Leonel: "Quien recibe la antorcha del líder nunca puede intentar arrebatarla porque s

El expresidente Leonel Fernández afirmó que no se puede ser un buen líder sino no se es un buen discípulo, que en la relación entre ambos es fundamental la fidelidad del segundo con el primero y que no se puede recibir la antorcha del mentor si se entra en conflicto con éste porque se puede quemar.

Publicado: 19/05/2014

Leonel: "Quien recibe la antorcha del líder nunca puede intentar arrebatarla porque s

SANTO DOMINGO.- El expresidente Leonel Fernández afirmó que no se puede ser un buen líder sino no se es un buen discípulo, que en la relación entre ambos es fundamental la fidelidad del segundo con el primero y que no se puede recibir la antorcha del mentor si se entra en conflicto con éste porque se puede quemar.

“La sucesión (del liderazgo) requiere paciencia de quien lo pueda recibir porque no puede entrar en conflicto con quien tiene la antorcha. Quien intenta arrebatar la antorcha se quema con ella”, reflexionó. 
Recordó que el liderazgo envuelve una cadena porque todo líder tuvo alguien que fue su mentor y el sucesor también es mentor de alguien. 
 
Al disertar la conferencia magistral “Liderazgo y Poder” ante cientos de jóvenes que lanzaron el movimiento Juventud con Leonel (JUDEL), en el Hotel El Embajador de esta ciudad, el presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) manifestó que el adversario siempre querrá descalificar moralmente a un líder, por lo que es primordial su integridad e identidad personal que es lo que fundamenta su credibilidad. 
Ante esos intentos de descalificaciones morales consideró que el tiempo es el mejor aliado porque si se actúa apegado a la ética no quedará dudas de ello. 
También, dijo que en la política no hay victorias ni derrotas permanentes y que para levantarse se requiere de fe y perseverancia con la conciencia de que el progreso siempre es una tarea pendiente. 
Fernández, quien llegó a las 10:30 a.m. a la actividad que estaba pautada iniciar a las 10:00 a.m., citó una de las 48 leyes del Poder que reza: que “nunca opacar al jefe trae malas consecuencias”.