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El impacto de la formación docente en la calidad de la educación

La formación docente es foco de atención desde hace varios años, pero en los momentos actuales se ha intensificado el interés por la misma

Publicado: 23/02/2017

El impacto de la formación docente en la calidad de la educación

<p>La formaci&oacute;n docente es foco de atenci&oacute;n desde hace varios a&ntilde;os, pero en los momentos actuales se ha intensificado el inter&eacute;s por la misma. Reconocemos que la formaci&oacute;n docente impacta de forma significativa la calidad de la educaci&oacute;n; si la calidad de la formaci&oacute;n es alta, este impacto puede generar procesos transformadores en la educaci&oacute;n. Si es una formaci&oacute;n deficiente se produce una involuci&oacute;n en las concepciones, en la visi&oacute;n, en los procesos y en la pr&aacute;ctica educativa de los docentes. No toda formaci&oacute;n docente incide en la calidad de la educaci&oacute;n. Para ejercer impacto debe poseer unas caracter&iacute;sticas que son espec&iacute;ficas y s&oacute;lidas.</p>

<p>Una de estas caracter&iacute;sticas es la <em>Perspectiva de proceso</em>, que pone &eacute;nfasis en la sistematizaci&oacute;n y en la investigaci&oacute;n, lo cual garantiza una formaci&oacute;n cient&iacute;fica consistente en los docentes de los &aacute;mbitos preuniversitarios y universitarios. Un docente investigador no solo aporta elementos innovadores a la experiencia de aprendizaje, sino que posibilita en los estudiantes la activaci&oacute;n del razonamiento, el desarrollo de la curiosidad intelectual y de la capacidad de toma de decisiones. Este docente potencia su capacidad de intervenci&oacute;n dentro y fuera del aula. Adem&aacute;s, crea entornos educativos que convierten los procesos de aprendizajes en experiencias gratificantes .Son gratificantes en la medida en que despiertan mayor inter&eacute;s y potencian la motivaci&oacute;n de los estudiantes. Asimismo, estimulan sus capacidades para descubrir y buscarles nuevas explicaciones a las aportaciones de las ciencias y a distintas situaciones en su vida cotidiana.</p>

<p>Esta formaci&oacute;n cient&iacute;fica supone un compromiso con la construcci&oacute;n de una cultura investigativa que los ponga, tanto a ellos como a los estudiantes, a pensar de forma continua en los problemas que requieren soluci&oacute;n y en la estrategia a seguir para explorar y analizar estos problemas. Este modo de funcionar les aporta herramientas para enfrentar con efectividad las dificultades acad&eacute;micas, sociales y personales. Es una formaci&oacute;n cient&iacute;fica que prioriza un acercamiento a las ciencias con apertura, rigor y sistematicidad. Las ciencias no se asumen como algo absoluto. Para ello, el docente tiene que contar con espacio y tiempo para el estudio, la lectura, la discusi&oacute;n, la elaboraci&oacute;n de propuestas alternativas; tambi&eacute;n, para el trabajo en equipo y la b&uacute;squeda conjunta de la verdad. Es una experiencia educativa que subraya la interdisciplinaridad y una lectura permanente del contexto institucional, local y global.</p>

<p>El trabajo en esta direcci&oacute;n crea comunidades cient&iacute;ficas que tienen como foco central el fortalecimiento de la innovaci&oacute;n y de la creatividad en las instituciones educativas. Estas comunidades priorizan el trabajo intercultural e intergeneracional. Se constituyen equipos acad&eacute;micos de producci&oacute;n cualificada; abiertos a nuevos aprendizajes y dispuestos a desaprender aquellas pr&aacute;cticas que obstaculizan la transformaci&oacute;n de la mentalidad y del aprendizaje.</p>

<p>Otro rasgo relevante de esta formaci&oacute;n es el <em>car&aacute;cter reflexivo</em> que le permite al maestro analizar su pr&aacute;ctica, actualizar su visi&oacute;n; y potenciar su capacidad cr&iacute;tica para recrear la realidad institucional, su propia pr&aacute;ctica y la realidad social. Este tipo de formaci&oacute;n le ayudar&aacute; a fundamentar y a revalidar sus competencias, especialmente su capacidad para comprender y gestionar el conocimiento, para construir conocimientos con otros; y, sobre todo, para identificar los cambios que se producen en su manera de entender y asumir la educaci&oacute;n.</p>

<p>Asimismo, impacta la calidad de la educaci&oacute;n la formaci&oacute;n docente que se enfoca desde una <em>perspectiva de integralidad</em>. Desde esta clave de integraci&oacute;n se establecen nexos entre los aspectos cognitivos, t&eacute;cnicos, culturales, sociales y pol&iacute;ticos. La articulaci&oacute;n de estos aspectos deber&iacute;a posibilitar aprendizajes enfocados a la mejora del modelo de sociedad que tenemos. Para arribar a esta meta, la formaci&oacute;n docente tiene que tomar en serio las problem&aacute;ticas de la sociedad para que los docentes la estudien y la intervengan proactivamente.</p>

<p>Para avanzar hacia una formaci&oacute;n docente que estimule la intervenci&oacute;n social corresponsable, se deben promover contextos acad&eacute;micos que incentiven el pensamiento libre y la ruptura con la cultura que consagra lo establecido. Motivar tambi&eacute;n el compromiso con la soluci&oacute;n de las problem&aacute;ticas de su entorno institucional, comunitario y social. Por ello, es necesario esforzarse para que los docentes cuenten con estructuras de apoyo que les aporte experiencias, herramientas metodol&oacute;gicas y elementos para investigar su quehacer educativo.<strong>&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; </strong></p>

<p>En este marco, una formaci&oacute;n docente que pretenda impactar la calidad de la educaci&oacute;n deber&aacute; aprovechar las <em>aportaciones de la tecnolog&iacute;a de la informaci&oacute;n y comunicaci&oacute;n</em>. Utilizarlas con el apoyo de las pedagog&iacute;as cr&iacute;ticas deviene en una formaci&oacute;n con sentido humanizador, con efectividad t&eacute;cnica y creativa. Este tipo de formaci&oacute;n, adem&aacute;s de provocar un cambio de visi&oacute;n y de concepciones, posibilitar&aacute; un desarrollo mayor de la creatividad. La cultura tecnol&oacute;gica de los docentes es necesaria para acortar la distancia entre los maestros y los estudiantes. <strong>&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; </strong></p>

<p>Impacta <em>una formaci&oacute;n cimentada en valores</em> que humanizan y en marcos &eacute;ticos que ayudan a recuperar la dignidad de las personas, de la sociedad y de la educaci&oacute;n. Importa una opci&oacute;n decidida por una gesti&oacute;n del conocimiento y de los aprendizajes, cada vez m&aacute;s honesta y al servicio del bien com&uacute;n. Interesa tambi&eacute;n <em>una &eacute;tica de los procesos y de las decisiones </em>de las instituciones de formaci&oacute;n docente, para posibilitar un desarrollo humano y social pleno. Redoblar los esfuerzos en este orden beneficia al pa&iacute;s, puesto que participamos de una sociedad drenada por la cultura de la corrupci&oacute;n y la falta de transparencia. Esta realidad incide en la formaci&oacute;n docente, en las concepciones y en la pr&aacute;ctica de los diferentes actores del sector educaci&oacute;n. Desde ah&iacute;, la necesidad de esfuerzos en la gesti&oacute;n y en el desarrollo de los docentes para fortalecer la calidad de la Educaci&oacute;n desde una &eacute;tica responsable y cr&iacute;tica, que genere transformaciones de car&aacute;cter integral en la Educaci&oacute;n Preuniversitaria y en la Educaci&oacute;n Superior. Es tiempo oportuno para repensar la formaci&oacute;n docente.</p>

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