El tiempo en que la poesía se publicaba más en versión oral que en soporte papel en la República Dominicana, todavía hasta finales de la década del 1980, hace su aparición a manera de voz importada, en New York, Estados Unidos, Antonio Luna, joven, -para entonces- natural de Santiago
Publicado: 27/10/2014
<p><strong>Antonio Luna: entre la actuación y la literatura</strong></p>
<p>Por José Adolfo Pichardo</p>
<p> </p>
<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image001.jpg" /> El tiempo en que la poesía se publicaba más en versión oral que en soporte papel en la República Dominicana, todavía hasta finales de la década del 1980, hace su aparición a manera de voz importada, en New York, Estados Unidos, Antonio Luna, joven, -para entonces- natural de Santiago de los Caballeros. Y no aparece como un simple recitador o declamador, sino como autor, y lo haría, nada más y nada menos, que en el Primer Festival de la Poesía Patriótica Latinoamericana en Nueva York, donde representó a su país con un poema suyo.</p>
<p>Ligado a esto, estudió Arte Dramático con la actriz, profesora y directora de teatro puertorriqueña Miriam Colón, quien en Nueva York, creó su grupo Teatro Rodante Puertorriqueño.</p>
<p>Menudas son las obras en que participó Luna como actor, entre las que se puede citar: “La tía de Carlos”, “La señora que no dijo sí”, “Orgullo en la sangre”, “Esperancita y Caridad” e “Ilusiones”.</p>
<p>Para la época (70-80) también estaba en boga la publicación de fotonovelas, ¿cómo no recordar las numerosas colecciones mexicanas y venezolanas? Pues en fotonovelas producidas, editadas y distribuidas en Estados Unidos, figura la persona de quien hoy estamos hablando: Antonio Luna, tanto en su condición de actor como en su calidad de escritor. Algunas de estas producciones son: “Los pervertidos”, “El rufián”, “No quiero ser pobre”, “Sangre maldita”, “Caminos de odios”, “Caminos de perdición” y “La bestia del parque central”.</p>
<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image002.jpg" /> A más de treinta años de todo esto, en que Antonio Luna estuvo en todo menos en actuación y literatura, nos sorprende con dos libros, mismos que trajera desde aquellos tiempos: PAREJA POLICIACA, un texto teatral divertido y ágil, en versión de comedia de enredos, y ALEJANDRA, monólogo breve, más bien melancólico que cómico, con rasgos autobiográficos, donde su autor confiesa apego a su país: República Dominicana.</p>
<p><strong>Antonio Luna: entre la actuación y la literatura</strong></p>
<p>Por José Adolfo Pichardo</p>
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<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image001.jpg" /> El tiempo en que la poesía se publicaba más en versión oral que en soporte papel en la República Dominicana, todavía hasta finales de la década del 1980, hace su aparición a manera de voz importada, en New York, Estados Unidos, Antonio Luna, joven, -para entonces- natural de Santiago de los Caballeros. Y no aparece como un simple recitador o declamador, sino como autor, y lo haría, nada más y nada menos, que en el Primer Festival de la Poesía Patriótica Latinoamericana en Nueva York, donde representó a su país con un poema suyo.</p>
<p>Ligado a esto, estudió Arte Dramático con la actriz, profesora y directora de teatro puertorriqueña Miriam Colón, quien en Nueva York, creó su grupo Teatro Rodante Puertorriqueño.</p>
<p>Menudas son las obras en que participó Luna como actor, entre las que se puede citar: “La tía de Carlos”, “La señora que no dijo sí”, “Orgullo en la sangre”, “Esperancita y Caridad” e “Ilusiones”.</p>
<p>Para la época (70-80) también estaba en boga la publicación de fotonovelas, ¿cómo no recordar las numerosas colecciones mexicanas y venezolanas? Pues en fotonovelas producidas, editadas y distribuidas en Estados Unidos, figura la persona de quien hoy estamos hablando: Antonio Luna, tanto en su condición de actor como en su calidad de escritor. Algunas de estas producciones son: “Los pervertidos”, “El rufián”, “No quiero ser pobre”, “Sangre maldita”, “Caminos de odios”, “Caminos de perdición” y “La bestia del parque central”.</p>
<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image002.jpg" /> A más de treinta años de todo esto, en que Antonio Luna estuvo en todo menos en actuación y literatura, nos sorprende con dos libros, mismos que trajera desde aquellos tiempos: PAREJA POLICIACA, un texto teatral divertido y ágil, en versión de comedia de enredos, y ALEJANDRA, monólogo breve, más bien melancólico que cómico, con rasgos autobiográficos, donde su autor confiesa apego a su país: República Dominicana.<strong>Antonio Luna: entre la actuación y la literatura</strong></p>
<p>Por José Adolfo Pichardo</p>
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<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image001.jpg" /> El tiempo en que la poesía se publicaba más en versión oral que en soporte papel en la República Dominicana, todavía hasta finales de la década del 1980, hace su aparición a manera de voz importada, en New York, Estados Unidos, Antonio Luna, joven, -para entonces- natural de Santiago de los Caballeros. Y no aparece como un simple recitador o declamador, sino como autor, y lo haría, nada más y nada menos, que en el Primer Festival de la Poesía Patriótica Latinoamericana en Nueva York, donde representó a su país con un poema suyo.</p>
<p>Ligado a esto, estudió Arte Dramático con la actriz, profesora y directora de teatro puertorriqueña Miriam Colón, quien en Nueva York, creó su grupo Teatro Rodante Puertorriqueño.</p>
<p>Menudas son las obras en que participó Luna como actor, entre las que se puede citar: “La tía de Carlos”, “La señora que no dijo sí”, “Orgullo en la sangre”, “Esperancita y Caridad” e “Ilusiones”.</p>
<p>Para la época (70-80) también estaba en boga la publicación de fotonovelas, ¿cómo no recordar las numerosas colecciones mexicanas y venezolanas? Pues en fotonovelas producidas, editadas y distribuidas en Estados Unidos, figura la persona de quien hoy estamos hablando: Antonio Luna, tanto en su condición de actor como en su calidad de escritor. Algunas de estas producciones son: “Los pervertidos”, “El rufián”, “No quiero ser pobre”, “Sangre maldita”, “Caminos de odios”, “Caminos de perdición” y “La bestia del parque central”.</p>
<p><img src="file:///C:UsersUserAppDataLocalTempmsohtmlclip1 1clip_image002.jpg" /> A más de treinta años de todo esto, en que Antonio Luna estuvo en todo menos en actuación y literatura, nos sorprende con dos libros, mismos que trajera desde aquellos tiempos: PAREJA POLICIACA, un texto teatral divertido y ágil, en versión de comedia de enredos, y ALEJANDRA, monólogo breve, más bien melancólico que cómico, con rasgos autobiográficos, donde su autor confiesa apego a su país: República Dominicana.</p>