede ser el inicio de una sincera conversi&oacute;n. En la Cruz, Jes&uacute;s tambi&eacute;n experiment&oacute; nuestros injustos abandonos, sin embargo, nos sigue amando hasta el extremo y llamando a volver a &Eacute;l.</p>

<h2>Quinta Palabra: &laquo;Tengo Sed&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre Dionicio Alberca.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-5-1024x682.jpeg" style="height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>No se trata simplemente de la sed de un hombre crucificado que est&aacute; a punto de morir, sino del &uacute;ltimo deseo del Dios hecho hombre, la Palabra hecha carne que puso su moral entre nosotros. Jes&uacute;s tiene sed de hacer de este mundo el Reino de Dios, &Eacute;l tiene sed de restablecer la comuni&oacute;n con Dios y la comuni&oacute;n entre los seres humanos.</p>

<p>Se ha exigido tantas veces &ndash; y se contin&uacute;a exigiendo &ndash; que todos se laven las manos para no ser contagiados por el Covid-19, pero mucha gente no tiene agua para satisfacer sus necesidades b&aacute;sicas, y tiene que comprar el agua a precios exorbitantes. Nuestro pueblo tiene sed de un clamor que lamentablemente a&uacute;n no es atendido, pero tambi&eacute;n hay otros tipos de sed que est&aacute;n a niveles m&aacute;s profundos y que se ignoran en todos los &aacute;mbitos de la vida.</p>

<p>Ante la crisis pol&iacute;tica, econ&oacute;mica y moral, tenemos sed de bienestar, sed de justicia frente a una cultura del descarte y de tanta desigualdades, sed de paz en un mundo que se desangra por la violencia y la guerra, sed de asistencia m&eacute;dica gratuita y de calidad, sed de vivir con la dignidad de ser seres humanos e hijos de Dios.</p>

<p>Es necesario discernir los tipos de sed que tenemos como sociedad y como Iglesia de Lima. Todos tenemos sed de alegr&iacute;a, tratamos de evitar el vinagre de la amargura del odio y del rencor. Y para ello, es necesario hacer el discernimiento de la realidad para descubrir la voluntad de Dios. &iquest;Qu&eacute; nos pide el Se&ntilde;or ante las necesidades y aspiraciones de nuestro pueblo? La sed de Jes&uacute;s nos compromete a satisfacer la sed de nuestro pueblo sufrido.</p>

<h2>Sexta Palabra: &laquo;Todo est&aacute; cumplido&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n de Fray Rafael Hurtado.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-6-1024x682.jpeg" style="height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>La muerte de Jes&uacute;s representa tambi&eacute;n un acto de amor y de amistad por nosotros, especialmente por sus predilectos, los pobres, los excluidos, los migrantes, los pecadores. Elevado en la Cruz, Jes&uacute;s muere amando, obedeciendo y confiando en la voluntad de Aquel que le ha enviado.</p>

<p>Al t&eacute;rmino de su vida, Jes&uacute;s entendi&oacute; que deb&iacute;a morir para dar vida, entreg&aacute;ndolo todo para ganarnos a todos y confiar en su Santa obediencia a la voluntad del Padre. Jes&uacute;s nos ense&ntilde;a que vivir no significa pasar por encima de los obst&aacute;culos, ni mucho menos al t&eacute;rmino de nuestra existencia, ganando el mundo entero con todas sus apetencias. La confirmaci&oacute;n de nuestra misi&oacute;n en la vida, como en la de Jes&uacute;s, consistir&aacute; a&uacute;n aceptar la vida del Padre eterno.</p>

<p>Jes&uacute;s carg&oacute; el pecado del mundo sobre sus hombros, y las faltas humanas cayeron sobre su cuerpo. Por eso, la plenitud y la consumaci&oacute;n de nuestro Se&ntilde;or Jesucristo fue el amor total y completo que nos dio y dej&oacute; al mundo entero.</p>

<p>Con sus &uacute;ltimas palabras, Jes&uacute;s nos ofrece la continuidad de su misi&oacute;n en clave de minoridad y salvaci&oacute;n. &Eacute;l nos insiste en despertar del sue&ntilde;o torpe e ilusorio al que la modernidad individualista y ego&iacute;sta nos inducey fuerza a creer. Ahora es tiempo de consumar nuestra misi&oacute;n siguiendo a Jes&uacute;s.</p>

<h2>S&eacute;ptima Palabra: &laquo;Padre, en tus manos encomiendo mi Esp&iacute;ritu&raquo;</h2>

<p>Reflexi&oacute;n del Padre C&eacute;sar Mesinas.</p>

<p><img alt="" src="https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2022/04/palabra-3-1024x682.jpeg" style="height:402px; margin:0px; width:604px" /></p>

<p>Con su &uacute;ltima palabra: &ldquo;Padre, en tus manos encomiendo mi Esp&iacute;ritu&rdquo;, el Se&ntilde;or est&aacute; afirmando que ha cumplido con su misi&oacute;n, ha hecho lo que ten&iacute;a que hacer y cumplido con el encargo que el Padre le dio. El Se&ntilde;or ha dado la vida por todos, ha muerto por el bien de todos, y ahora, se dispone en las manos del Padre.</p>

<p>El Se&ntilde;or, a trav&eacute;s del sacrificio de su vida, nos ha dejado muchas ense&ntilde;anzas. Nosotros estamos llamados a aprender a ser como Jes&uacute;s, a imitar sus gestos y sus actitudes, a recorrer sus mismos caminos, a ir de pueblo en pueblo para anunciar el Evangelio.</p>

<p>La respuesta de Jes&uacute;s antes de su muerte, debe ser tambi&eacute;n la nuestra. Alg&uacute;n d&iacute;a nos tocar&aacute; partir, porque todos tendremos que morir, no sabemos cu&aacute;ndo, unos antes, otros despu&eacute;s, alg&uacute;n d&iacute;a tendremos que dejar esta historia. Lo mejor que nos podr&iacute;a pasar es que, cuando salgamos de este mundo hacia el encuentro con el Padre, podamos decirle al Se&ntilde;or, a nuestro Padre Dios: &ldquo;&iexcl;Misi&oacute;n cumplida!&rdquo;, porque en la rendici&oacute;n de cuentas nos van a preguntar qu&eacute; hemos hecho con nuestra vida. No nos van a preguntar cu&aacute;nta plata ten&iacute;amos o qu&eacute; ropa us&aacute;bamos, la pregunta principal girar&aacute; en torno a lo que hemos hecho en esta vida, cu&aacute;nto hemos hamado y si hemos logrado cumplir con nuestra misi&oacute;n en el mundo.</p>

<p>Que esta Semana Santa nos ayude a todos a crecer como cristianos y a ser m&aacute;s efectivos en el cumplimiento de la misi&oacute;n que nos toca realizar. Am&eacute;n.&nbsp;</p>

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