La propuesta del alcalde Gilberto Serulle de concluir algunos módulos del mercado de Pekín, sometido a un proceso de construcción, para que los vendedores empiecen a ocuparlo, es rechazada por la asociación que agrupa a 120 buhoneros.
Publicado: 09/06/2016
<p><strong>Santiago, RD.-</strong> La propuesta del alcalde Gilberto Serulle de concluir algunos módulos del mercado de Pekín, sometido a un proceso de construcción, para que los vendedores empiecen a ocuparlo, es rechazada por la asociación que agrupa a 120 buhoneros.</p>
<p>La construcción de la obra inició en marzo del 2015, pero apenas avanzan en un 60 por ciento, según informó su administrador Antonio Hernández.</p>
<p>El local de dos plantas, cuenta con un total de 120 puestos en el primer nivel y la misma cantidad en el segundo.</p>
<p>Aunque vecinos del lugar y políticos han denunciado que por la falta de vigilancia están cargando con madera y material, esto fue negado por Hernández, quien lleva ya tres años como encargado de dicho mercado enclavado en pleno barrio.</p>
<p>“Hace una semana, que el alcalde Gilberto Serulle nos llamó a un encuentro y nos dijo podía terminar algunos módulos antes de que terminara su gestión para que empecemos a ocuparlo y desocupemos los tarantines que de manera provisional colocamos en las aceras de las calles, pero no queremos aventurarnos”, expresó Gabriel Almonte presidente de la asociación de vendedores. </p>
<p>Almonte espera concertar una cita junto a sus compañeros con el alcalde electo Abel Martínez, para que pueda escuchar las preocupaciones de los vendedores y si tiene planes de retomarlo tan pronto asuma sus funciones.</p>
<p>El acuerdo arribado por la actual administración municipal establece que los 120 propietarios de casetas no pagarán por los nuevos locales.</p>
<p> Por el contrario, deberán aceptar un nuevo aumento de los arbitrios. Es decir que de 300 pesos que pagan ahora, cuando estén listos los trabajos y comiencen a operar con normalidad será de 600.</p>
<p>Actualmente, la edificación cuenta con apenas un vigilante y de vez en cuando se asoman al lugar dos obreros, por lo que se encuentra virtualmente paralizados los trabajos por falta de recursos económicos.</p>