Turno Libre

El maltrato lo alejó del hogar

Infancia

Publicado: 13/06/2018

El maltrato lo alejó del hogar

<p><strong>Martina Espinal</strong></p>

<p><strong>Especial para t.l.</strong></p>

<p><strong>Santo Domingo</strong></p>

<p>Jes&uacute;s tiene 13 a&ntilde;os, lleg&oacute; a la Capital desde el barrio Cien Fuegos, de Santiago. All&iacute; viv&iacute;a junto a su madre, padrastro y cinco hermanos. Explica que decidi&oacute; huir a Santo Domingo cansado de trabajar limpiando zapatos para mantener a toda su familia, y en cambio solo recib&iacute;a maltratos f&iacute;sica y verbalmente.</p>

<p>Narra que un d&iacute;a, &eacute;l y otro menor, quien le cont&oacute; que la familia que lo recogi&oacute; de las calles lo obligaba a vender estupefacientes en los barrios de Santiago, decidieron abordar un autob&uacute;s que sali&oacute; para Santo Domingo. Este los dej&oacute; en el Malec&oacute;n, frente a la Plaza Juan Bar&oacute;n, ah&iacute; comenz&oacute; a sufrir las consecuencias de vivir en las calles. Cruzando la avenida George Washington los detuvieron los agentes de la Policia Tur&iacute;stica, siendo trasladados a una casa de acogida en La Romana.</p>

<p>Cuenta que de all&iacute;, tambi&eacute;n debi&oacute; escapar, junto a otros cuatro menores, porque supuestamente no los trataban bien y los castigaban. Tras varios d&iacute;as regres&oacute; a Santo Domingo, especificamente a la Zona Colonial, en cuyas calles pasa sus d&iacute;as con limpiabotas en manos, oficio que le proporciona los recursos para alimentarse, pero cuando no tiene, los agentes de la Polic&iacute;a Municipal le dan de comer.</p>

<p>Vestido con un pantal&oacute;n a la rodilla, sandalias casi rotas y un su&eacute;ter deste&ntilde;ido, Jes&uacute;s cambia de semblante cuando se le cuestiona sobre el porqu&eacute; realmente huy&oacute; de su casa y escogi&oacute; vivir en las calles de la Capital. Esta es su respuesta. &ldquo;Es una familia de miserables, se iban y nos dejaban solos a nosotros toditos, mi padrastro llegaba borracho y comenzaba a discutir con mi mam&aacute;, nos mandaban para donde una t&iacute;a m&iacute;a y mi t&iacute;a no paraba ah&iacute;&rdquo;.</p>

<p>Con se&ntilde;ales evidentes de maltrato f&iacute;sico,&nbsp; en casi todo su cuerpo y sus piernas, Jes&uacute;s nos narra con una voz que denota su paso de ni&ntilde;ez a adolescente que, la maldad de su padrastro es tal que, un d&iacute;a, drogado intent&oacute; matar a su abuela, quien reside en Jarabacoa y que fue a Santiago donde su hija, la madre de Jes&uacute;s, porque estaba enferma.</p>

<p>El adolescente se define como un ni&ntilde;o triste, porque quisiera vivir en Jarabacoa con su abuela, pero no sabe c&oacute;mo llegar all&aacute;, ni tiene los recursos para viajar. Dice que no le gusta la calle, debido a los riesgos que tiene que enfrentar cada d&iacute;a. De inmediato explica su m&aacute;s reciente experiencia: &ldquo;Una noche un parqueador, all&aacute; en el Parque Duarte, salta y me dice: &lsquo;Menor, t&uacute; sabes d&oacute;nde hay un punto&rsquo;, y yo le dije que yo no s&eacute; de eso, y entonces me dice dique: &lsquo;Yo tengo un chin aqu&iacute; vamos a fum&aacute;rnosla entre los dos, b&uacute;scate una caja de f&oacute;sforo&rsquo;, y yo le dije que no&rdquo;. Al tiempo de asegurar que ni consume drogas ni se vende a homosexuales, como se sostienen muchos de los menores que viven en las calles.</p>

<p>Jes&uacute;s, quien no sabe nada sobre su padre biol&oacute;gico, al igual que varios menores que viven en las calles de Santo Domingo, duerme en la Plaza Juan Bar&oacute;n, pero su sue&ntilde;o es retornar al seno de un hogar donde lo traten como un ni&ntilde;o, poder estudiar y convertirse en ingeniero. Un sue&ntilde;o que alguien pudiese hacerlo realidad en este D&iacute;a Internacional Contra la Violenvia y el Maltrato Infantil.</p>

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