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Perspectiva crítica. Hacia una política cultural innovadora: competencias y sostenibi

Perspectiva crítica. Hacia una política cultural innovadora: competencias y sostenibilidad

Publicado: 14/01/2025

Perspectiva crítica. Hacia una política cultural innovadora: competencias y sostenibi

<p>La inminente designaci&oacute;n del nuevo titular del Ministerio de Cultura por parte del presidente Luis Abinader, configura un&nbsp;punto de inflexi&oacute;n hist&oacute;rico&nbsp;que&nbsp;va m&aacute;s all&aacute; de una simple&nbsp;transici&oacute;n administrativa. Este nombramiento, representa una&nbsp;oportunidad decisiva para redefinir el rol de la cultura como vector de transformaci&oacute;n nacional, reformulando las bases de su gesti&oacute;n para consolidarla como eje estrat&eacute;gico del desarrollo social, econ&oacute;mico y pol&iacute;tico de la Rep&uacute;blica Dominicana.</p>

<p>Se impone, por tanto, la impostergable tarea de erradicar la percepci&oacute;n de la cultura como un elemento ornamental en la estructura del Estado y reivindicarla como pilar fundamental de la identidad y el progreso colectivo.</p>

<p>Este nuevo paradigma, exige&nbsp;una reconceptualizaci&oacute;n profunda de la gesti&oacute;n cultural, entendi&eacute;ndola no como un ap&eacute;ndice, sino como&nbsp;epicentro del desarrollo multidimensional de la naci&oacute;n. La cultura, en su m&aacute;xima expresi&oacute;n, debe ser reconocida como catalizador esencial, con la capacidad de dinamizar las industrias culturales y creativas en sinergia con la Econom&iacute;a Naranja, estableciendo as&iacute; un c&iacute;rculo virtuoso que impulse el crecimiento econ&oacute;mico, fortalezca la cohesi&oacute;n social, fomente la innovaci&oacute;n y eleve el bienestar colectivo.</p>

<p>Lejos de constituir un ornamento prescindible en la agenda de gobierno, la cultura es el alma misma de la Rep&uacute;blica Dominicana, el motor que vertebra nuestra identidad, fortalece el tejido social y da sentido al prop&oacute;sito compartido como naci&oacute;n.&nbsp;Frente a los vertiginosos cambios globales,&nbsp;su gesti&oacute;n debe priorizar, con audacia y visi&oacute;n de futuro, el impacto transformador en el &aacute;mbito nacional, erigi&eacute;ndose en la piedra angular de un proyecto de pa&iacute;s pr&oacute;spero, inclusivo, con una identidad cultural robusta y proyectada hacia el futuro.</p>

<p>La concreci&oacute;n de esta visi&oacute;n estrat&eacute;gica, demanda una pol&iacute;tica cultural que estimule la creatividad, fomente la innovaci&oacute;n y promueva el desarrollo sostenible, consolidando la cultura como espacio neur&aacute;lgico para el fortalecimiento de las capacidades colectivas y el enriquecimiento de las experiencias compartidas.&nbsp;De esta forma, la cultura trasciende su rol tradicional para convertirse en motor esencial de cohesi&oacute;n social y en pilar fundamental para la construcci&oacute;n de una sociedad m&aacute;s inclusiva, resiliente y enfocada en un desarrollo integral que irradie a todas las regiones del pa&iacute;s.</p>

<p>En t&eacute;rminos operativos, esto implica que&nbsp;el Ministerio de Cultura debe configurarse como una instituci&oacute;n multifuncional, con la capacidad de responder de forma integral y adaptativa a las demandas del presente. Como custodio del patrimonio, le compete la responsabilidad de implementar estrategias de preservaci&oacute;n activa que no solo protejan los bienes culturales, sino que tambi&eacute;n garanticen su accesibilidad universal mediante la digitalizaci&oacute;n y el uso de tecnolog&iacute;as avanzadas en documentaci&oacute;n y an&aacute;lisis.</p>

<p>Como catalizador de innovaci&oacute;n, debe promover ecosistemas creativos que impulsen la experimentaci&oacute;n, las industrias culturales y creativas, as&iacute; como el desarrollo de plataformas que faciliten la renovaci&oacute;n constante de las expresiones culturales.&nbsp;Asimismo, en su funci&oacute;n de&nbsp;articulador de di&aacute;logos interculturales, debe mediar entre las tradiciones y las demandas contempor&aacute;neas, fortaleciendo la diversidad cultural y fomentando narrativas inclusivas con perspectiva de g&eacute;nero y justicia social.</p>

<p>El modelo ministerial aqu&iacute; propuesto no se limita a responder a las necesidades del presente; proyecta la cultura como una herramienta transformadora y estructurante, capaz de definir el rumbo de una sociedad en constante evoluci&oacute;n.&nbsp;Su impacto, por tanto, no se circunscribe a la preservaci&oacute;n, sino que abarca la capacidad de la cultura para reconfigurar din&aacute;micas sociales, potenciar la creatividad como recurso estrat&eacute;gico y generar desarrollo sostenible.</p>

<p>Liderar esta profunda transformaci&oacute;n, exige competencias ministeriales que trasciendan la gesti&oacute;n administrativa tradicional. La capacidad prospectiva es esencial, para anticipar tendencias emergentes y dise&ntilde;ar pol&iacute;ticas innovadoras que respondan a los desaf&iacute;os contempor&aacute;neos. En paralelo,&nbsp;resulta fundamental la diplomacia cultural estrat&eacute;gica&nbsp;para articular redes internacionales, construir narrativas integradoras y proyectar a la Rep&uacute;blica Dominicana en el escenario global como un referente cultural din&aacute;mico y diverso.</p>

<p>Para democratizar el acceso a la formaci&oacute;n art&iacute;stica especializada,&nbsp;se requiere, con urgencia,&nbsp;una reconfiguraci&oacute;n estructural que priorice una articulaci&oacute;n efectiva y sostenida entre los ministerios de Cultura y Educaci&oacute;n.&nbsp;Este proceso, exige&nbsp;un marco normativo integrado que no solo valide curricularmente los programas art&iacute;sticos, sino que tambi&eacute;n establezca est&aacute;ndares acad&eacute;micos rigurosos y mecanismos de distribuci&oacute;n equitativa de recursos formativos a nivel nacional.</p>

<p>Se vuelve prioritario, entonces,&nbsp;expandir la red de escuelas provinciales de arte, dise&ntilde;adas para responder a las especificidades culturales y sociales de cada regi&oacute;n,&nbsp;asegurando as&iacute;&nbsp;una cobertura culturalmente pertinente, accesible e inclusiva.</p>

<p>Como complemento indispensable, en el &aacute;mbito de la educaci&oacute;n superior art&iacute;stica, se deben fortalecer las instituciones existentes y ampliar la oferta acad&eacute;mica mediante programas innovadores, alineados con las demandas contempor&aacute;neas del sector cultural y las oportunidades emergentes de la Econom&iacute;a Naranja. Esto implica el desarrollo de nuevas carreras en &aacute;reas como conservaci&oacute;n y restauraci&oacute;n del patrimonio; gesti&oacute;n cultural; tecnolog&iacute;as aplicadas al arte; mediaci&oacute;n cultural; museolog&iacute;a; animaci&oacute;n digital y ciencias aplicadas a la investigaci&oacute;n y documentaci&oacute;n de bienes culturales, as&iacute; como el emprendimiento creativo.</p>

<p>Asimismo, se debe promover la actualizaci&oacute;n curricular de programas tradicionales para integrar enfoques interdisciplinarios y metodolog&iacute;as pedag&oacute;gicas avanzadas. De igual forma, la implementaci&oacute;n de pol&iacute;ticas de equidad e inclusi&oacute;n, debe contemplar becas robustas; apoyo log&iacute;stico integral y mecanismos de seguimiento que aseguren la democratizaci&oacute;n efectiva del acceso a la formaci&oacute;n art&iacute;stica superior.</p>

<p>Para potenciar estas iniciativas es fundamental establecer acuerdos estrat&eacute;gicos con el Ministerio de Educaci&oacute;n Superior, Ciencia y Tecnolog&iacute;a (MESCYT) que faciliten el acceso de los estudiantes a becas nacionales e internacionales, as&iacute; como promover convenios de colaboraci&oacute;n con universidades nacionales y extranjeras que permitan el intercambio de conocimientos, la movilidad estudiantil y docente, y el desarrollo conjunto de proyectos de investigaci&oacute;n y creaci&oacute;n art&iacute;stica.</p>

<p>La consecuci&oacute;n de la excelencia acad&eacute;mica en todos los niveles formativos pasa, ineludiblemente, por&nbsp;el desarrollo de un sistema de gesti&oacute;n de calidad. Dicho sistema debe incorporar procesos de evaluaci&oacute;n continua, investigaci&oacute;n pedag&oacute;gica aplicada y una vinculaci&oacute;n s&oacute;lida con el sector cultural profesional, promoviendo la pertinencia y el impacto de la formaci&oacute;n art&iacute;stica en el tejido social y econ&oacute;mico del pa&iacute;s.&nbsp;Es fundamental, asimismo, considerar&nbsp;la participaci&oacute;n activa de estudiantes como creadores y gestores culturales, un eje transversal que fomente su integraci&oacute;n en la vida cultural de la naci&oacute;n.</p>

<p>M&aacute;s all&aacute; del &aacute;mbito formativo, la designaci&oacute;n del titular del Ministerio de Cultura, trasciende su dimensi&oacute;n administrativa para convertirse en un punto de inflexi&oacute;n estrat&eacute;gico en la transformaci&oacute;n social y el desarrollo nacional.&nbsp;El liderazgo requerido para este cometido&nbsp;exige competencias multifac&eacute;ticas que incluyan habilidades gerenciales avanzadas, visi&oacute;n estrat&eacute;gica y una comprensi&oacute;n profunda de las din&aacute;micas y desaf&iacute;os de las pol&iacute;ticas culturales contempor&aacute;neas.</p>

<p>El perfil ideal, conjuga conocimiento t&eacute;cnico del sector con una capacidad singular para articular las necesidades culturales del pa&iacute;s en programas concretos y medibles, adem&aacute;s de impulsar las industrias creativas como motor del crecimiento econ&oacute;mico y social.</p>

<p>En el plano gerencial, el nuevo titular&nbsp;deber&aacute; acreditar experiencia en la gesti&oacute;n de sistemas complejos; capacidad para optimizar recursos institucionales y competencia para implementar modelos adaptativos que respondan eficazmente a los desaf&iacute;os del sector cultural. Esto conlleva la construcci&oacute;n de estrategias interinstitucionales s&oacute;lidas y el dise&ntilde;o de mecanismos sostenibles de financiamiento que aseguren la continuidad y el impacto de las iniciativas culturales.</p>

<p>Por otro lado, quien ocupe la titularidad del Ministerio&nbsp;debe demostrar sensibilidad y conocimiento para interpretar las demandas espec&iacute;ficas de los diversos actores culturales, desde las comunidades art&iacute;sticas hasta la di&aacute;spora dominicana. Esto requiere el uso de metodolog&iacute;as participativas de diagn&oacute;stico y el establecimiento de mecanismos de di&aacute;logo constante con las comunidades, garantizando que las pol&iacute;ticas culturales sean inclusivas y representen las aspiraciones colectivas de la sociedad dominicana.</p>

<p><img alt="Sede del Ministerio de Cultura" src="https://i0.wp.com/reporteextra.com/wp-content/uploads/2022/06/ministerio-de-cultura-fachada.png?resize=696%2C391&amp;ssl=1" style="height:auto; margin-bottom:0px; width:696px" /><strong>Sede del Ministerio de Cultura</strong></p>

<p>En el &aacute;mbito de las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas, el ministro&nbsp;debe liderar la formulaci&oacute;n de marcos normativos innovadores que respondan a las necesidades actuales del sector cultural y faciliten el desarrollo de las industrias culturales y creativas. Este proceso, fundamentado en evidencia emp&iacute;rica y sustentado por investigaciones rigurosas, debe complementarse con sistemas s&oacute;lidos de evaluaci&oacute;n de impacto que permitan medir la contribuci&oacute;n de la cultura al desarrollo sostenible en sus dimensiones econ&oacute;mica, social y ambiental.</p>

<p>El liderazgo transformacional inherente a este cargo, implica la capacidad de movilizar equipos t&eacute;cnicos hacia objetivos estrat&eacute;gicos; fomentar una cultura organizacional basada en la transparencia e innovaci&oacute;n y gestionar eficazmente los procesos de cambios institucionales.&nbsp;Resulta imprescindible, adem&aacute;s,&nbsp;construir alianzas estrat&eacute;gicas con actores nacionales e internacionales para ampliar el alcance y el impacto de las pol&iacute;ticas culturales, fortaleciendo a su vez las industrias creativas del pa&iacute;s.</p>

<p>De manera an&aacute;loga, la gesti&oacute;n del conocimiento y la innovaci&oacute;n&nbsp;se consolidan como pilares fundamentales de la gesti&oacute;n ministerial. Ello implica la implementaci&oacute;n de sistemas que capitalicen las experiencias institucionales, el desarrollo de modelos de intervenci&oacute;n cultural basados en evidencia y la adopci&oacute;n de tecnolog&iacute;as de vanguardia para optimizar la gesti&oacute;n y maximizar el alcance de los programas culturales.&nbsp;Estas estrategias deben integrarse&nbsp;con un enfoque de transferencia de conocimiento que fortalezca las capacidades sectoriales y fomente la creaci&oacute;n de redes de colaboraci&oacute;n.</p>

<p>La sostenibilidad, como eje transversal ineludible,&nbsp;debe permear integralmente la gesti&oacute;n ministerial. Esto exige asegurar no solo la viabilidad econ&oacute;mica de las iniciativas culturales, sino tambi&eacute;n su impacto social positivo y su alineaci&oacute;n con los principios de responsabilidad ambiental.&nbsp;Consecuentemente se deben priorizar pol&iacute;ticas que fomenten el intercambio cultural, impulsen proyectos de cooperaci&oacute;n regional y potencien la diversidad cultural como un activo estrat&eacute;gico.</p>

<p>En este contexto, una de las tareas prioritarias de la nueva gesti&oacute;n del Ministerio de Cultura&nbsp;ser&aacute; liderar una reforma legislativa integral que siente las bases para la profesionalizaci&oacute;n y modernizaci&oacute;n del sector. Esta reforma, de car&aacute;cter impostergable, dotar&aacute; al &aacute;mbito cultural de un marco normativo s&oacute;lido, contempor&aacute;neo y coherente, comenzando con la&nbsp;impostergable actualizaci&oacute;n de la Ley de Cultura y la Ley de Patrimonio Cultural.</p>

<p>Asimismo,&nbsp;se requiere la promulgaci&oacute;n de un reglamento renovado y din&aacute;mico para la Red Nacional de Museos, que responda a las exigencias del siglo XXI. Punto neur&aacute;lgico de esta reforma&nbsp;ser&aacute; el establecimiento de un marco regulatorio espec&iacute;fico para la formaci&oacute;n art&iacute;stica, en estrecha y sin&eacute;rgica coordinaci&oacute;n con el Ministerio de Educaci&oacute;n, que fortalezca la educaci&oacute;n art&iacute;stica en todos los niveles del sistema educativo, incluyendo el bachillerato en arte, y que a su vez, facilite el acceso de los estudiantes, especialmente aquellos de jornada escolar extendida, a la formaci&oacute;n especializada que ofrecen las diversas escuelas e instituciones adscritas al Ministerio de Cultura.</p>

<p>En lo que ata&ntilde;e al &aacute;mbito muse&iacute;stico, la nueva gesti&oacute;n deber&aacute;&nbsp;asumir el liderazgo en la transformaci&oacute;n de los museos en espacios vivos, inclusivos, accesibles y en di&aacute;logo permanente con sus comunidades. Ello implica una distribuci&oacute;n equitativa de recursos, una inversi&oacute;n estrat&eacute;gica en la capacitaci&oacute;n t&eacute;cnica y administrativa de su personal y el dise&ntilde;o e implementaci&oacute;n de estrategias innovadoras que ampl&iacute;en su impacto social.</p>

<p>Los museos, en definitiva,&nbsp;deben trascender su funci&oacute;n tradicional de custodios del patrimonio para convertirse en agentes activos de la innovaci&oacute;n cultural, la educaci&oacute;n, la cohesi&oacute;n social y el desarrollo sostenible, desempe&ntilde;ando un rol protag&oacute;nico en el tejido cultural de la naci&oacute;n.</p>

<p>Como complemento a esta visi&oacute;n, se recomienda que el Ministerio impulse decididamente la creaci&oacute;n de nuevos espacios y plataformas que fomenten la creaci&oacute;n, producci&oacute;n, difusi&oacute;n y disfrute de las artes en toda su diversidad, incluyendo teatros, centros culturales y espacios multifuncionales, tanto a trav&eacute;s de la inversi&oacute;n p&uacute;blica directa como mediante alianzas estrat&eacute;gicas con el sector privado.</p>

<p>Ser&aacute; fundamental, en este sentido, explorar mecanismos como incentivos fiscales, co-inversiones y patrocinios, que garanticen la sostenibilidad econ&oacute;mica y operativa de estos espacios a largo plazo. Asimismo, se recomienda promover la consolidaci&oacute;n de centros artesanales que impulsen la producci&oacute;n local, la innovaci&oacute;n en el dise&ntilde;o y la salvaguarda de las t&eacute;cnicas tradicionales, asegurando su conexi&oacute;n con los mercados nacionales e internacionales.</p>

<p>De igual forma, se deber&aacute; fomentar activamente el emprendimiento cultural, implementando programas de incubaci&oacute;n, aceleraci&oacute;n, acceso a financiamiento y formaci&oacute;n en gesti&oacute;n empresarial, con especial atenci&oacute;n a las oportunidades que brinda la econom&iacute;a digital. Es importante destacar que estos nuevos espacios deber&aacute;n concebirse, adem&aacute;s, como plataformas para la innovaci&oacute;n, la experimentaci&oacute;n art&iacute;stica y el di&aacute;logo intercultural.</p>

<p>Las acciones antes descritas, articuladas de forma sin&eacute;rgica y estrat&eacute;gica, contribuir&aacute;n significativamente a la descentralizaci&oacute;n de la oferta cultural, a la generaci&oacute;n de oportunidades para los artistas y creadores en todo el territorio nacional, y al fortalecimiento de un ecosistema cultural vibrante, inclusivo y sostenible en la Rep&uacute;blica Dominicana.</p>

<p>En resumidas cuentas, la designaci&oacute;n del pr&oacute;ximo titular del Ministerio de Cultura se configura como una decisi&oacute;n determinante&nbsp;para el devenir cultural de la naci&oacute;n, una apuesta trascendental por un porvenir donde la cultura se instituya como eje fundamental del desarrollo sostenible, motor de dinamismo econ&oacute;mico y estandarte de la identidad nacional.</p>

<p>El presidente Luis Abinader se encuentra ante la&nbsp;oportunidad hist&oacute;rica de reivindicar el poder catalizador de la cultura, ubic&aacute;ndola en el epicentro de un proyecto de naci&oacute;n que ambicione la prosperidad, la justicia social y una proyecci&oacute;n internacional de vanguardia y que, a su vez, fomente la participaci&oacute;n ciudadana activa en la vida cultural del pa&iacute;s. La sagaz elecci&oacute;n del l&iacute;der que conduzca esta profunda transformaci&oacute;n, definir&aacute; no s&oacute;lo el &eacute;xito de esta empresa, sino tambi&eacute;n el legado cultural que marcar&aacute; indeleblemente a la Rep&uacute;blica Dominicana en las pr&oacute;ximas d&eacute;cadas.</p>

<p><strong>*Ruahidy Lombert. Conservador y restaurador de bienes culturales. Dirige el Instituto para la Conservaci&oacute;n e Investigaci&oacute;n del Patrimonio y preside la Fundaci&oacute;n Patrimonium. Es docente en la Universidad Aut&oacute;noma de Santo Domingo y miembro activo de reconocidas organizaciones internacionales como el Instituto Internacional de Conservaci&oacute;n (IIC); el Instituto Americano de Conservaci&oacute;n (AIC); APOYOnline; la Asociaci&oacute;n de Museos del Caribe (MAC) y el Consejo Internacional de Museos (ICOM).</strong></p>

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