La gran prensa de Colombia, por ejemplo El Tiempo, propiedad del hombre  más rico de esa nación, y otros medios similares, hicieron todos los esfuerzos en presentar a Gustavo Petro como  la variedad local del chavismo venezolano que está, absolutamente desacreditado.

De igual modo sus oponentes políticos se agruparon alrededor  del multimillonario Rodolfo Hernández, encabezados por el uribismo, que ha gobernado a Colombia en los últimos 12 años a Colombia, enarbolando la anticorrupción como bandera, como si   el candidato derrotado no es parte de  esas fuerzas.

Voy a contar una vivencia que yo mismo experimenté, mientras trabajé como representante investigador de la Universidad de Leeds, de Inglaterra,de lo que ocurre en aquellas comunidades donde hay mucha emigración. El método aplicado en Chantilín,  en la provincia de Cotopaxi en Ecuador  (En Ecuador hoy ,hay un 6% de raza indígena)  fue vivir en esas comunidades por un par de meses y de  esa vivencia extraer de las  entrevistas con los habitantes, conclusiones del impacto de la  población emigrante.

Ya había hecho lo mismo en Quilanga, una parroquia, como se denomina en Ecuador a las comunidades rurales o poblados campesinos en la Provincia de Loja, y en Guachapala en la provincia de Azua y ambas de Ecuador. Esta vez lo estaba haciendo en Chantilín, en la provincia de Cotopaxi donde se encuentra Quito, la capital, pero en esta ocasión se trataba de una comunidad típicamente indígena.

La diferencia sustancial, con los dos casos anteriores en que trabajé, es que las personas no me respondían a mis preguntas. Aunque entre ellos hablaban quechua, cuando era necesario hablaban español conmigo. Es más, en una ocasión me amenazaron con matarme si continuaba preguntando, bajo el argumento de que yo lo hacía para imponerle impuestos, como empleado del gobierno, que ellos crían que yo pertenecía.

El siguiente evento fortuito, cambió las dificultades que estaba experimentando mi trabajo.

Era sábado y la plaza donde vivía, en alquiler, en una pequeña vivienda, con piso de suelo, que me había alquilado un hermano de Miguel, el alcalde de Chantilín, empecé a verla rodeada de pencas y serían alrededor de las tres de la tarde, cuando soltaron los toros, para que los habitantes empezaran a divertirse con la persecución de ellos, en forma similar a como se práctica en Pamplona, España, ,en las fiestas de San Fermín entre el 6 y 14 de julio.

En esa festividad, circula mucho alcohol, y dos iindígenas frente a mi vivienda, trastabillaban sus decisiones alcoholizadas frente al enorme toro que se dirigía hacia ellos y por supuesto , el toro le dió una cornada a uno de los dos, que cayó, sangrando a borbotones frente a mi vivienda.

De inmediato yo y Cristina, mi esposa de entonces,  improvisamos un torniquete que redujo muchísimo la sangre. Lo monté en un Volkswagen Zafari. que era mi vehículo de trabajo, el único del poblado, y me dirigí con el herido a un hospital en Quito. Allí hicieron lo apropiado y lo salvaron de una muerte segura , de no haber recibido la atención primaria practicada por mi esposa y yo. Lo visité un par de veces y en dos semanas lo traje de vuelta al pueblo, totalmente restablecido.

Eso le demostró a los pobladores , que yo no era el que me temían ser y desde entonces empezaron a denominarme :mi patroncito, me saludaban besándome las manos y desde luego colaboraron en todo con mi trabajo y no solo eso,,cada día me traian  huevos, gallinas, arroz , etc .

En Chantilín, a un indígena le propinaron una paliza en la plaza por instrucciones del hacendado, por supuestamente haber dejado perder una vaca que bajo el sistema denominado “huasipungo”, mediante el cual, a los indígenas se les entregaba un pedazo de terreno para que sus cultivos le sirvieran de alimento a cambio de que laboraran gratis,  en la propiedad del hacendado.

Del modo en que fuí tratado después del  incidente sangriento, ayuda a comprender porque los indígenas le creyeron a Petro y no a Hernández.

En Colombia, hay un 9% de población afrodescendiente y un 4% de origen indígena. Ahí están los más de 700 mil votos que hicieron superar a Gustavo Petro frente, al otro candidato que no solo no incluyó una política social al respecto, aunque  sí puso  de vice a una descendiente afro, pero la gente no le creyó que fuera verdaderamente una política inclusiva de ese sector.

A nosotros los dominicanos se nos hace más difícil, comprender el indigenismo muy presente desde México hasta Chile, porque ellos fueron exterminados casi todos en 1535 por Cristóbal Colón primero ,después por Nicolás de Ovando y otros como Diego Colón, Francisco de Bobadilla etcétera desde 1492 en adelante.

Para completar el escenario que explica el triunfo de Petro, está el significativo hecho de que declaró que su interés no es establecer el socialismo en Colombia, sino el capitalismo democrático.

Por cierto, yo me he hecho la pregunta, en quién estaban pensando los funcionarios del ayuntamiento que establecieron una calle para conmemorar a Nicolás de Ovando, que engaño a los indígenas a que asistieran a un evento en que se aparecieron con casabe y luego ordenó eliminarlos a todos, incluyendo el ahorcamiento de Anacaona.

Por la misma razón me pregunto el nombre de parque Colón . Ese personaje , no hizo nada bueno por los habitantes de nuestra isla de 1492 en adelante y murió en 1506  creyendo que había llegado a La India. Fue tan poco meritorio, por su conducta, que el propio rey lo descalificó de los atributos otorgados por su emprendimiento de la mar océana.