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Leonel ratifica su rechazo a reforma y sugiere realicen referendo aprobatorio

SANTO DOMINGO.-El ex presidente de la República y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), doctor Leonel Fernández, ratificó este lunes su rechazo a que se reforme la Constitución de la República para restablecer la reelección presidencial, al tiempo

Publicado: 26/05/2015

Leonel ratifica su rechazo a reforma y sugiere realicen referendo aprobatorio

<p>SANTO DOMINGO.-El ex presidente de la Rep&uacute;blica y l&iacute;der del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana (PLD), doctor Leonel Fern&aacute;ndez, ratific&oacute; este lunes su rechazo a que se reforme la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica para restablecer la reelecci&oacute;n presidencial, al tiempo que sugiri&oacute; un referendo aprobatorio para que sea el pueblo que decida lo que procede en la presente coyuntura.</p>

<p>&ldquo;Se ha levantado la consigna que se lee en letreros, en distintas partes del pa&iacute;s, de que el pueblo es el que manda. Comparto esta opini&oacute;n. El pueblo es el que manda; y si es as&iacute;, dejemos que sea el pueblo el que efectivamente se exprese mediante la realizaci&oacute;n de un referendo aprobatorio, para que diga directamente si quiere o no la reforma constitucional, conforme al art&iacute;culo 272 de nuestra Constituci&oacute;n&rdquo;, subray&oacute;.</p>

<p>El ex jefe de Estado hizo el planteamiento durante una alocuci&oacute;n &nbsp;a trav&eacute;s de una cadena de televisi&oacute;n, radio y medios digitales, intervenci&oacute;n que fue esperada con mucho inter&eacute;s por parte de la poblaci&oacute;n dominicana.</p>

<p><strong>Mantiene posici&oacute;n</strong></p>

<p>De esta manera, Fern&aacute;ndez mantiene invariable la posici&oacute;n que fij&oacute; el 19 de abril pasado durante la reuni&oacute;n del Comit&eacute; Pol&iacute;tico de PLD celebrada en Juan Dolio, San Pedro de Macor&iacute;s, donde vot&oacute; en contra de que se modifique la Constituci&oacute;n con el &uacute;nico prop&oacute;sito de restablecer la figura de la reelecci&oacute;n presidencial, y sin que se consulte previamente a la poblaci&oacute;n a trav&eacute;s de un referendo aprobatorio, como -seg&uacute;n dijo-&nbsp;manda la propia Carta Magna.</p>

<p>Explic&oacute; que, contrario a lo que algunos pudieran pensar, su rechazo a que la Constituci&oacute;n sea modificada en la forma que se pretende hacer, &nbsp;no obedece a razones innobles sino que &ldquo;resulta de una convicci&oacute;n; de valores y principios que he sustentado con mi propia conducta o proceder, a lo largo del tiempo, cuando requerido por la din&aacute;mica de los acontecimientos, he tenido que adoptar decisiones sobre el particular&rdquo;.</p>

<p>Record&oacute; que tanto en 1998 como en el 2011 le sugirieron reformar la Constituci&oacute;n para restablecer la reelecci&oacute;n, pero a pesar de que en ambos momentos contaba con suficiente apoyo para competir con &eacute;xito por un nuevo per&iacute;odo, opt&oacute; por respetar la Carta Magna en el entendido de que, de lo contrario, estar&iacute;a reproduciendo una antigua y rechazada pr&aacute;ctica hist&oacute;rica nacional de pretender perpetuarse en el poder.</p>

<p>&ldquo;A pesar de todo esto, no cambi&eacute; la Constituci&oacute;n para reelegirme. No lo hice en el 1998, cuando me ped&iacute;an a voz en cuello que me amarrara los pantalones, ni lo hice en el 2011, cuando no claudiqu&eacute;, ni ante el reclamo de las multitudes, ni ante los n&uacute;meros de las encuestas&rdquo;, se&ntilde;al&oacute;.</p>

<p>&ldquo;La raz&oacute;n es muy sencilla&rdquo;, explic&oacute; Fern&aacute;ndez. &ldquo;No lo hice por el profundo respeto por la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica; y por mi inocultable temor de que la democracia, por la que tanta sangre se ha derramado, fuera a sucumbir una vez m&aacute;s&rdquo;, agreg&oacute;.</p>

<p>Insisti&oacute; en que no es la primera vez que se opone a una reforma constitucional para restablecer la reelecci&oacute;n. &ldquo;Lo expres&eacute; en el 2011, cuando ten&iacute;a un respaldo abrumador, dentro y fuera de nuestro Partido, y cuando todas las encuestas se&ntilde;alaban que ganar&iacute;a en primera vuelta con porcentajes parecidos a los de las elecciones anteriores&rdquo;, dijo.</p>

<p><strong>Respeto a la Constituci&oacute;n y defensa de la democracia</strong></p>

<p>Sostuvo que en estos momentos, la causa que asume es la del respeto por la Constituci&oacute;n, la defensa de la democracia y el estado de Derecho. &ldquo;Lo hago porque como principal promotor&nbsp; o auspiciador de la actual Carta Magna, sin que nadie me haya dado mandato para ello, me siento, sin embargo, en la obligaci&oacute;n moral de ser su guardi&aacute;n y su centinela, al igual que todo el pueblo dominicano&rdquo;.</p>

<p>En opini&oacute;n del expresidente Fern&aacute;ndez, la realizaci&oacute;n de un referendo aprobatorio ser&iacute;a &ldquo;un ejemplo hermos&iacute;simo&rdquo; de democracia directa, como nunca antes se ha visto en la historia nacional. &ldquo;De esa manera &ndash;indic&oacute;- nuestro Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana estar&iacute;a a la altura de las grandes &nbsp;expectativas nacionales, se cubrir&iacute;a nuevamente de gloria, y dejar&iacute;a escrito un nuevo cap&iacute;tulo ejemplarizador en las luchas de nuestro pueblo por la democracia y la libertad&rdquo;.</p>

<p>Fern&aacute;ndez inform&oacute; que, de realizarse un referendo aprobatorio, &eacute;l mismo se sumar&iacute;a con entusiasmo a esa gran jornada c&iacute;vica. &ldquo;Recorrer&iacute;a el pa&iacute;s nuevamente, junto a todo el que se sienta identificado conmigo, a favor de que el pueblo manifieste su voluntad a favor del cambio de la Constituci&oacute;n&rdquo;, agreg&oacute;, tras insistir en que se debe crear las condiciones para que sea el pueblo el que decida soberanamente si la Carta Magna debe ser modificada.</p>

<p><strong>Admite Danilo tiene las mayores posibilidades</strong></p>

<p>En su intervenci&oacute;n, el ex gobernante reconoci&oacute; que &ldquo;lo que late en el coraz&oacute;n de todos lo miembros de la alta direcci&oacute;n de nuestro Partido es que en estos momentos, por lo que refieren las encuestas, el compa&ntilde;ero Danilo Medina es quien se encuentra en mayores posibilidades de garantizar un nuevo triunfo morado en las urnas&rdquo;.</p>

<p>Insisti&oacute;, sin embargo, en que, contrario a lo que ocurr&iacute;a en el 2008, cuando &eacute;l se reeligi&oacute;, ahora la Constituci&oacute;n impide que el gobernante de turno pueda optar por la reelecci&oacute;n. &ldquo;Si la Constituci&oacute;n permitiera la reelecci&oacute;n presidencial, como ocurr&iacute;a en el 2008, todo ser&iacute;a muy f&aacute;cil. Esta discusi&oacute;n no se habr&iacute;a suscitado. Todos estar&iacute;amos apoyando a nuestra mejor opci&oacute;n. Pero resulta que la Constituci&oacute;n no lo permite&rdquo;, se&ntilde;al&oacute;.</p>

<p>Fern&aacute;ndez fue reiterativo en se&ntilde;alar que aunque por convicci&oacute;n y trayectoria no es partidario de modificar la Constituci&oacute;n con el &uacute;nico prop&oacute;sito de hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial, se inclinar&iacute;a reverentemente y con humildad ante lo que ser&iacute;a la voluntad del pueblo, expresada en un referendo.</p>

<p>Citando al pr&oacute;cer estadounidense Abraham Lincoln, el expresidente Fern&aacute;ndez record&oacute; que la democracia es el r&eacute;gimen del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. &ldquo;Nunca temamos al pueblo. As&iacute; lo manda nuestra Constituci&oacute;n&rdquo;, recalc&oacute;, tras insistir en que, a trav&eacute;s de un referendo aprobatorio se le d&eacute; al pueblo la oportunidad de decir lo que prefiere en la presente coyuntur<strong>a.</strong></p>

<p>&nbsp;</p>

<p><strong>Reacciones</strong></p>

<p>Finalizado el discurso, dirigentes pol&iacute;ticos opinaron en las redes sociales. El vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegr&iacute;n Castillo, lo catalog&oacute; de &ldquo;hist&oacute;rico, valiente y responsable&rdquo;.</p>

<p><strong>V&iacute;ctor G&oacute;mez Casanova</strong></p>

<p>De su lado, el diputado del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), V&iacute;ctor G&oacute;mez Casanova, afirm&oacute; que la intervenci&oacute;n del ex Mandatario coloca en la antesala del Tribunal Constitucional el proceso de reforma.</p>

<p>&ldquo;Desde mi juicio pol&iacute;tico, el expresidente Fern&aacute;ndez jug&oacute; una carta muy bien tra&iacute;da, y es que con la misma arma del argumento reeleccionista, utiliza ese argumento para invitar a un refer&eacute;ndum aprobatorio&rdquo;, opin&oacute;.</p>

<p><strong>Vinicio Castillo Sem&aacute;n</strong></p>

<p>El diputado Vinicio Castillo Sem&aacute;n expres&oacute; que, &ldquo;con su discurso, Fern&aacute;ndez le dijo al Comit&eacute; Pol&iacute;tico que no est&aacute; por encima de la Constituci&oacute;n y exhort&oacute; al presidente Medina que explique al pueblo dominicano porqu&eacute; quiere suprimir el derecho a decidir sobre la reforma a trav&eacute;s de referendo&rdquo;.</p>

<p>&ldquo;Presidente Fern&aacute;ndez con su discurso valida y da soporte pol&iacute;tico y jur&iacute;dico a senadores y diputados del PLD que han rechazado reforma&rdquo;, escribi&oacute; en su cuenta de twitter.</p>

<p><strong>Jos&eacute; Rafael Vargas</strong></p>

<p>De igual manera, el senador por la provincia Espaillat, Jos&eacute; Rafael Vargas, sostuvo que &ldquo;los rumor&oacute;logos fracasaron. Incluyendo a los diplom&aacute;ticos metidos a consultores reeleccionistas&rdquo;.</p>

<p><strong>Sonia Mateo</strong></p>

<p>De su parte, la senadora por la provincia Dajab&oacute;n, Sonia Mateo, elogi&oacute; igualmente el discurso y lo calific&oacute; como uno lleno de &ldquo;grandeza y respeto a su partido y al pueblo dominicano&rdquo;.</p>

<p><strong>Texto del discurso</strong></p>

<p>El texto del discurso del ex mandatario es el siguiente:</p>

<p>Pueblo Dominicano:</p>

<p>Me dirijo a Uds. esta noche porque estoy consciente que debido a las tensiones suscitadas por el &nbsp;intento de reformar la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica con el prop&oacute;sito de hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial, hay mucha intranquilidad y nerviosismo en distintos sectores de la vida nacional, y mucha angustia y ansiedad dentro de las filas del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana.</p>

<p>Lo primero que debo decir al respecto es que contrario a la percepci&oacute;n que ha querido crearse, mi observaci&oacute;n a la referida reforma constitucional no obedece al&nbsp; hecho de que sea un ambicioso, &nbsp;un mezquino o un obstinado que desaf&iacute;a todos los obst&aacute;culos , aunque las circunstancias, supuestamente, &nbsp;no le favorezcan.</p>

<p>Nada m&aacute;s descabellado.Miobservaci&oacute;n no obedece a razones tan innobles. Resulta, m&aacute;s bien, de una convicci&oacute;n;&nbsp; de valores y de principios que he sustentado con mi propia conducta o proceder, a lo largo del tiempo, cuando&nbsp; requerido por la din&aacute;mica de los acontecimientos, he tenido que adoptar decisiones &nbsp;sobre el particular.</p>

<p>Por ejemplo, muchos recordar&aacute;n que durante mi primera gesti&oacute;n de gobierno, all&aacute; por el 1998, el presidente del Senado, Amable Aristy Castro, del Partido Reformista Social Cristiano, me hizo p&uacute;blica la propuesta de reformar la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica a los fines de hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial.</p>

<p>El senador Aristy Castro incluso me visit&oacute; a mi casa para persuadirme de la necesidad de realizar la susodicha reforma. Al senador Aristy Castro le agradec&iacute; su gesto de confianza hacia mi persona, pero inmediatamente le expres&eacute; mi desacuerdo con su proyecto de reforma constitucional.</p>

<p>Pero el senador reformista no se daba por vencido. Poco tiempo despu&eacute;s volvi&oacute;, pero esta vez acompa&ntilde;ado del Dr. Donald Reid Cabral, quien tambi&eacute;n se sum&oacute; a la causa de la necesidad de la reforma del texto sustantivo de la naci&oacute;n.</p>

<p>A ambos les reiter&eacute; mi negativa, pero hab&iacute;a tal vehemencia y ardor en sus planteamientos que me pidieron visitar al Dr. Joaqu&iacute;n Balaguer, para escuchar directamente de sus labios el mensaje que me hab&iacute;an estado transmitiendo.</p>

<p>Visit&eacute; a la legendaria figura de la pol&iacute;tica dominicana y hombre poseedor de una cultura enciclop&eacute;dica, en su residencia de la Avenida M&aacute;ximo G&oacute;mez No. 25. All&iacute; conversamos sobre diversos t&oacute;picos,&nbsp; pero muy especialmente sobre el tema que nos concern&iacute;a: el de la reforma constitucional para viabilizar la reelecci&oacute;n presidencial.</p>

<p>Escuch&eacute; con gran atenci&oacute;n e inter&eacute;s al viejo zorro de la pol&iacute;tica discernir sobre la inevitabilidad de modificar nuestra Carta Sustantiva, en raz&oacute;n de las graves amenazas de inestabilidad y retroceso que se cern&iacute;an sobre el pa&iacute;s ante la posibilidad de que la oposici&oacute;n saliese triunfante en las urnas.</p>

<p>En todo caso, lo que le manifest&eacute;, en medio de la gratitud y el respeto, fue mi desacuerdo, fundamentado en el hecho de que no me parec&iacute;a aconsejable modificar la Constituci&oacute;n para beneficio propio; y en raz&oacute;n de que la &uacute;ltima vez que en la historia de la Rep&uacute;blica se hab&iacute;a intentado hacer, en la &eacute;poca de Horacio V&aacute;squez,le abrimos las puertas a la larga tiran&iacute;a de Rafael Le&oacute;nidas Trujillo.</p>

<p>Mis argumentos no le parecieron convincentes. No estuvo satisfecho con mi decisi&oacute;n, pero finalmente la acept&oacute;. &nbsp;Acordamos mantener la comunicaci&oacute;n ante cualquier otra eventualidad. Nos dimos un fuerte abrazo; y finalmente, nos despedimos.</p>

<p>Como siempre, tom&eacute; la decisi&oacute;n que entend&iacute;a correcta, guiado por mis principios. A&ntilde;os m&aacute;s tarde, &nbsp;con el apoyo de m&aacute;s de dos millones de votantes, por primera vez en la historia electoral de la Rep&uacute;blica Dominicana, sin tener que haber modificado la Constituci&oacute;n, retornamos al poder en el 2004.</p>

<p>Con este triunfo del pueblo dominicano, desde el gobierno logramos recuperar la confianza, que estaba completamente perdida. Se redujo la tasa de cambio, que de 57 pesos por cada dolar, se coloc&oacute;, de manera inimaginable, a tan solo 28 d&oacute;lares por cada peso. La inflaci&oacute;n baj&oacute;. La econom&iacute;a se estabiliz&oacute; y volvi&oacute; a crecer por encima del 7 por ciento del Producto Interno Bruto. Se generaron nuevos empleos. Se aplicaron, de manera activa y eficiente, pol&iacute;ticas sociales que hoy son ejemplo para toda la regi&oacute;n; y se disminuy&oacute;, en forma significativa, el nivel de pobreza.</p>

<p>Como consecuencia de esos logros, obtuvimos, nuevamente, el respaldo mayoritario del electorado en los comicios de medio t&eacute;rmino del a&ntilde;o 2006. En esa oportunidad, conquistamos, por vez primera, como Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana, el mayor n&uacute;mero de Senadores, Diputados y Alcaldes en el espectro pol&iacute;tico nacional.</p>

<p>Debido a esa resonante victoria, proclam&eacute; que la ruptura hist&oacute;rica experimentada con el golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch, en el 1963, se hab&iacute;a vuelto a reencontrar con el triunfo de las fuerzas pelede&iacute;stas en el 2006.</p>

<p>Entonces afirm&eacute; que el boschismo hab&iacute;a vuelto a ser mayor&iacute;a en la Rep&uacute;blica Dominicana, y que esa era la ocasi&oacute;n precisa para continuar la Revoluci&oacute;n democr&aacute;tica institucional que el l&iacute;der y fundador de nuestro glorioso Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana, profesor Juan Bosch, el m&aacute;s agudo pensador y analista pol&iacute;tico nacional, hab&iacute;a iniciado desde sus luchas en el exilio y tras la muerte de Trujillo.</p>

<p>En raz&oacute;n de que la Constituci&oacute;n fue modificada en el 2002 por mi antecesor, no ten&iacute;a ning&uacute;n impedimento constitucional ni legal para presentarme a un segundo mandato consecutivo en el a&ntilde;o 2008. As&iacute; lo hice, obteniendo nuestro Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana un nuevo triunfo, a pesar del impacto de la crisis econ&oacute;mica global, que condujo a un incremento inusitado de hasta 147 d&oacute;lares el barril de petr&oacute;leo, y a alzas desmesuradas del precio de los alimentos, fruto de la especulaci&oacute;n financiera de contratos a futuro de productos b&aacute;sicos.</p>

<p>El 2010 fue memorable. En esa ocasi&oacute;n, todo el mapa electoral de la Rep&uacute;blica Dominicana fue &nbsp;te&ntilde;ido de morado. Se hab&iacute;a logrado lo que nunca antes organizaci&oacute;n pol&iacute;tica alguna hab&iacute;a alcanzado en&nbsp; la historia pol&iacute;tica de la Rep&uacute;blica Dominicana:haber ganado 31 de de las 32 provincias del pa&iacute;s.</p>

<p>Todo eso, naturalmente, era posible por la estabilidad, el crecimiento, el desarrollo, el progreso, la modernizaci&oacute;n, la institucionalizaci&oacute;n &nbsp;y el bienestar que ven&iacute;a experimentando nuestro pa&iacute;s, bajo la conducci&oacute;n del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana.</p>

<p>Los representantes de organismos multilaterales, las delegaciones diplom&aacute;ticas acreditadas en el pa&iacute;s, las agencias calificadoras de riesgo, los diversos n&uacute;cleos empresariales, los dirigentes sindicales, los visitantes extranjeros y los compatriotas que retornaban al lar patrio, todos s&oacute;lo expresaban palabras de encomio y de asombro frente a los cambios que se erig&iacute;an ante sus ojos, como testigos de excepci&oacute;n.</p>

<p>Y as&iacute;, de esa manera, las agujas del reloj se mov&iacute;an de manera indetenible hacia la celebraci&oacute;n de nuevos comicios presidenciales en el 2012. Pero desde un a&ntilde;o antes, en el 2011, la efervescencia de la campa&ntilde;a empez&oacute; a sentirse. Se realizaban distintos actos en favor de una nueva reelecci&oacute;n.Las diversas encuestas que se hac&iacute;an, nos colocaban como favorito para ganar en primera vuelta.</p>

<p>Como parte de esos eventos, 27 Senadores me giraron una visita al Palacio Nacional s&oacute;lo con el prop&oacute;sito de expresarme su solidaridad y apoyo ante cualquier decisi&oacute;n que adoptase con respecto al tema de la reelecci&oacute;n. Igual ocurr&iacute;a con la mayor&iacute;a de los Diputados y Alcaldes de nuestra organizaci&oacute;n pol&iacute;tica, quienes quer&iacute;an arrimar sus hombros y hacer causa com&uacute;n conmigo ante la eventualidad de una nueva candidatura presidencial.</p>

<p>Finalmente, aconteci&oacute; lo ins&oacute;lito. Se celebr&oacute; un solemne, apasionante &nbsp;y masivo acto&nbsp; en elCentro Ol&iacute;mpico Juan Pablo Duarte, para hacer entrega de 2 millones 400 mil firmas de ciudadanos, en el que se nos solicitaba aceptar una nueva candidatura a la Presidencia de la Rep&uacute;blica por el Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana.</p>

<p>A pesar de todo el apoyo manifestado, de los grandes encuentros &nbsp;realizados y de todos los testimonios de respaldo, lo que hice fue pronunciar un discurso en el queexpres&eacute; mi preocupaci&oacute;n en el sentido de que si intentase responder positivamente a las peticiones de diversos sectores en favor de una nueva candidatura presidencial en el a&ntilde;o 2012, se estar&iacute;a reproduciendo una antigua y rechazada pr&aacute;ctica hist&oacute;rica nacional de pretender perpetuarse en el poder.</p>

<p>No es esta la primera vez que lo digo. Eso lo expres&eacute; en el 2011, cuando ten&iacute;a un respaldo abrumador, dentro y fuera de nuestro Partido; y cuando todas las encuestas se&ntilde;alaban que ganar&iacute;a en primera vuelta con porcentajes parecidos a los de elecciones anteriores.</p>

<p>A pesar de todo eso, no cambi&eacute; la Constituci&oacute;n para reelegirme. No lo hice en el 1998, cuando me ped&iacute;an a voz en cuello que me amarrara&nbsp; los pantalones; ni lo hice en el 2011, cuando no claudiqu&eacute;, ni ante el reclamo de las multitudes, ni ante los n&uacute;meros de las encuestas.</p>

<p>La raz&oacute;n era muy sencilla. No lo hice por mi profundo respeto por la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica; y por mi inocultable temor de que la democracia, por la que tanta sangre se ha derramado, fuera a sucumbir una vez m&aacute;s.</p>

<p>En el 2012 hice fue lo que me correspond&iacute;a hacer, tanto por mi condici&oacute;n de Presidente del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana, como por lo que me dictaba mi propia conciencia, que era apoyar en cuerpo y alma a nuestro candidato presidencial, compa&ntilde;ero Danilo Medina, a los fines de que pudiera coronar con &eacute;xito sus aspiraciones de subir las escalinatas del Palacio Nacional.</p>

<p>Nuestro candidato estaba &nbsp;25 puntos por debajo en las encuestas. Pero decidimos trabajar unidos, como corresponde siempre dentro del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana. Creamos tres frentes de batalla. Recorrimos todo el territorio nacional. Concitamos, una vez m&aacute;s el apoyo nacional; y volvimos a ganar en primera vuelta.</p>

<p>S&eacute; que en determinados c&iacute;rculos de opini&oacute;n se sostiene el argumento de que el prop&oacute;sito de la reforma a la Constituci&oacute;n del 2010 fue el de rehabilitar mis posibilidades de retorno al poder. Nada m&aacute;s incierto. La reforma constitucional del 2010 no se hizo con esa finalidad.</p>

<p>Al rev&eacute;s, esa fue una reforma integral, pactada con todos los sectores de la vida nacional, mediante un mecanismo de consulta popular, como no se hab&iacute;a hecho nunca en la historia nacional, que abarc&oacute; la casi totalidad de la Carta Sustantiva, motivo por el cual muchos abogaban que se hiciese bajo la forma de una Asamblea Constituyente.</p>

<p>En lo concerniente al actual sistema de elecci&oacute;n presidencial, no fue mi criterio el que prevaleci&oacute;. Fue el de otras fuerzas que consideraron que era m&aacute;s adecuado volver al modelo alternativo de la Constituci&oacute;n del 1994, que continuar con el mecanismo impuesto en &nbsp;la reforma del 2002.</p>

<p>Pero mi desapego y desinter&eacute;s por ocupar cargos no proviene &uacute;nicamente de haber desestimado en dos ocasiones reformar la Constituci&oacute;n para reelegirme. Eso viene de muchos a&ntilde;os atr&aacute;s, cuando, por ejemplo, en el 1986 fui escogido como Diputado por el Distrito Nacional, y a pesar de haber sido despojado injustamente de esa elecci&oacute;n, no present&eacute; un solomotivo de agravio ante las autoridades de nuestro Partido.</p>

<p>Lo mismo volvi&oacute; a ocurrir en el 1990. En esa ocasi&oacute;n se me pidi&oacute; , nueva vez, abandonar la boleta como eventual candidato a Diputado por el Distrito Nacional, porque, supuestamente, se ten&iacute;a previsto que ocupar&iacute;a la funci&oacute;n de Canciller de la Rep&uacute;blica, en el caso hipot&eacute;tico de un triunfo en las urnas.</p>

<p>Luego de los acontecimientos que frustraron la llegada al poder de nuestra organizaci&oacute;n en esas elecciones, un compa&ntilde;ero, tal vez con el prop&oacute;sito deliberado de &nbsp;zaherirme, en tono sarc&aacute;stico, me expres&oacute;: &uml;Tu sabes que si hubi&eacute;semos ganado, a ti s&oacute;lo te habr&iacute;an propuesto la posici&oacute;n de Vice-canciller.&uml;</p>

<p>Mi respuesta le sorprendi&oacute;. S&oacute;lo atin&eacute; a decirle: &uml;Pero es que como Vice-canciller todav&iacute;a habr&iacute;a sido demasiado para m&iacute;.&uml;</p>

<p>Posteriormente, en el 1993, cuando se me suger&iacute;a ser candidato a la Vice-presidencia para las elecciones del a&ntilde;o siguiente, en 1994, declin&eacute; amigablemente la propuesta, y hasta propuse &nbsp;quien ser&iacute;a el compa&ntilde;ero m&aacute;s id&oacute;neo para tan alta distinci&oacute;n.</p>

<p>Todo este relato lo he tra&iacute;do a colaci&oacute;n para indicar que en &nbsp;todo lo largo de mi trayectoria pol&iacute;tica, tal vez de manera at&iacute;pica, &nbsp;nunca me he procurado cargos o puestos. Los que se han conquistado a lo largo de los a&ntilde;os, han sido sobre la base del reconocimiento espont&aacute;neo y generoso de n&uacute;cleos de amigos y compa&ntilde;eros que simplemente han confiado en m&iacute;; &nbsp;y han cre&iacute;do ver en mi persona determinadas cualidades que les atraen y les simpatizan.</p>

<p>Pero ni antes ni ahora mi lucha jam&aacute;s ha sido por un cargo. Antes como en la actualidad, lo que siempre me ha animado es la lucha por una causa. Por una causa que considere justa, noble y valedera.</p>

<p>Y en estos momentos, la causa que asumimos es la del respeto por nuestra Constituci&oacute;n, la defensa de nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho.Lo&nbsp; hago porque como principal promotor o auspiciador de la actual Carta Magna, sin que nadie me haya dado mandato para ello, me siento, sin embargo,en la obligaci&oacute;n moral de ser su guardi&aacute;n, su vigilante y su centinela, al igual que todo el pueblo dominicano.</p>

<p>Pero, m&aacute;s a&uacute;n, lo hago porque percibo que en nuestro medio no se ha llegado plenamente a comprender que el objetivo fundamental de una Constituci&oacute;n es el&nbsp; de establecer los l&iacute;mites al ejercicio del poder pol&iacute;tico.</p>

<p>La Constituci&oacute;n, adem&aacute;s de disponer la protecci&oacute;n y garant&iacute;a del disfrute de los derechos fundamentales, contiene las reglas del juego pol&iacute;tico; y es como el sem&aacute;foro en rojo que indica cuando hay que detenerse.</p>

<p>En la historia nacional ha habido quienes osadamente han modificadonuestra Ley de Leyes,para continuar su marcha desenfrenada, a&uacute;n con la luz en rojo.</p>

<p>Y eso es lo que no podemos permitir que ocurra nunca.</p>

<p>Un destacado jurista y fil&oacute;sofo italiano del siglo XIX, Gian Domenico Romagnosi, lleg&oacute; a sentenciar que &nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; &uml;La Constituci&oacute;n es la ley suprema que un pueblo impone a sus gobernantes con el objeto de precaverse contra el despotismo.&uml;</p>

<p>Parafraseando a Winston Churchill, el s&iacute;mbolo de la resistencia contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial,&nbsp; la Constituci&oacute;n &uml;no es un sof&aacute; que toma la forma de la &uacute;ltima persona que se sent&oacute; en &eacute;l.&uml;</p>

<p>En definitiva, la Constituci&oacute;n tiene una funci&oacute;n de legitimaci&oacute;n del poder pol&iacute;tico, tanto en su origen como en su desempe&ntilde;o. Para ella, la soberan&iacute;a reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce en los t&eacute;rminos establecidos por la propia Constituci&oacute;n y las leyes.</p>

<p>Todo lo que se haga contrario a la Constituci&oacute;n es nulo. La Constituci&oacute;n es la fuente del Estado Democr&aacute;tico y Social de Derecho. Es la garant&iacute;a del respeto a la dignidad de las personas; del derecho a la vida; a la libertad de expresi&oacute;n; a la integridad personal; a la libertad de conciencia y cultos; del derecho al honor, a la educaci&oacute;n, a la salud y al trabajo.</p>

<p>Hace exactamente 50 a&ntilde;os el pueblo dominicano se levant&oacute; en armas, en la gloriosa gesta heroica del 24 de abril de 1965, exigiendo el restablecimiento de la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica, que hab&iacute;a sido vilmente conculcada, infringida y quebrantada, por los autores dela asonada militar de septiembre de 1963, que puso fin, de manera abrupta, al primer ensayo democr&aacute;tico post-dictadura de Trujillo, encabezado por ese gran maestro de la pol&iacute;tica y la literatura, el profesor Juan Bosch.</p>

<p>Nosotros, los miembros y dirigentes del Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicano somos los legatarios universales de ese gran movimiento que fue la Revoluci&oacute;n de Abril, pues sin ese acontecimiento, el l&iacute;der y fundador de nuestro Partido no habr&iacute;a evolucionado en su pensamiento, dej&aacute;ndonos de esa manera hu&eacute;rfanos de una orientaci&oacute;n que nos sirviera para convertirnos en los arquitectos de nuestro propio destino.</p>

<p>Sin Constituci&oacute;n no hay patria. Sin Constituci&oacute;n no hay naci&oacute;n; no hay familia. Sin Constituci&oacute;n todos nuestros derechos son desconocidos. Sin Constituci&oacute;n podemos ser esclavizados, tratados sin dignidad, sin respeto, sin honor. Sin Constituci&oacute;n, sencillamente, no existimos.</p>

<p>Por eso debemos conocer, respetar y honrar nuestra Constituci&oacute;n. S&oacute;lo ella nos protege contra la arbitrariedad, el despotismo, la tiran&iacute;a y la opresi&oacute;n.</p>

<p>Dominicanas y Dominicanos:</p>

<p>El pasado 30 de abril fue depositado por ante el Senado de la Rep&uacute;blica, un proyecto de ley que declara la necesidad de reformar la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica en su art&iacute;culo 124.</p>

<p>Ese proyecto de ley fue presentado por 13 honorables miembros de esa c&aacute;mara legislativa, conforme al art&iacute;culo 269 de la Constituci&oacute;n, seg&uacute;n el cual nuestra Carta Sustantiva &uml;podr&aacute; ser reformada si la proposici&oacute;n de reforma se presenta en el Congreso Nacional con el apoyo de la tercera parte de los miembros de una u otra c&aacute;mara, o si es sometida por el Poder Ejecutivo.&uml;</p>

<p>El objetivo del proyecto de ley, como acaba de indicarse, es el de reformar el art&iacute;culo 124 de la Constituci&oacute;n, que dice as&iacute;:</p>

<p>&uml;El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la Presidente de la Rep&uacute;blica, quien ser&aacute; elegido cada cuatro a&ntilde;os por voto directo y no podr&aacute; ser electo para el per&iacute;odo constitucional siguiente.&uml;</p>

<p>El proyecto de ley para reformar la Constituci&oacute;n lo que indica es lo que sigue:</p>

<p>&uml;Art&iacute;culo 1.- Se declara la necesidad de modificar el art&iacute;culo 124 de la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica del 26 de enero del a&ntilde;o 2010, as&iacute; como el establecimiento de un art&iacute;culo tran]-sitorio en el texto de la misma, conforme se indica en el siguiente art&iacute;culo.</p>

<p>&uml;Art&iacute;culo 2.- La presente reforma tiene por objeto:</p>

<p>&uml;a) permitir que el Presidente de la Rep&uacute;blica disponga del derecho de poder optar por un segundo y &uacute;nico per&iacute;odo constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jam&aacute;s al mismo cargo.</p>

<p>&uml;b) establecer un art&iacute;culo transitorio en que se consigne de que en el caso eventual &nbsp;de que el Presidente de la&nbsp; Rep&uacute;blica actual, correspondiente al per&iacute;odo 2012-2016, sea candidato presidencial&nbsp; para el per&iacute;odo 2016-2020, no podr&aacute; presentarse para el siguiente y para ning&uacute;n otro.&uml;</p>

<p>Como ha podido constatarse, el objetivo de la reforma constitucional es el de hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial para un segundo per&iacute;odo consecutivo, y que luego no pueda postularse jam&aacute;s.</p>

<p>Como he expuesto de manera consistente, estando en el poder o fuera de &eacute;l, siempre he estado de acuerdo con la reelecci&oacute;n presidencial como figura jur&iacute;dica, porque, en realidad, cuatro a&ntilde;os resultan pocos para un gobierno que est&aacute; realizando una buena labor.</p>

<p>Por eso, en el caso de que as&iacute; lo contemple la Constituci&oacute;n, al momento de iniciarse el mandato presidencial, como fue mi caso en el 2008, lo ideal es &nbsp;que el pueblo decida en las urnas, y que el representante del Poder Ejecutivo pueda tener la oportunidad de reelegirse para un segundo per&iacute;odo consecutivo.</p>

<p>Ese es el modelo norteamericano, que empez&oacute; como costumbre cuando luego de haber agotado dos per&iacute;odos consecutivos de cuatro a&ntilde;os, George Washington, el primer presidente, no s&oacute;lo de los Estados Unidos, sino del mundo, pas&oacute; a retiro.</p>

<p>Esa pr&aacute;ctica continu&oacute; con John Adams, Thomas Jefferson, James Madison, James Monroe y todos los ejecutivos norteamericanos, hasta Franklin Delano Roosevelt, que por el hecho de la Gran Depresi&oacute;n, en la d&eacute;cada de los treinta, y la Segunda Guerra Mundial, fue electo cuatro veces para ocupar la Casa Blanca.</p>

<p>Fue despu&eacute;s de Roosevelt, en la Enmienda No. 22 de la Constituci&oacute;n de los Estados Unidos, ratificada el 27 de febrero de 1951, que vino a instituirse, por v&iacute;a constitucional, de s&oacute;lo dos per&iacute;odos presidenciales, y nada m&aacute;s.</p>

<p>Pero ni siquiera en nuestra propia regi&oacute;n de Am&eacute;rica Latina y el Caribe, ese sistema norteamericano tiene car&aacute;cter de validez universal. En M&eacute;xico, por ejemplo, es un solo per&iacute;odo de seis a&ntilde;os, llamado sexenio. En Colombia, despu&eacute;s del presidente &Aacute;lvaro Uribe, dos per&iacute;odos de cuatro a&ntilde;os. Igual en Argentina. En Brasil, son dos per&iacute;odos consecutivos, brincar el tercero, y poder volver.</p>

<p>En Chile y Uruguay es igual que aqu&iacute;: un per&iacute;odo s&iacute; y otro no. En Venezuela, es indefinido.</p>

<p>En resumen, lo que quiero hacer significar es que no existe un modelo &uacute;nico de agotamiento de per&iacute;odos presidenciales, aceptado de igual manera por todos. Por tanto, no es v&aacute;lida la idea de que la reelecci&oacute;n presidencial, por su propia naturaleza, es mala. No es as&iacute;. Si hubiese tenido esa creencia, no&nbsp; habr&iacute;a sido candidato a la reelecci&oacute;n en &nbsp;el 2008 para un segundo per&iacute;odo consecutivo.</p>

<p>El debate, m&aacute;s bien, gira en torno a si es apropiado, si es correcto modificar la Constituci&oacute;n con el &uacute;nico prop&oacute;sito de hacer potable la reelecci&oacute;n presidencial.</p>

<p>Por mi trayectoria personal, ya se sabe que no soy partidario de ese tipo de acci&oacute;n. Me inclinar&iacute;a por el criterio de realizar esa modificaci&oacute;n cuando recaiga en un momento que no beneficie al incumbente, esto es, al presidente de turno, para de esa manera no resquebrajar &nbsp;la institucionalidad.</p>

<p>M&aacute;s a&uacute;n, considero que en casos de&nbsp; trascendencia tal,como el de una modificaci&oacute;n a la Carta Magna, que involucra el inter&eacute;s de la naci&oacute;n, la f&oacute;rmula m&aacute;s adecuada y eficaz para salir hacia adelante, es mediante el di&aacute;logo, la construcci&oacute;n de consensos y la unificaci&oacute;n de criterios, tanto dentro del propio Partido, como en toda la sociedad.</p>

<p>As&iacute; se hizo con la reforma constitucional del 2010, en la que las distintas organizaciones c&iacute;vicas del pa&iacute;s fueron invitadas a participar de una consulta popular, en la cual expresaron sus propuestas sobre c&oacute;mo deb&iacute;a quedar organizado el Estado dominicano del siglo XXI.</p>

<p>En adici&oacute;n al mecanismo de las consultas populares, se cre&oacute; una comisi&oacute;n de 15 juristas expertos en Derecho Constitucional, que contribuyeron con el dise&ntilde;o t&eacute;cnico jur&iacute;dico final de las propuestas.</p>

<p>De esa manera, en comunicaci&oacute;n constante con todas las fuerzas vivas de la naci&oacute;n, en forma abierta y democr&aacute;tica, se realiz&oacute; la m&aacute;s profunda y progresista reforma constitucional en nuestro pa&iacute;s, despu&eacute;s de la hist&oacute;rica y emblem&aacute;tica del 1963.</p>

<p>En s&iacute;ntesis, aunque desde mi perspectiva no es lo m&aacute;s id&oacute;neo ni es lo m&aacute;s apropiado, tampoco es que una Constituci&oacute;n no pueda modificarse para hacer posible un segundo mandato presidencial consecutivo.</p>

<p>Desde el punto de vista jur&iacute;dico, se puede. Lo que ocurre es que tiene que hacerse respetando el procedimiento consagrado en la &nbsp;propia Constituci&oacute;n.</p>

<p>En ese aspecto, me &nbsp;preocupa que en el debate que ha surgido para modificar nuestra Carta Sustantiva, se quiera desconocer que la ley que convoca a la Asamblea Nacional Revisora&nbsp; sea una ley org&aacute;nica, la cual, por consiguiente, requiere de la aprobaci&oacute;n de las dos terceras partes de los presentes, &nbsp;tanto del Senado como de la C&aacute;mara de Diputados.</p>

<p>Se comprende que si para someter dicho&nbsp; proyecto de ley,se requiere que no sea un solo Senador o un solo Diputado, sino una tercera parte de los miembros del Senado, o una tercera parte de los miembros de la C&aacute;mara de Diputados, es porque se trata de algo no ordinario, sino especial.</p>

<p>Luego, si conforme al art&iacute;culo 271 de nuestra actual Constituci&oacute;n, para aprobar la reforma propuesta, la Asamblea Nacional Revisora, que es la reuni&oacute;n de ambas c&aacute;maras, Senado y C&aacute;mara de Diputados, requiere las dos terceras partes de los votos, &iquest; por qu&eacute; raz&oacute;n, entonces, se le quiere negar la &nbsp;condici&oacute;n de org&aacute;nica a la ley que declara la necesidad de reformar la Constituci&oacute;n?</p>

<p>Eso, que parece un debate, m&aacute;s para abogados que para el resto de la ciudadan&iacute;a, tiene, sin embargo, una trascendencia enorme para el futuro de nuestra democracia.</p>

<p>Porque lo que estamos discutiendo es si nuestra Constituci&oacute;n debe ser r&iacute;gida o flexible. Si es r&iacute;gida es dif&iacute;cil de modificar, que es lo que se desea para cualquier Constituci&oacute;n en el mundo. Si es flexible, entonces se hace susceptible de ser modificada por cualquier capricho, quebrant&aacute;ndose, de esa manera, el Estado de Derecho.</p>

<p>Pero, adem&aacute;s, me preocupa que se tejan ardides y se elaboren argucias para eludir el hecho de que una reforma como la que se est&aacute; planteando requiera de alg&uacute;n mecanismo de legitimaci&oacute;n popular, como ser&iacute;a el caso, por ejemplo, de un referendo aprobatorio.</p>

<p>Para aspirar a reformar la actual Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica y hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial, se parte de la premisa del enorme respaldo que recibe el Presidente de la Rep&uacute;blica, en las distintas mediciones o encuestas que se realizan.</p>

<p>Sobre esa base, se ha levantado la consigna que se lee en letreros, en distintas partes del pa&iacute;s, de que el pueblo es el que manda.</p>

<p>Comparto esa opini&oacute;n. El pueblo es el que manda; y si es as&iacute;, dejemos que sea el pueblo el que efectivamente se exprese mediante la realizaci&oacute;n de un referendo aprobatorio, para que diga directamente si quiere o no la reforma constitucional, conforme al art&iacute;culo 272 de nuestra Constituci&oacute;n.</p>

<p>Ese ser&iacute;a un ejemplo hermos&iacute;simo de democracia directa, como nunca antes se ha visto en la historia nacional. De esa manera, nuestro Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana estar&iacute;a a la altura de las grandes expectativas nacionales, se cubrir&iacute;a nuevamente de gloria, y dejar&iacute;a escrito un nuevo cap&iacute;tulo ejemplarizador en las luchas de nuestro pueblo por la democracia y la libertad.</p>

<p>Yo mismo me sumar&iacute;a con entusiasmo a esa gran jornada c&iacute;vica. Recorrer&iacute;a el pa&iacute;s nuevamente, junto a todo el que se sienta identificado conmigo, en favor de que el pueblo manifieste su voluntad en favor del cambio a la Constituci&oacute;n.</p>

<p>Se que lo que late en el coraz&oacute;n de todos los miembros de la alta direcci&oacute;n de nuestro Partido es que en estos momentos, por lo que refieren las encuestas, el compa&ntilde;ero presidente Danilo Medina es quien se encuentra en mayores posibilidades de garantizar un nuevo triunfo morado en las urnas.</p>

<p>Si la Constituci&oacute;n permitiera la reelecci&oacute;n presidencial, como ocurr&iacute;a en el 2008, todo ser&iacute;a muy f&aacute;cil. Esta discusi&oacute;n no se habr&iacute;a suscitado. Todos estar&iacute;amos apoyando a nuestra mejor opci&oacute;n. Pero resulta que la Constituci&oacute;n no lo permite.</p>

<p>A&uacute;n as&iacute;, no es mi prop&oacute;sito erigir obst&aacute;culos en las aspiraciones leg&iacute;timas de triunfo que todos albergamos; y aunque por convicci&oacute;n y trayectoria, como he sostenido, no soy partidario de modificar la Constituci&oacute;n con el &uacute;nico prop&oacute;sito de hacer posible la reelecci&oacute;n presidencial, me inclinar&iacute;a reverentemente y con humildad ante lo que ser&iacute;a la voluntad del pueblo, expresada en un referendo.</p>

<p>Ya lo dec&iacute;a Abraham Lincoln, ese gigante de la lucha por la libertad, que salv&oacute; a su naci&oacute;n de la inminencia de una gran divisi&oacute;n, en medio de la Guerra de Secesi&oacute;n, para liberar a los esclavos, al afirmar: &uml;La democracia es el r&eacute;gimen del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.&uml;</p>

<p>Nunca temamos al pueblo. Dejemos que el pueblo hable. As&iacute; lo manda nuestra Constituci&oacute;n.</p>

<p>En nuestro humilde criterio,el &nbsp;proyecto de reforma que se ha depositado en el Senado de la Rep&uacute;blica, no ofrece, por s&iacute; solo, suficientes garant&iacute;as&nbsp; ni seguridad jur&iacute;dica en el sentido de que la reforma que se quiere hacer en la actualidad, no volver&aacute; a repetirse &nbsp;en el futuro.</p>

<p>No es que se ponga en dudas&nbsp; la palabra o las sanas&nbsp; intenciones de los Senadores que han formulado la propuesta de reforma constitucional. Es que, sencillamente, el art&iacute;culo transitorio que se aspira a consignar dejar&iacute;a &nbsp;tan vulnerable la posibilidad de reformar nuestra Constituci&oacute;n en el futuro, como en la actualidad interpretan algunos miembros de nuestra comunidad jur&iacute;dica que puede hacerse, esto es, &nbsp;sin aprobaci&oacute;n de ley org&aacute;nica ni&nbsp; realizaci&oacute;n de&nbsp; referendo aprobatorio.</p>

<p>Eso, naturalmente, ser&iacute;a sumamente peligroso para el porvenir de nuestro pueblo. Ser&iacute;a nefasto. Ser&iacute;a catastr&oacute;fico, ya que dejar&iacute;a las posibilidades abiertas para que en la posteridad surja alg&uacute;n&nbsp;&nbsp; aventurero que modifique de nuevo &nbsp;la Constituci&oacute;n, pero esta vez para establecer la reelecci&oacute;n indefinida, e intentar &nbsp;perpetuarse en el poder.</p>

<p>As&iacute; tendr&iacute;amos el Trujillo del siglo XXI, que vendr&iacute;a a cercenar nuestras libertades, a mutilar nuestra dignidad y a truncar nuestro porvenir como pueblo.</p>

<p>Eso no lo podemos permitir. La historia condenar&iacute;a a nuestra generaci&oacute;n como irresponsable, &nbsp;irreflexiva e insensata, pues advirtiendo el peligro y la amenaza que significaba para el futuro de nuestra democracia, de nuestra sociedad y de nuestras familias, &nbsp;no tuvimos el valor de alzar nuestra voz &nbsp;y actuar&nbsp; en consecuencia.</p>

<p>Obviamente, lo hacemos con respeto; y lo que afirmo es que el proyecto de ley, actualmente en el Senado, que procura modificar la Constituci&oacute;n de la Rep&uacute;blica es insuficiente, y por lo tanto, inaceptable, por el riesgo y la inseguridad que implica para la supervivencia de nuestras instituciones democr&aacute;ticas.</p>

<p>Aunque para muchos resulta m&aacute;s que claro en la actualidad, para no dar lugar a dudas en los a&ntilde;os por venir, para que no haya ning&uacute;n equ&iacute;voco o falsa interpretaci&oacute;n, deber&iacute;a contemplarse modificar el art&iacute;culo&nbsp; 270 del texto constitucional,para que en lo sucesivo, en forma directa se&ntilde;ale que la Ley de Convocatoria a la Asamblea Nacional Revisora debe ser aprobada, ni siquiera como una ley org&aacute;nica, sino como una ley especial, con las tres cuartas partes de la matr&iacute;cula de ambas c&aacute;maras.</p>

<p>De igual manera, deber&iacute;a someterse a modificaci&oacute;n el art&iacute;culo 271, para establecer que en lo sucesivo, si la reforma constitucional versa sobre el mandato de elecci&oacute;n constitucional del Presidente de la Rep&uacute;blica, la decisi&oacute;n deber&aacute; adoptarse tambi&eacute;n por la mayor&iacute;a de las tres cuartas partes de los miembros de la Asamblea Revisora</p>

<p>Deber&iacute;a&nbsp; tambi&eacute;n someterse al Congreso Nacional, para que rija en lo adelante, la ley que dispone la Consulta Popular, para que pueda modificarse la Constituci&oacute;n conforme al art&iacute;culo 210 de la misma.</p>

<p>Finalmente, en lo atinente a la celebraci&oacute;n del referendo aprobatorio, previsto en el art&iacute;culo 272, la propuesta es que el n&uacute;mero de electores se eleve del 30 al 60 por ciento de los inscritos en el registro electoral, para de esa manera hacerlo m&aacute;s participativo y democr&aacute;tico.</p>

<p>La idea es, vuelvo a repetirlo, que la Constituci&oacute;n sea r&iacute;gida. Que no pueda ser cambiada o modificada tan f&aacute;cilmente. Que no d&eacute; lugar a interpretaciones aviesas o acomodaticias. Que la Constituci&oacute;n sea, de manera permanente, el pacto suscrito por los diversos sectores que componen la sociedad dominicana, para que prevalezca siempre la paz, el progreso y la convivencia civilizada.</p>

<p>Como puede apreciarse, lo que sugiero es simple. No &nbsp;persigo cargo o puesto alguno. S&oacute;lo invoco que se respete la Constituci&oacute;n, para que un mal ejemplo de hoy no se convierta en la excusa o la justificaci&oacute;n del ma&ntilde;ana; y que todo lo construido hasta hoy, con el esfuerzo laborioso de todos los dominicanos y dominicanas, se destruya, por las ambiciones irrefrenables de poder que cada cierto tiempo surgen en el horizonte nacional.</p>

<p>Reconozco que como consecuencia de las discrepancias que se han suscitado en torno al proyecto de reforma constitucional que procura la reelecci&oacute;n presidencial, ha surgido mucha intranquilidad y desasosiego en nuestro pueblo, &nbsp;y mucha mortificaci&oacute;n y aflicci&oacute;n en la familia pelede&iacute;sta.</p>

<p>A pesar de nuestras diferencias, hago todo el esfuerzo para que nuestro Partido se mantenga fuerte, cohesionado y unido. Por eso, incentivo &nbsp;una l&iacute;nea de di&aacute;logo permanente para superar nuestros escollos.</p>

<p>Todo lo que he sido y soy pol&iacute;ticamente se lo debo al profesor Juan Bosch y al Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana. Amo profundamente a nuestro partido de la bandera morada y la estrella amarilla. Ah&iacute; me he formado. Ah&iacute; he luchado junto a mis compa&ntilde;eros y compa&ntilde;eras durante los &uacute;ltimos 42 a&ntilde;os, en favor de la democracia, la libertad y la prosperidad de nuestro pueblo.</p>

<p>No escapa a mi conocimiento, por dem&aacute;s, que en estos momentos el Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana es la &uacute;nica fuerza verdaderamente organizada que le queda a la democracia dominicana; y que un &nbsp;descalabro nuestro ser&iacute;a una tragedia para la estabilidad democr&aacute;tica de nuestra naci&oacute;n.</p>

<p>Por tanto, puedo asegurar que por la sensatez que nos caracteriza, por nuestro &nbsp;sentido de responsabilidad, por nuestra visi&oacute;n de la historia, por nuestro compromiso con el futuro y por nuestra deuda imperecedera con nuestro maestro y gu&iacute;a, el profesor Juan Bosch,nuestro Partido de la Liberaci&oacute;n Dominicana superar&aacute; este trance;y saldr&aacute; m&aacute;s fuerte y vigoroso que antes, m&aacute;s unido y m&aacute;s compacto, coron&aacute;ndose con nuevas victorias en beneficio del pueblo dominicano.</p>

<p>En cuanto a m&iacute; respecta, se que desde que culmin&oacute; mi &uacute;ltima gesti&oacute;n de gobierno, en el 2012, he estado en el ojo del hurac&aacute;n de intereses en conflicto y ambiciones desmedidas de poder, que han procurado hacer mi voz irrelevante en el escenario pol&iacute;tico nacional.</p>

<p>De manera sistem&aacute;tica, como tal vez nunca antes ocurriera con figura p&uacute;blica alguna en la vida del pa&iacute;s, se ha intentado degradarme, &nbsp;deshonrarme y hacerme a&ntilde;icos.</p>

<p>No se ha logrado, ni se lograr&aacute;, pues como dice la palabra, nadie que ha confiado en Dios ha quedado defraudado.&nbsp; Por eso, cada d&iacute;a salgo protegido, &nbsp;al hacer m&iacute;o el salmo 23, dici&eacute;ndome:</p>

<p>&uml;Jehov&aacute; es mi pastor y nada me faltar&aacute;&hellip;Me guiar&aacute; por sendas de justicia y&nbsp; aunque ande en valle de sombra de muerte, no temer&eacute; mal alguno, porque t&uacute; estar&aacute;s conmigo.&uml;</p>

<p>En todo caso, mi divisa es la de Jos&eacute; Mart&iacute;, el Ap&oacute;stol de la Independencia de Cuba, en cuyas frases inmortales dijera:</p>

<p>&uml;Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el pa&iacute;s en que naci&oacute; los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado.</p>

<p>&uml;Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agon&iacute;a cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en s&iacute; el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.&uml;</p>

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