PATRIA PARA TODOS: EL SUEÑO DUARTIANO

EN EL 202 ANIVERSARIO DE SU FECHA NATALICIA: ENERO 26 /2015

Publicado: 28/01/2015

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EN EL 202 ANIVERSARIO DE SU FECHA NATALICIA: ENERO 26 /2015 
 
PATRIA PARA TODOS: EL SUEÑO DUARTIANO

EN EL 202 ANIVERSARIO DE SU FECHA NATALICIA: ENERO 26 /2015

 

<img src="https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-xap1/v/t1.0-9/10942442_10203824181305792_6412273129801178992_n.jpg?oh=9d51fff8d642562a93a3f1d213a8d01f&oe=555C22F4" style="float:left; height:349px; width:620px" />Nuestro Patricio Duarte, es el Padre de todos los dominicanos y dominicanas, sin importar el lugar del mundo donde nos encontremos. Duarte es el Padre de todos los hijos de nuestra Casa Grande, la que él mismo creó y bautizó con el nombre de República Dominicana y así, como honramos y respetamos al Padre que nos dio la vida individual, debemos amar y recordar al prócer que nos dio la nacionalidad (como padre de la vida colectiva); quién, con la creación de la Sociedad Secreta La Trinitaria, como instrumento de Educación, concientización, movilización, integración, lucha y redención, nos devolvió la tan anhelada Libertad.

Cada Estatua levantada en honor a su memoria inmortal es sólo un símbolo histórico de la gran trascendencia que lo hizo Uno con nosotros, cuyas huellas imborrables deben permanecer petrificadas, tanto en las obras de artes que inspiran su gesto, como en los corazones de todos los nativos de estas tierras a la que le puso nombre y apellido: República Dominicana.

¡Oh…Juventud Divino Tesoro!, como escribió a su hijo Max, nuestra primera Poetiza Nacional, Salomé Ureña de Henríquez… Juan Pablo Duarte despertó temprano de sus sueños juveniles; al darse cuenta de la horrible pesadilla que sobre su pueblo recaía, abandonó todo motivo de distracción que lo apartara de la idea de liberación del Oriente de la Isla de Sto. Dgo., Quisqueya, la tierra de sus amores; cuya naturaleza, frescura y esplendor les embriagaban.

Duarte estaba consciente de que para llevar a cabo el propósito de una empresa separatista, no bastaba su decisión, entrega y arrojo, por lo que hizo con sus progenitores los arreglos para trasladarse a Europa con la finalidad de adquirir la preparación suficiente y necesaria que requerían sus metas independentistas.

O sea, que se armó de los conocimientos imprescindibles para llevar a cabo un noble proyecto que le daría el verdadero sentido a su vida, a su paso por la tierra. Nuestro joven ejemplar, Juan Pablo Pueblo, entendió la diferencia entre la libertad y la sumisión. Entre el valor y el temor. Entre la auténtica vida eterna y la muerte de un eslabón de la historia…llamado a hacer historia; que no es lo mismo que el entreguismo, indiferencia y la traición de nuestra propia razón de ser que nos hace caer en los vicios y dejadez que genera la ignorancia.

Luego de asimilar entre América y Europa las tendencias vanguardistas  del mundo, nuestro prócer regresa a su terruño natal, con un legajo lleno de ideas renovadoras y de tácticas y estrategias innovadoras que conmoverían a todos los estratos de nuestra sociedad. Convirtiéndose  de inmediato en el más solemne propulsor de la Independencia de la parte Oriental de la Isla.

El futuro Padre de la Patria logro en sólo 07 años aglutinar a un grupo de heroicos jóvenes combatientes y de ciudadanos de ambos sexos y de todas las edades, que de tres en tres se fueron sumando a la causa liberadora que el día 27 de Febrero del 1844 culminó, con el estruendoso  trabucazo lanzado por los aires de la capital dominicana y desde la Puerta del Conde, de manos de Ramón Matías Mella, uno de los tres símbolos más connotados de la Guerra de nuestra Emancipación del intruso yugo invasor de los haitianos, que por 22 años pisoteó la amada tierra de Duarte, Sánchez, Mella y de todos los dominicanos y dominicanas.

Al grito sonoro de Dios, Patria y Libertad, se levantó, Flotó y resplandeció triunfante por todo lo alto y con glorioso esplendor la bandera tricolor que vistió de honra, dignidad y honor a la República recién nacida del vientre progenitor de la Sociedad Secreta La Trinitaria que Duarte fundó, junto a la Filantrópica que le sirvió de soporte a las campañas de integración popular que emprendió, con los suyos,  que son los nuestros; como ejemplo histórico y modelo de redención para la juventud de hoy y de siempre.

Uno de los más emblemáticos mensajes que el Patricio enarboló fue el que le dirigió y aconsejó a nuestra juventud: “Aprovechemos el Tiempo”.

Y este es justamente el momento, en el que debemos emprender una dramática cruzada nacional e internacional con el fin de honrar y retomar los principios y valores que sustentan los ideales patrios que definen la Nación, que tanto Duarte como los Trinitarios soñaron.

Recordemos estas palabras consagradas del Patricio: Hoy, más que nunca, necesito sano juicio, salud y corazón, ya que gente sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Nación.

Y, como dice el refrán popular Dios los Cría y ellos se Juntan, tomemos un corto trozo de la  Canción para los Valientes, del Mártir Venezolano Alix Primera, cuando expresa: “Igual que el Circo Romano, donde mataban Cristianos por defender una Cruz, casi no ha cambiado nada…Siguen matando Cristianos por defender una Cruz…En el pecho, Cruz Gamada”.

Los traidores y vende Patria de siempre aún están ahí, usurpando y haciendo de las suyas por todos los medios, por lo que, el único remedio que posee el pueblo para zafarse del nuevo yugo que nos acogota es la Unidad Nacional de todas las voluntades sanas; de los sectores más sensibles de la sociedad; de las conciencias preclaras, cuya mente y corazón marchan al unísono; y de todo el pueblo que sufre, enferma, muere y padece los efectos antihumanos y, por tanto, antisociales de los grupos tradicionales que detentar abusivamente el poder del Estado Dominicano, creado por Duarte,  tantas veces humillado por sus detractores.

Ellos, como Satanás; perdón, como Santana lo hizo con el Patricio, le han hecho imposible la vida a la Nación que él concibió, como una Patria Para Todos. Esos verdugos, quienes encerrados en una terrible enfermedad llamada Egoísmo, se olvidaron de sus Padres, de sus hijos y hasta del Espíritu Santo que, como a Jesús, el Mártir de la Cruz, acompañó a Juan Pablo Pueblo, Mártir de la libertad y de la dominicanidad…

¡Cuánta vergüenza, pueblo dominicano, deberíamos sentir ante tanta indiferencia hacia los ideales de nuestro Apóstol Duarte, quien lo dio todo  sólo a cambio de la causa independentista: Su juventud, su libertad, su tiempo, sus recursos financieros personales y familiares, su misma vida, recibiendo a cambio la ingratitud del pueblo, como le diría José Martí a Máximo Gómez al responderle a la pregunta de lo que recibiría a cambio de su integración a la gesta de independencia cubana; engrillado, humillado y exiliado por el déspota, usurpador y traidor de Pedro Santana, que lo relegó al olvido y abandono, en la hna. República de Venezuela, donde murió triste y abatido en 1876. Encarecida humillación y vejamen que culminó con la oprobiosa anexión de la Nación, cedida por Santana a España, en 1861, y que, en 1863, fue rescatada por los Quisqueyanos Valientes, citados e nuestro Himno Glorioso, con la Guerra de la Restauración.

Esta ha sido la constante histórica de la Patria hasta hoy, sin que los verdaderos ideales de los Trinitarios se hayan llevado a cabo, por el olvido y doble moral de los diferentes gobiernos que han pasado por el Estado dominicano haciendo de su mandato todo lo contrario a lo que Duarte planteó, salvo los fugaces intentos de unos pocos que han tratado de honrarlos.

Ese prócer dominicano cuyo cuerpo físico murió en Venezuela, para los verdaderos dominicanos no ha muerto, pues, él dejó como Jesús en la humanidad, el espíritu de luz que nos dio y que nos da vida, amor y coraje para continuar la lucha por su obra inconclusa…hasta ahora.

Juan Pablo Duarte vive dentro de nosotros, quienes encarnamos su espíritu redentor. Vive en al Alma Nacional. Vive en la libertad conquistada que nos identifica como dominicanos, dispuestos a defender en el terreno que sea necesario los sanos principios que nos dan el carácter y la personalidad que él nos legó y nos confió… como identidad.

Nuestro Padre de la Patria reclama dentro de nosotros la Justicia que nos enseñó. Reclama  Patria Para Todos…Hoy, cuando se repite la razón  libertaria que expresa en la sentencia: La República Dominicana será libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la Isla; intervenciones solapadas y beligerantes, en los diferentes planos del pisoteo y en el diplomático atentan contra la Soberanía, que tanta sangre y sacrificios nos ha costado. Así como, el contubernio con el enriquecimiento ilícito y con el saqueo de los tesoros de la Nación.

Hombres como Duarte, los Trinitarios y los sucesivos herederos de su noble ideal: Luperón; Cayo  Báez y los llamados gavilleros, que se enfrentaron a la primera intervención del Norte; el grupo de Santiago, primeros conspiradores contra la tiranía de Trujillo; los hombres de Cayo Confites; los Héroes y Mártires de la Raza Inmortal, del 14 de Junio de 1959, encabezados por Enrique Jiménez Moya; las Heroínas  de Salcedo: Patria, Minerva, Teresa Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz; los Panfleteros de Santiago, encabezados por el joven Wencelao Guillén; y los miles de dominicanos que murieron en las calles, en sus casas o torturados en las ergástulas del sátrapa; los Héroes y Mártires del ajusticiamiento al Tirano; los Héroes y Mártires de las Manaclas, encabezados por Manolo; los Mártires y Héroes de Abril de 1965, quienes enfrentaron la segunda fatídica intervención de Norteamérica, encabezados por Francisco Alberto Caamaño Deñó (fuerte aplauso) y un pueblo enardecido que reclama libertad y respeto a la dominicanidad, luego del Golpe de Estado a Juan Bosch y del alzamiento de Manuel Aurelio Tavares Justo, junto al grupo de combatientes que le acompañaron.

Debemos hacer mención de los Mártires de la dictadura ilustrada del Dr. Joaquín Balaguer y de todos los gobiernos que hasta la fecha han  detentados las riendas del país, con millares de víctimas atrapadas en la Cultura de la Miseria, sobreviviendo como Muertos Funcionales.

Todos ellos y muchos más son, junto a los dominicanos verdaderos, los herederos de los ideales libertarios del Patricio Juan Pablo Duarte, a quien hoy, a los 202 años de su fecundo natalicio, rendimos este sencillo pero conmovedor tributo. Los hombres y mujeres del Movimiento Patria Para Todos, fieles seguidores como ellos de la gran obra Duartiana elevamos nuestra voz al infinito con el grito libertario que Ramón Matías Mella y los demás Trinitarios lanzaron en la Puerta del Conde, el 27 de febrero de 1844: Viva la República Dominicana. Viva el Padre de La Patria que soñó para todos, Sííí, ¡qué viva…Juan Pablo Duarte!
 
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