Como todos los viernes santos, la Iglesia católica realizó en sus diferentes parroquias el sermón de las siete palabras, recordando las siete frases que pronunciara Jesús crucificado antes de morir.
Publicado: 21/04/2014
<p>Como todos los viernes santos, la Iglesia católica realizó en sus diferentes parroquias el sermón de las siete palabras, recordando las siete frases que pronunciara Jesús crucificado antes de morir.</p>
<p>Este momento se venera y ha dado lugar a un oficio especial que en Republica Dominicana se realiza en horas de la tarde y que se utiliza la Iglesia Catedral Primada de América para la predica central.</p>
<p>En otros tiempos se encomendaba esa responsabilidad a un solo sacerdote, por lo general recaía en la Orden de los Predicadores, pero de un tiempo a esta parte se hace de manera colectiva en una ceremonia concelebrada.</p>
<p>De nuevo, teniendo de escenario el primer templo católico en America, La Catedral Primada, se realizó el sermón de las siete palabras.</p>
<p>Los sacerdotes concelebrantes emitieron críticas a la practica de políticos a los medios de comunicación y a los profesionales de la salud.</p>
<p>El sector político fue cuestionado, señalando aquellos o aquellas que practican una doble moral y sólo se aprovechan de las necesidades de los pobres para alcanzar sus fines.</p>
<p>De los medios de comunicación, afirmaron, que lejos de estar al servicio de su pueblo y dar información auténtica y veraz, se han convertido en objetos que se venden al mayor postor y bailan al ritmo que le toque a quien le paga y del puro sensacionalismo, sin importarle la ética y la búsqueda de la verdad.</p>
<p><strong>Análisis de las siete palabras</strong></p>
<p><strong>1) “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.</strong> Llamó a defender la grandeza de la vida y la dignidad humana, a perdonar, a tener misericordia, a la reconciliación con aquellos que no tienen conciencia sobre el valor de la vida, como Jesús lo hizo y a no tomar venganza con nuestras manos. Pidió perdón por los que matan física y espiritualmente a otras personas.</p>
<p><strong>2) “De cierto te digo: hoy estarás conmigo en el Paraiso”.</strong> El padre Miguel Ángel Amarante criticó los que considera “doble moral” de politicos, quienes dijo se aprovechan de los pobres y campesinos para alcanzar su fin. Sus criticas se dirigieron a la propia Iglesia en la que considera debe producirse una transformación.</p>
<p><strong>3) “Mujer, ahí tienes a tu hijo… Hijo, ahí tienes a tu madre”.</strong> El padre Guillermo Rosario, exhortó a los padres a estar pendientes de sus hijos en cada etapa de sus vidas; no olvidarlos, pues “éstos sufren de empleos, están vulnerables a las drogas y a la delincuencia”.</p>
<p><strong>4) “¡Dios mío! ¿Porqué me has abandonado?”.</strong> El padre Robert Brisman considera que siempre se debe pensar en los más vulnerables, en esos niños que sufren en los hospitales, en los que padecen en las cárceles, en la injustica y separación de los miembros de la familia por la emigración forzada.</p>
<p><strong>5) “¡Tengo sed!”.</strong> Proclamada por el sacerdote Juan Reyes Fabián. El cura arremetió contra las injusticias sociales, la pérdida de los derechos humanos, la contaminación y los vicios y placeres que atentan contra los valores humanos y cristianos.</p>
<p><strong>6) “Todo está consumado”.</strong> Recayó sobre el padre Candelario Mejía Brito el análisis de esta frase, emplazando a aprender del ejemplo de Jesús, a despojarse del orgullo personal y no acumular grandes tesoros donde la polilla los corroe.</p>
<p><strong>7) Padre en ti encomiendo mi espíritu.</strong> Estas fueron las últimas palabras de Jesús referida por los sacerdotes en el pulpito en el tradicional sermón del viernes santo.</p>
<p><strong>Reporte desde El Vaticano</strong></p>
<p>El predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, ha reflexionado sobre la actual crisis financiera provocada, a su juicio, por “la codicia de dinero” durante la homilía de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco, quien se ha postrado en el suelo en señal de anonadamiento ante Dios.</p>
<p>Así, revestido con una casulla de color rojo que representa a la sangre del martirio, el Papa ha realizado el gesto de la postración frente al Altar de la Confesión de la basílica y ha orado durante algunos minutos. Más tarde, ha sido ayudado a levantarse por dos ceremonieros pontificios, para dar inicio a la celebración que incluye la liturgia de la palabra y la adoración de la Cruz.</p>
<p>Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.</p>
<p>El Papa ha escuchado con profundo recogimiento la primera lectura, el salmo responsorial y la pasión según San Juan, cantada por tres diáconos, y las tres negaciones de Pedro o la muerte de Jesús.</p>
<p>A continuación, durante la homilía, a cargo del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, se ha reflexionado sobre la “traición” y “el perdón”, al tiempo que ha recordado la “trágica historia” de Judas Iscariote, sobre la que la primitiva comunidad cristiana “ha reflexionado mucho”.</p>
<p>“Tiene mucho que decirnos”, ha detallado Cantalamessa en alusión a este pasaje porque, como ha explicado, Jesús quiere dar la posibilidad a Judas de “dar marcha atrás” y “casi lo protege” hasta el final.</p>
<p>El fraile capuchino ha comentado que Judas “no había nacido traidor” y que se trata de uno de los “dramas más sombríos de la libertad humana”. En este punto ha indicado que los Evangelios señalan que el motivo de la traición a Jesús fue “el dinero” y ha sentenciado: “detrás de cada mal de nuestra sociedad está el dinero o, al menos, está también el dinero”.</p>
<p>Así, se ha preguntado qué hay detrás “del comercio de la droga que destruye tantas vidas humanas”; del fenómeno de la “mafia y de la camorra, la corrupción política, la fabricación y el comercio de armas”; o de “la venta de órganos humanos extirpados a niños”.</p>
<p>Además, ha hecho referencia a “la crisis financiera que el mundo ha atravesado” y ha sentenciado que es debida, en parte, a la “detestable codicia de dinero”. “¿No es ya escandaloso que algunos perciban sueldos y pensiones cien veces superiores a los de quienes trabajan en sus dependencias y que levanten la voz en cuanto se apunta la posibilidad de tener que renunciar a algo, de cara a una mayor justicia social?”, ha inquirido.</p>
<p><strong>“El dinero es falso y mentiroso”</strong></p>
<p>El predicador de la Casa Pontificia ha criticado que, como todos los ídolos, “el dinero es falso y mentiroso” porque “promete la seguridad y, sin embargo, la quita; promete libertad y, en cambio, la destruye”.</p>
<p>En este sentido, ha relacionado la parábola del rico que almacenaba bienes con aquellos hombres que, en la actualidad, estan “en puestos de responsabilidad” y ya no saben “en qué banco o paraíso fiscal almacenar los ingresos de su corrupción” o que “se encontraron en el banquillo de los imputados, o en la celda de una prisión”.</p>
<p>“¿Para quién lo han hecho? ¿Valía la pena? ¿Han hecho realmente el bien de los hijos y la familia, o del partido, si es eso lo que buscaban? ¿O más bien se han arruinado a sí mismos y a los demás?”, ha preguntado durante la meditación.</p>
<p>Por ello, ha concluido que “el peor pecado” de Judas ha sido el de “haber dudado de la misericordia” de Jesús y ha comentado que esta traición “continua en la historia” y que el traicionado “es siempre Jesús”. Ademas ha advertido que “quien traiciona a su esposa o a su marido”, o a “su conciencia” también traiciona a Cristo pero ha afirmado que el perdón es el “sacramento en el que es posible hacer una experiencia segura de la misericordia de Cristo”.</p>